Con el clima de efervescencia religiosa alrededor del mundo en los últimos días (con la celebración del Pésaj judío y la Semana Santa y Pascua católico-cristianas) supongo que era normal tener ideas relacionadas al tema en la cabeza. Y me pareció interesante la idea de explorar un tema tangencialmente relacionado a la religión y relevante para los cómics: el papel de la mitología y la religión en la narrativa popular contemporánea.
Antes de que alguien se sienta intimidado ante tan rimbombante y elaborado título, lo aclaro. Por narrativa popular contemporánea me refiero a todos los medios narrativos, es decir cine, TV, cómics, juegos de rol, etc., dirigidos en la actualidad a un público masivo. Eso incluye a la literatura de ficción en casi todas sus formas y géneros (best-sellers, ciencia ficción, fantasía, romance, etc). Aclarado el punto, dirijo mi atención a lo que nos interesa: los cómics y sus adaptaciones e influencias de y en otros medios.
Aquí me parece pertinente otra aclaración. No voy a explorar (al menos por ahora) el papel de la religión dentro de los cómics. No pienso dedicar párrafos y párrafos a analizar las implicaciones de tal o cual historia ni a tratar de aclarar y expandir el subtexto detrás de ninguna saga. Por lo pronto, concentrémonos en el papel de la religión como parte del motor creativo que impulsa a los cómics.
Empecemos con los superhéroes y un vistazo a su origen, lo que nos llevará indirectamente a explorar vagamente el tema de la religión. Recuerdo que alguna vez Neil Gaiman mencionó en una anécdota que un creativo bastante respetado (mentiría si dijera que recuerdo quien fue, aunque quizá haya sido Will Eisner), le había dicho a manera de broma que el comic era, en esencia, un medio de entretenimiento creado por viejos judíos y gruñones.
No puedo aseverar nada en lo que se refiere a gruñones (aunque al menos Will Eisner, Jerry Robinson y Stan Lee me parecieron todo lo contrario cuando tuve oportunidad de conocerlos), sé que cuando empezaron a crear a los héroes más populares del siglo XX en realidad eran bastante jóvenes, pero si repasamos algunos nombres, podemos confirmar que, en efecto, muchos de los pioneros del medio eran de origen judío: Will Eisner, Jack Kirby (Kurtzberg), Joe Simon, Stan Lee (Lieber), Jerry Siegel, Joe Schuster, Bob Kane (Kahn), Bill Finger, Jerry Robinson, Martin Nodell, Max y William Gaines, Harvey Kurtzman, Julius Schwartz, Martin Goodman, Harry Donnenfeld, etc.
Y si avanzamos un poco en el tiempo podemos añadir más nombres a esa lista: Bob Kanigher, Joe Kubert, Gil Kane, Chris Claremont, Al Milgrom, Peter David, Dan Clowes, Harvey Pekar, Art Spiegelman, etc.
En la multiaclamada y premiada novela de Michael Chabon, The Amazing Adventures of Kavalier and Clay, el papel de los judíos en la creación de los modernos héroes americanos es explicado en gran detalle, y el propio Chabon, en los extras del DVD de Unbreakable, argumenta sobre la posibilidad de que Siegel y Schuster hayan incluido temas religiosos en la creación de Superman, el primer superhéroe de la historia.
Kal-El es un inmigrante llegado a un nuevo mundo, donde tiene que crearse una nueva identidad para ser aceptado. Y aún cuando no tiene ninguna obligación, decide utilizar su legado para ayudar a su nuevo hogar. Aquí difiero un poco en varios aspectos, pero es innegable que Chabon tiene un punto digno de discusión al señalar las posibles similitudes entre el personaje y los creadores, sobre todo en la condición de inmigrante aislado, aunque me parece que se trata más de un tema étnico que de uno religioso.
Ya entrado en la cuestión étnica, también se podría argumentar la creación de Superman como una contrapartida al otro superhombre, el de Nietzche, que era utilizado por el Partido Nacional Socialista Alemán como ejemplo y modelo de la superioridad aria. Étnica sería también la motivación para que los editores y creativos de inicios de los 40 pusieran especial énfasis en presentar a Hitler como el villano número 1 de la época y dedicaran los esfuerzos de la mayoría de sus héroes a contenerlo y derrotarlo en cada oportunidad posible.
Me parece plausible que esos jóvenes creadores vieran las posibilidades narrativas que ofrecía la idea de contar con guardianes sobrehumanos que cuidasen del débil o desvalido como ángeles guardianes. Antes de la aparición de los superhéroes o de los cómics en general, existía otro medio de entretenimiento popular con aspiraciones literarias: los pulps. Los pulps eran historias de prosa profusamente ilustradas y su baja calidad literaria y de producción era contrarrestada por la imaginación y creatividad que llenaba sus páginas. Ciencia ficción, westerns, terror y aventuras eran algunos de los temas más populares en sus historias.
Y tenían además sus propios héroes. The Shadow, The Spider, Doc Savage, G8, Solar Pons y otros clones de Sherlock Holmes eran los héroes y aventureros favoritos del público antes de que los cómics se convirtieran en un fenómeno sociocultural a finales de los 30. Tal vez el principal factor para la enorme popularidad y éxito comercial de los cómics de superhéroes haya sido la mezcla temática que ofrecían. Personajes coloridos y extravagantes como los de los pulps pero con problemas y enemigos más mundanos y a la vez complejos que los que enfrentaban aquellos.
También es innegable que muchos héroes constituyen un modelo de comportamiento ético y moral muy similar al que enseña casi cualquier religión. Jack Kirby mencionó en muchas ocasiones que una de las cosas más importantes que había aprendido de sus padres y de la Biblia era que el bien siempre triunfa sobre el mal, y que esa era una lección que siempre estaba presente en su trabajo. Expertos y analistas han dedicado mucho tiempo y páginas a realizar extensos y profundos estudios sobre que Superman está lleno de referencias a Sansón y Jesucristo y de cómo tal héroe o cual historia contiene referencias a las escrituras de x religión, así que no me interesa hacer lo mismo.
Simplemente me parece que el hecho de que los judíos tengan una educación religiosa tan estricta debe haber provocado que, consciente o inconscientemente, muchos de aquellos jóvenes incluyeran temas y referencias religiosas en su trabajo. Es evidente que no todos los autores de cómics han sido o son judíos, pero en términos de los pioneros del medio me parece que si eran un grupo considerable. Ahora existe una gran diversidad de credos o religiones entre autores.
Kurt Busiek es agnosta; Frank Miller ateo (juraría que Warren Ellis también); JM DeMatteis es Baba (que hasta donde entiendo es una mezcla de hinduismo y cristianismo); Neil Gaiman es de origen judío, fue educado en escuelas manejadas por la Iglesia de Inglaterra y su padre era cientólogo, así que supongo que eso explica su equilibrado manejo de temas relacionados con la religión; Alan Moore se cuece aparte, y Grant Morrison es... mago del Caos (según sus propias palabras).
Esta diversidad ideológica en los creativos se ve reflejada en el contenido de los títulos que escriben, así que no debiera sorprender a nadie que Vertigo sea la línea de títulos con mayor variedad en lo que a representación ideológica/religiosa de sus personajes se refiere. Tal vez en un futuro dedique algunas líneas a explorar el manejo de temas religiosos dentro de los comics. Tal vez.
El otro aspecto que quería explorar en este texto es el de la mitología. Y debido a que se trata de algo bastante extenso me parece que será mejor dejarlo para la próxima entrega.
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