lunes, 8 de febrero de 2021

The Martian (Misión Rescate), de Andy Weir

No es raro que una novela estalle en popularidad hasta que es adaptada al cine o la televisión. Imagino que se debe a que muchos ven como una validación del libro el que un estudio de Hollywood decida invertir para llevar la historia a otro medio, aunque tampoco hay muchas maneras de enterarse de las novedades editoriales a menos que uno esté al pendiente de los nuevos lanzamientos o siga publicaciones especializadas, así que una película es buena publicidad. Como sea, eso fue lo que pasó con The Martian, novela de Andy Weir publicada de forma independiente como ebook en 2011 y reaparecida en 2014 ya con una editorial, y fue entonces que supe de su existencia.

Poco después se dio a conocer que los derechos para llevarla al cine ya estaban vendidos (hecho que debe haber facilitado al agente de Weir conseguir una editorial) y que Ridley Scott sería el encargado de dirigir la adaptación que llegaría a cines en el último trimestre de 2015, con un elenco estelar encabezado por Matt Damon que incluía también a Kristen Wiig, Jeff Daniels, Michael Peña, Kate Mara, Sean Bean, Sebastian Stan y Chiwetel Ejiofor. Quise leerla antes de ver lo que Hollywood hacía con ella, y sé que lo hice a finales del mismo 2014 o inicios de 2015.

La historia transcurre en 2035 y sigue a la misión Ares 3 de la NASA, que llega a Marte para pasar ahí un mes realizando estudios y experimentos. Pero menos de una semana después de su llegada una intensa tormenta de viento y polvo amenaza con dañar el vehículo de ascenso, y como no pueden correr el riesgo de quedar varados en Marte, inician una evacuación de emergencia. La tormenta arranca una antena que impala al astronauta Mark Watney, botánico e ingeniero, dañando la radio y sensores de su traje. El viento lo separa del resto del grupo, que ante la falta de respuesta lo da por muerto, abandonando el planeta y dejándolo atrás.

Watney sobrevive, pero no tiene forma de comunicarse con nadie, así que tendrá que hacer uso de todo su ingenio e inteligencia para maximizar los recursos a su alcance y hallar el modo de sobrevivir hasta que llegue la siguiente misión al planeta rojo, programada para cuatro años después. Watney enfrenta con paciencia y disciplina los problemas que se le presentan. Modifica el hábitat que llevaron consigo para usarlo como invernadero y cultivar ahí papas de las que iba a usar en experimentos, y recicla equipo para producir agua. Además, busca formas de lograr que en la Tierra se enteren de que está vivo.

En NASA descubren lo ocurrido y empiezan a trabajar en una forma de rescatarlo, pero al principio deciden no informar a la tripulación del Ares 3, que viaja de vuelta a la Tierra, que Mark está vivo. Los posibles rescates incluyen enviar una sonda con provisiones, acelerar el lanzamiento de la siguiente misión, o hallar el modo de que el Ares 3 vuelva para recogerlo pero sin poner en peligro al resto de los astronautas. Lo que sigue es una carrera contra el tiempo mientras Mark trata de sobrevivir en un entorno árido y el personal de la NASA busca la mejor manera de salvarlo.

Una parte de la novela está escrita de forma epistolar, pues en vez de una narración convencional tenemos las entradas en la bitácora de Watney, lo que me parece tiene el efecto inmediato de poner al lector en los zapatos del protagonista, dejando claro desde muy temprano lo peligroso de su predicamento al tiempo que retrata el carácter pragmático y un tanto optimista del astronauta, algo que se vuelve clave para que pueda sobrevivir a las dificultades que enfrenta. 

La historia de Weir se centra en el espíritu humano y su instinto de supervivencia, y aunque su relato está lleno de detalles técnicos y datos científicos que le dan gran credibilidad, logra balancear ambos aspectos de forma que lo primero no ahuyente a los fans de la ciencia ficción dura, y que la parte técnica no resulte aburrida para el lector promedio. Hay también un buen manejo del humor, que da un bienvenido contrapeso a los momentos más dramáticos de la historia sin volverse una distracción. Quizás se le pueda criticar que los personajes secundarios no estén trabajados con la misma atención que Mark, pero al pasar tan poco tiempo con ellos el problema es bastante menor.

Weir estudió computación y es hijo de un ingeniero y un físico, lo que explica su interés por la ciencia, y que haya dedicado varios años a estudiar temas de ingeniería, botánica, aeronáutica y otras disciplinas, con intención de crear una historia cuyos fundamentos científicos fueran tan sólidos como le fuera posible. Antes de empezar a trabajar en ella realizó por varios años Casey & Andy, webcomic donde usó mucho de lo aprendido y el cual concluyó en 2008 tras 666 entradas.

Mientras trabajaba en él escribió un par de libros, pero no halló un agente dispuesto a buscarles editorial, así que en 2009 decidió publicar The Martian de forma gratuita y por entregas a través de su sitio web. Al terminar la historia en 2011 sus fans lo convencieron de hacer un ebook, que en poco tiempo se convirtió en un éxito en la tienda Kindle de Amazon, lo que llevó a que vendiera los derechos a una editorial y para la adaptación a cine. La novela pasó casi año y media en las listas de los títulos más vendidos, y en 2016 Weir recibió el John Campbell Award como mejor nuevo escritor.

En resumen, The Martian es una emocionante y entretenida novela de ciencia ficción llena de temas humanos y momentos divertidos y sentimentales. Más allá de si ya vieron la película, les recomiendo echarle un vistazo a la novela que la inspiró, pues a mi juicio es un trabajo más completo y mejor logrado. Es la clase de historia que puede ser del gusto de cualquier lector, incluyendo a aquellos que creen que toda la ciencia ficción trata de robots o batallas espaciales. Sin duda se trata de una lectura bastante recomendable.

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