Simon Pegg y Nick Frost saltaron a la fama gracias a sus colaboraciones con Edgar Wright, primero en la serie de TV Spaced y después en la divertida y aclamada trilogía Cornetto (Shaun of the Dead, Hot Fuzz y The World's End), donde la comedia se entrelaza con los géneros de horror, policíaco y de ciencia ficción, y ahora son figuras muy respetadas cuando de comedias se trata. Otra película suya que ya comenté aquí es Paul, que también es una comedia de ciencia ficción.
Cuando me enteré de que Stolen Picture, su compañía productora, estaba trabajando en una serie de TV y que ya tenían un trato con Amazon Prime Video, me emocionó la idea. La serie en cuestión es una comedia de horror llamada Truth Seekers, cocreada y escrita por ambos en colaboración con James Serafinowicz y en la además ambos actúan.
Los ocho episodios que forman la primera temporada tienen una duración de aproximadamente media hora cada uno y fueron dirigidos por Jim Field Smith, y la serie se estrenó el pasado 30 de octubre en todos los territorios donde la mencionada plataforma está disponible.
La historia sigue a Gus Roberts (Frost), un técnico que instala y repara equipo de internet y banda ancha para Smyle, el proveedor de ese servicio más grande e importante de la Gran Bretaña. Su trabajo requiere que visite distintas partes del país, así que aprovecha su tiempo libre durante los viajes para trabajar en su verdadera pasión: las investigaciones paranormales. Gus tiene un canal de YouTube en el que publica sus experiencias al visitar lugares embrujados, pero tiene pocos seguidores debido a que en realidad nunca ha hallado nada interesante.
Pese a que le gusta trabajar solo, Dave (Pegg), su jefe, le asigna un nuevo compañero para que lo acompañe y aprenda de él. Elton (Samson Kayo) es un tímido joven dispuesto a aprender, aunque parece ocultar más de un secreto. Por alguna razón ahora que tiene compañía, la suerte de Gus para encontrar fantasmas y otros sucesos y elementos sobrenaturales cambia de forma radical, incluso cuando no va en su busca, lo que llena de temor y desasociego a su joven acompañante, que no quiere saber nada del tema.
Pronto sus caminos se cruzan con el de Astrid (Emma D'Arcy), una joven perseguida por espectros que no sabe por qué la atormentan o qué quieren de ella. Otros personajes recurrentes son Richard (Malcolm McDowell), padre de Gus, y Helen (Susan Wokoma), la retraída y antisocial hermana de Elton que, pese a sus problemas para lidiar con la gente, tiene un exitoso canal de videos en que comparte tutoriales de maquillaje y tips para cosplayers. Sus historias se entremezclan y retroalimentan hasta revelar una conspiración que pone en riesgo las vidas de cientos de personas y la cual sólo ellos pueden detener.
Tengo la impresión de que al principio la serie puede decepcionar a más de uno. Como mencioné al inicio de este texto, los antecedentes de Pegg y Frost hacen que las expectativas sobre cualquier comedia en la que participan se elevan de forma inmediata, y no estoy seguro de que promocionar Truth Seekers como una comedia de horror haya sido una buena idea. La razón es que, aunque el humor está presente, no es la principal característica de esta historia, que por momentos se siente más como un drama de terror y suspenso aderezado con toques de comedia.
Desde el primer episodio queda claro que la serie no se va a tomar demasiado en serio su tema central, pero su manejo de los fantasmas es bastante respetuoso y dista mucho de ser la parodia que uno podría imaginar al leer la descripción oficial de la serie. De hecho, creo que la construcción de su propia mitología de fantasmas representa uno de los mejores trabajos que he visto dentro del género de horror en una serie, y estoy casi seguro de que al verla se encontrarán con que alguno de sus episodios tiene algo que los haga brincar sobresaltados o sufrir un escalofrío.
La serie avanza a un ritmo semilento, pero es claro que es algo intencional, pues se toma su tiempo para construir las personalidades de sus personajes y las relaciones que se dan entre ellos al tiempo que va desarrollando una historia bastante más compleja de lo que podría esperarse en sólo cuatro horas, una en que los elementos centrales presentados en cada episodio se van acomodando como las piezas de un rompecabezas que, si son pacientes, ofrecerá al espectador una satisfactoria recompensa, pues cada misterio que parece quedar en el aire se resuelve conforme avanza la serie.
El peso de la historia recae sobre las actuaciones, y el encantador carisma de Frost es clave para mantener el interés y la atención de los personajes durante los primeros episodios. Pegg tiene apariciones mínimas que parecen no aportar mucho a la serie, pero todo tiene una razón de ser y al final de la temporada se revela la verdadera importancia de su personaje y el papel que juega en la historia. McDowell empieza como un personaje gruñón y desagradable, pero va creciendo conforme se desarrolla la historia. Por su parte, los actores más jóvenes hacen un trabajo más que competente y para el final todos ellos son ya un entrañable grupo.
Otra característica de la serie que me parece importante mencionar, es el candor e inocencia con que plantea algunos de los conceptos más tontos de su mitología y son un bienvenido aporte al tono ligero que persiste en la serie a pesar de los genuinos momentos de horror, que pueden llegar a ser bastante perturbadores. Hubiera sido fácil hacer una sátira sobre cazadores de fantasmas, teorías de conspiración centradas en fantasmas y alienígenas, y youtubers, pero la serie prefiere construir una historia coherente y relativamente compleja a partir de todos esos elementos.
Puede que el resultado no sea tan divertido o cautivador como Shaun of the Dead o Hot Fuzz, pero al igual que esas películas, Truth Seekers encuentra el punto medio en que logra hacer un respetuoso homenaje/parodia a un género al mismo tiempo que se convierte en una respetable entrada al mismo, y lo más importante es que lo hace manteniendo el enfoque en sus personajes, lo que resulta en una serie mucho más humana que comedias que apuestan por la risa fácil pero efímera.
En resumen, Truth Seekers es una serie que debe resultar del agrado de los aficionados al horror y a las comedias de Pegg y Frost, plagada de guiños y homenajes a la cultura pop pero sin recaer en ellos para cargar la historia. Ahora que ya tienen un mundo bien establecido y una historia central completada, creo que de haber una segunda temporada la serie tiene el potencial de volverse algo especial tanto en el género de horror como en el de la comedia. Bastante recomendable, aunque con algunas reservas.
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