martes, 8 de julio de 2008

88 Minutes (88 Minutos)

Al Pacino es uno de los actores más respetados dentro de la industria cinematográfica hollywoodense, y aún cuando en muchos de sus trabajos en años recientes se le ha criticado por su exacerbante tendencia a sobreactuar o a usar un lenguaje corporal demasiado exagerado, hay que reconocer que sigue siendo uno de los mejores actores en el cine norteamericano.

Tal vez esa sea la razón por la que su nombre sigue siendo suficiente para garantizar un mínimo de ingreso en taquilla para cualquier película en que aparece.


88 Minutes es un thriller policíaco de tintes psicológicos. Pacino interpreta al Dr. Jack Gramm, psiquiatra forense y profesor universitario en la ciudad de Seattle. Gramm es una figura controversial pues aún cuando es respetado por su trabajo como colaborador de la policía de la ciudad, su altanería y difícil forma de ser hacen que sea al menos tan detestado como admirado.

El caso que terminó de cimentar su reputación y lo convirtió en una celebridad local se dio diez años atrás, cuando su testimonio ayudó a enviar a prisión a Jon Forster (Neal McDonough), un asesino serial. Después del juicio y a lo largo de los años, Forster ha acusado a Gramm de haber manipulado al jurado e influido a uno de los testigos para lograr condenarlo a la pena de muerte.

En la víspera de su ejecución, empiezan a aparecer víctimas asesinadas con el mismo modus operandi que los crímenes por los que fue condenado. La policía sospecha que se trata de un imitador que está intentando comprar tiempo a Forster. Gramm recibe una llamada donde una voz alterada artificialmente le informa que le quedan 88 minutos de vida.

A partir de ahí la película se convierte en un frenético esfuerzo de parte de Gramm por hallar el origen de la llamada o atrapar al imitador antes de que su tiempo llegue a su fin. Lo apoyan su asistente Shelly (Amy Brenneman), el agente especial del FBI y amigo suyo Frank Parks (William Forsythe) y una de sus estudiantes, Kim Cummings (Alicia Witt). Otros dos estudiantes, interpretados por Benjamin McKenzie y Leelee Sobiesk, se convierten en elementos de sospecha para Gramm. Lamentablemente el guión no está a la altura de las actuaciones. 

La historia intenta sembrar pistas falsas cada dos minutos, y antes de empezar a generar intriga o suspenso con cada una de ellas se da un giro inesperado e innecesario que termina por distraer más que sorprender. Tal vez la mejor forma de describir 88 minutos sea decir que es un thriller psicológico que pretende ser más inteligente de lo que en realidad es. Los intentos de giros inesperados en la trama, sobre todo en la última parte de la película, empiezan a volverse predecibles y repetitivos, y lo único que impide que la película sea un absoluto desastre es la interpretación de Pacino, quien realiza una actuación fuerte y cargada de intensidad pero manteniendo a raya los excesos que en otras ocasiones le han ganado críticas en contra.

Jon Avnet, el director, tiene una prolífica carrera como productor, pero esta es apenas su cuarta película, y la primera desde 1997. La película se rodó en 2005 y se terminó ese mismo año, pero la productora decidió no estrenarla. El año pasado una distribuidora independiente la exhibió en algunas ciudades de EU y Canadá, pero fue hasta este año que finalmente fue estrenada de manera internacional.

Aparentemente esto se debió a que existían diferencias entre el estudio y el director acerca del corte final de la cinta, y luego de ver el resultado, no puedo evitar preguntarme quien tenía la razón y que versión fue la que se estrenó. Al final 88 Minutes resulta una película entretenida pero mayormente olvidable.

A menos, claro, que sean fans de Al Pacino, cuya actuación en esta película es una de las mejores (junto con su trabajo en The Merchant of Venice) que nos ha dado en muchos años.

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