Este texto debió aparecer hace un par de semanas y hablar sobre el Monstruo Comegalletas y su nueva dieta balanceada, pero creo que Tere exploró el tema mejor de lo que yo podría hacerlo. Pero su texto toca un punto que desde hace años es tema de discusión y me interesa de un modo especial: la percepción de ciertos sectores de la sociedad sobre el contenido de los medios, en particular la televisión.
En Estados Unidos la satanización del entretenimiento es tema común. Que si dos adolescentes se suicidaron tras escuchar un disco de Judas Priest; que si Harris y Klebold eran fans de Marilyn Manson y eso los llevo a asesinar a varios de sus compañeros, que si la violencia en los videojuegos es la causa de que los adolescentes sean violentos, etc. Y creo que se trata de cuestiones cuya respuesta es bastante más compleja.
En Los Simpson ocurre durante el episodio "Homer Badman" ("Homero el Hombre Malo"). Homero y Marge atienden a una convención de dulces donde Homero roba una golosina única. Al volver a casa Homero ofrece llevar a la niñera a su casa y cuando ella baja del auto él se percata de que tiene la golosina en cuestión pegada a la parte trasera de sus pantalones.
Homero extiende la mano para recuperar el dulce y ella cree que intenta propasarse. Lo que sigue es un escándalo mediático. Tras ver junto a su familia un reportaje sobre el tema, Homero busca el apoyo de sus hijos.
Homero: ¿Verdad que ustedes no creen en sus mentiras?
Bart: (Titubea antes de responder) Lo sentimos, Homero. Quisieramos creerte, pero si lo dice la televisión, debe ser cierto. (Bart y Lisa corren a abrazar el aparato de TV).
En el mismo episodio, una vez aclarado todo el asunto, podemos escuchar al mismo Homero expresar su percepción del aparato en cuestión:
Homero: Televisión. Madre, maestra... y amante secreta!
En este sitio hay un trabajo escolar que analiza el impacto sociológico de Los Simpson en la cultura contemporánea (en inglés).
En South Park la referencia es aún más explicita. En el episodio titulado "Death" ("Muerte"), se manejan varias tramas secundarias. Una de ellas involucra a todos los padres del pueblo, quienes viajan a Nueva York para exigir la cancelación de la serie de TV Terrance and Philip, el programa favorito de los niños del pueblo, porque lo consideran vulgar y de mal gusto.
Los niños, solos en casa, tratan con temas como el suicidio asistido y una visita de la Muerte en persona. Mientras huyen de la muerte se da el siguiente diálogo:
Stan: ¡Maldición! Saben, creo que si los padres pasaran menos tiempo preocupándose sobre lo que sus hijos ven en televisión y más tiempo preocupándose por lo que pasa en las vidas de sus hijos, este mundo sería un lugar mucho mejor.
Kyle: Si, yo creo que la razón por la que los padres se ofenden tanto con la televisión es porque dependen de ella como niñera y única educadora de sus hijos.
En ese mismo episodio se discuten el suicidio asistido y el derecho a la muerte, temas puestos de moda hace unas semanas por el caso Schiavo. Aquí hay una transcripción del episodio completo (en inglés).
Y siento que el problema es que, como sociedad, inadvertidamente hemos dejado que la televisión cobre una exagerada importancia en nuestras vidas. Y la verdad creo que no es para tanto. ¿Acaso suponen que los niños van a imitar todo lo que vean en televisión? Porque si ese es el caso más vale que cancelen todos los noticieros inmediatamente.
Para finalizar, y volviendo al caso del Monstruo Comegalletas, ¿no es más fácil que cuando un niño exija el derecho a comer galletas, sólo galletas, a la hora que se le antoje, la madre le explique que él no tiene el pelo azul, que no es un monstruo, y que sus necesidades son diferentes? Creo que todo niño merece esos minutos de atención.
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