lunes, 18 de abril de 2005

Un poco de cinismo religioso...

Por razones que no pienso detallar en este momento, este sábado tuve en mis manos por unos momentos un tomo de alguna edición ilustrada de "La Biblia para Niños", que presenta textos condensados y resumidos en una forma ideada como auxiliar para quienes enseñan el Catecismo a los niños. Con algunos minutos de ocio y nada que hacer no aguante el morbo y leí uno de los textos. Se trataba de "Las Bodas de Caná", el episodio donde Jesús convierte el agua en vino. Apenas pude contener la risa al leerlo, por la elección de palabras usada en la redacción. Parafraseo libremente a continuación.

Jesús ordena a los sirvientes que llenen las vasijas hasta el borde y después saquen un poco de una de ellas para dársela a probar al organizador de la fiesta. Este prueba el agua, que para entonces ya es vino, bla, bla, bla, elogia las calidad del mismo, bla, bla, bla. "Los discípulos de Jesús, que también habían sido invitados, presenciaron esta demostración de su poder y desde entonces lo siguieron fielmente sin dudar jamás de él".

No recuerdo si es correcto ubicar a sus discípulos en esa parte de la historia (sí, recibí educación católica, no critico sin fundamentos), pero más allá de eso me pareció divertida la noción de que nadie dudara de él después de proveer alcohol ilimitado durante una fiesta. Tal vez los textos subsecuentes debieran ser algo como "¿Chupe gratis? ¡Gracias! ¿De quién dices que eres hijo? ¡Seguro! ¡Gran tipo!". Si consideramos que las celebraciones judías duraban varios días, "¿Barra libre toda la semana todo el día? ¡Vas!".

¿Que más hace falta para convencer a un hombre de seguir ciegamente a otro?

Y después se me ocurrió otra idea. ¿Será esa la razón por la que durante las ceremonias religiosas los curas recalcan la importancia de que Dios sea el primer invitado a todas nuestras celebraciones?

2 comentarios:

  1. ¡Caray! Con razón hubo tal cantidad de conversos en los primeros días del cristianismo. Seguro los griegos pensaron que Jesús era Baco reencarnado.

    Malo que ahora los curas se reserven el derecho del vino, las misas serían más divertidas si empezaran con una chela bien muerta que con un padre nuestro.

    Un momento: ¿por eso las misas eran en domingo, para curar la cruda?

    Ah, esto da para tanto...

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  2. El verdadero milagro es que Jesús tenía la llave de la cava... :P

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