Un problema de actualidad en todo el mundo que cobró gran relevancia mediática el año pasado es el de la brutalidad policiaca en las ciudades. El blanco suelen ser las minorías raciales y la gente de bajos recursos, pero no se trata de un tema reciente, sino de un problema sistémico para el que no se ve una rápida solución. Y sin duda esto fue algo que Aleš Kot y Tradd Moore tenían em mente mientras creaban el mundo en que se desarrolla su historia de 2018 The New World.
En este mundo en que las autoridades migratorias pueden separar familias, la mayor medida de seguridad es un muro fronterizo, y asesinar criminales es una medida no sólo aceptable sino popular, no es ninguna sorpresa que las más grandes celebridades sean los policías, que en este futuro se han convertido en cazarrecompensas que, a mayor conteo de ejecuciones en su historial, más populares son, sobre todo porque es la misma audiencia la que decide cuando un criminal debe pagar con su vida.
En este mundo hiperviolento pero familiar, conocemos a Stella Maris, una oficial del departamento de policía de Los Angeles que goza de gran popularidad incluso a pesar de que se rehusa a ejecutar criminales mientras patrulla los barrios bajos de la ciudad sin importar que la exigente audiencia de la República de Nueva California se lo demande. Nieta de un importante e influyente político, la malhablada y rebelde Stella pasa su tiempo libre bebiendo, de fiesta, usando drogas recreativas, en busca de sexo casual y divirtiéndose con total abandono.
Y es justo en una de esas salidas nocturnas que conoce a Kirby Shukaku Miyazaki, un joven hacker idealista que es vegano y no bebe. Es la clase de relación que no debería tener sentido, pero Stella sólo quiere divertirse, no conocer gente, por lo que no trata de conversar con su conquista de la noche, ella sólo quiere sexo. No tiene forma de saber que Kirby es un anarquista y activista cibernético que transmite en vivo sus actos de rebeldía contra el sistema y gusta de azuzar a la gente al grito de "¡acaben con el estado policial!".
Las cosas se complican cuando Stella recibe la orden de localizar y neutralizar a un anarquista que está causando problemas a las autoridades, pero se encuentra con la sorpresa de que su blanco es Kirby. Incapaz de cumplir con su deber y arrestarlo o ejecutarlo, Stella decide abandonarlo todo y escapar con él, incluso si eso provoca la ira de su vuelo y pone a todas las autoridades en su contra, convirtiéndolos en los fugitivos más buscados de Nueva California, y sólo todo su ingenio y la ayuda del padre de Kirby, un decadente mercenario retirado, tendrán alguna posibilidad de salir con vida.
El trabajo de construcción de mundo de Kot y Moore es impecable y aquí crean una realidad futurista que pese a sus muchos excesos se antoja demasiado cercana y familiar. La obra de Kot siempre se ha caracterizado por su gran trabajo de desarrollo de personajes y el incisivo comentario social y cultural que encierra a sus historias en un contexto actual y relevante, y aquí pone de manifiesto su capacidad para escribir acción, lo que es complementado de maravilla por el dinámico trazo de Moore, que usa una mezcla de diseño y atención al detalle para crear un estilo único y fácil de identificar.
El texto promocional empleado cuando se lanzó la serie la describía como una mezcla de Mad Max y Romeo y Julieta que, aunque adecuada, me parece que no refleja todo lo que hay en esta entretenida historia, plagada además de un sutil humor negro que incorpora sarcasmo e ironía para puntualizar el comentario social presente en la historia, usando elementos tan dispares como una inteligencia artificial que sirve como asistente personal que ofrece una peculiar descripción de la acción o el gato modificado genéticamente de Stella.
Pero lo que hace que todo funcione, incluso cuando no parece tener sentido, es el arte de Tradd Moore. Su trabajo parece acusar influencias de manga, cómics, videojuegos y animación, pero destaco en particular su agudo sentido del diseño, pues sabe muy bien como alterar el arte en cada página para acentuar el tono de lo que está ilustrando, sea un íntimo momento de introspección personal o una extraordinaria secuencia de acción. El trabajo de color de Heather Moore es la cereza en el pastel, pues la vibrante paleta de colores, usados en plastas y sin ninguna clase de efectos o degradados, acentúa el limpio trabajo de Tradd.
El resultado es un divertido thriller que mezcla acción, romance y ciencia ficción en una historia llena de personajes graciosos e inteligentes que, además de entretener, resulta sorpresivamente emotivo e invita a reflexionar sobre la situación actual del mundo. Sin duda The New World es una lectura que vale mucho la pena y merece un lugar en la comicteca de todo lector. Absolutamente recomendado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario