Yo me encontraba en una relación que terminó hace poco más de un año, en la cual yo me sentía de lo más lleno emocionalmente hablando. Estaba contento con la relación, la amaba a ella y ella a mi. Pero no estaba destinada a durar nuestra relación, y tronamos.
Yo me sentí desolado en ese momento... con el corazón roto (metafóricamente hablando, claro está) y todo parecía indicar que no iba a amar de nueva cuenta.
Y oh sorpresa, de sorpresas. Apareció de la nada una chica que me atrajo mucho (bueno, en realidad no apareció, sino que me comencé a fijar en ella), pero por supuesto (pensé yo) esto no podía durar. No sé si fue la terquedad de ambos por la que aguantamos un período de ajuste (ambos veníamos de relaciones muy fuertes), o si acaso fue que vimos lo que podíamos llegar a ser juntos. La cuestión es que han pasado ya 10 meses desde la primera vez que nos dimos un beso, y seguimos juntos.
Aún más importante, es que lo que siento por ella es cada vez más fuerte. Y ha palidecido de una manera impresionante a mi relación anterior. Me encuentro más enamorado de lo que pensé que podría llegar a estar.
En fin, pasó lo que creí imposible.
Sucede con frecuencia que lo que en un momento vemos como una tragedia, una pérdida irreparable, con el tiempo se convierte en lo mejor que nos pudo pasar. En el camino nos esperan otras experiencias más plenas y felices en nuestro crecimiento personal.
ResponderBorrar"El azar tiene cara de complot"
No recuerdo el autor pero esta idea me ilumina y llena de esperanza. Felicidades por estar viviendo un amor más profundo.