Man cheng jin dai huang jin jia (¿ya ven porque prefiero utilizar el nombre internacional en inglés?) literalmente quiere decir "Cuando una armadura dorada cubre toda la ciudad".
La Maldición de la Flor Dorada es la más reciente cinta del aclamado director Zhang Yimou, quien había ganado reconocimiento internacional por su trabajo en películas como
Ni Uno Menos (
Yi ge dou bu neng shao) y
El Camino a Casa (
Wo de fu qin mu qin), y causó opiniones encontradas cuando decidió incorporar artes marciales y un elaborado trabajo de coreografía a su filmografía con
Héroe (
Ying xiong) y
La Casa de los Cuchillos (
Shi mian mai fu).
En términos de producción,
La Maldición de la Flor Dorada representa el proyecto más ambicioso de la carrera del aclamado director chino. Los escenarios son impresionantes, y el vestuario y diseño de producción son para quitar el aliento. Honestamente, dudo que alguien haya filmado alguna vez una película visualmente más ambiciosa y atractiva que ésta.
Visualmente la película es aún más espectacular que
Héroe o
La Casa de los Cuchillos. La historia trata sobre una serie de intrigas familiares dentro de la familia imperial durante la Dinastía Tang, y está basada en una popular obra de teatro china producida en los 1930. Conspiraciones, intriga, incesto y traiciones son los ingredientes principales de la cinta.
El resultado es una tragedia épica en la tradición shakespeariana convertida en melodrama de tintes operísticos y realizada como superproducción de la Edad de Oro de Hollywood. O algo así. La verdad es que no es fácil tratar de describir todo lo que es esta película en unas cuantas palabras.
Chow Yun Fat interpreta al Emperador, y su trabajo es impecable. Su papel es el de un gobernante y señor de la guerra firme y duro, quien está en completo control de sus emociones, muchas de las cuales solo asoman a través de su mirada. Además, es refrescante verlo en el papel del villano. Gong Li es la Emperatriz. Es la segunda esposa del emperador, madrastra y amante del príncipe heredero y madre de otros dos príncipes. Se casó por compromiso de sus padres y odia a su marido.
Aprovechando las constantes ausencias de su esposo, inicia una relación con el príncipe heredero, quien nunca ha abandonado el palacio y ahora desea hacerlo, en parte porque quiere terminar la relación con su madrastra, y en parte porque desea alejarse del palacio y la familia imperial, además de que así podría concentrarse en cortejar a su otra amante, la hija del médico imperial.
El médico imperial, por órdenes del Emperador, está agregando una pequeña dosis de un hongo venenoso a un medicamento que la Emperatriz tiene que tomar cada dos horas, lo que provoca que la salud de ésta se vaya deteriorando poco a poco.
A esas intrigas se suma una misteriosa mujer que parece estar ligada al pasado del emperador y al presente del médico imperial, quien se presenta ante la emperatriz con información que desatará una conspiración al interior de la familia real.
Como dije, demasiado complejo para explicarlo en forma breve. Baste decir que Yimou hace gala de sus recursos como realizador para construir la historia épica más grande y ambiciosa que jamás se haya filmado. Claro que no es el tipo de película que le pueda gustar a todo el mundo.
Sé que hay personas que deciden omitir cualquier película donde haya algún despliegue de artes marciales de cualquier tipo, sin importar si es realista o intencionalmente exagerado. También me he topado con quienes omiten ver cualquier película oriental argumentando que la cadencia del idioma se convierte en un elemento de distracción. Pero tal vez la queja más frecuente sobre esta película en particular sea el ritmo narrativo de la misma.
Después de una impactante escena de combate individual que sirve para poner de manifiesto la fuerza del emperador y la sumisión que él espera de los demás, la película cae en un ritmo lento y cadencioso mientras el espectador se va familiarizando con todas las intrigas y conflictos que envuelven a los personajes. Yimou dedica largas tomas a recorrer los salones del palacio y los patios de la Ciudad Prohibida mientras muestra algunas de las tradiciones ancestrales de la corte. Lentamente prepara el escenario para una de las batallas visualmente más impactantes y encarnizadas que se hayan filmado, y una vez concluido el combate viene la resolución del conflicto, la cual se da en una pausada escena realizada alrededor de una mesa.
En conclusión, La Maldición de la Flor Dorada es una extraordinaria experiencia visual para cualquier amante del cine, y solo eso debiera ser razón suficiente para verla. Sumándole el extraordinario trabajo de dirección actoral de Yimou se convierte en algo más. De lo mejor que ha aparecido este año.