martes, 24 de noviembre de 2020

Comicteca: Wynd, de Tynion y Dialynas

En los últimos años los cómics han evolucionado en el sentido de que publicar historias ajenas a los superhéroes ya no representa un riesgo para las editoriales, y como resultado se ha dado un crecimiento en la popularidad del horror, la ciencia ficción y, sobre todo, la fantasía.

Además, por fin parece que todo mundo se dio cuenta de la importancia y potencial de ofrecer material apto para niños, y hay gran cantidad de editoriales y sellos especializados, con lo que tenemos series que hace 20 años no habrían tenido cábida en la industria estadounidense del cómic. Y Wynd, de James Tynion IV y Michael Dialynas, es un perfecto ejemplo.

El protagonista es Wynd, un chico que oculta un mágico secreto. Vive en Pipetown, importante ciudad del fantástico mundo de Esseriel, donde trabaja como ayudante en la cocina de una popular taberna/cafetería, donde trata de mantenerse lejos de la vista de los comensales.

Su principal pasatiempo es subir a la azotea para espiar a la distancia a Thorn, el hijo del jardinero de palacio, de quien parece estar enamorado. La razón por la que evita pasar mucho tiempo entre el resto de los habitantes de Pipetown son sus puntiagudas orejas, que apuntan a un origen mágico que en este mundo no es algo bien visto. La ciudad tiene estrictas leyes que prohíben la existencia entre sus muros de cualquier cosa o persona que tenga algo que ver con la magia.

Aquellos cuya fisiología evidencia la "corrupción" mágica de su sangre reciben el despectivo nombre de weirdbloods (sangre rara). La mayoría de la gente con esta condición la adquirió tras entrar en contacto con una planta mágica, las cuales abundan en los bosques a los que casi nadie se aventura, pero Wynd es diferente. De hecho, nació así, aunque él mismo no tiene idea de cual sea su especie, pues fue adoptado por Miss Molly, la duela de la taberna, cuando apenas era un bebé.

Ahora la ciudad vive en un estado de incertidumbre, pues el rey, principal promotor de las leyes de sangre, está muy enfermo. Su hijo, el Príncipe, es un joven retraído y sin carácter, y nadie sabe qué pasará cuando herede la corona.

El segundo en la línea de sucesión es el hermano del rey, que vive en el exilio tras adoptar una postura de aceptación y tolerancia a la magia y otras especies, y tiene simpatizantes en la ciudad, quienes esperan que él asuma el poder y elimine esas leyes. Aún así, la mayoría de la población comparte el recelo y prejuicio del rey hacia todos aquellos que son diferentes, y eso provoca una creciente tensión entre la gente.

El rey ordena que el temible Hombre Vendado, un implacable cazador de seres mágicos, vuelva a la ciudad para mantener a raya cualquier intento de insurrección. El Príncipe no desea gobernar y planea escapar de la ciudad y abdicar a favor de su tío, pero cuando su plan es descubierto, Wynd, el Príncipe, Thorn y Oakley, hija de Miss Molly y mejor amiga de Wynd, deben hacer un desesperado escape antes de que el Hombre Vendado pueda atraparlos.

Wynd Book One: Flight of the Prince es el nombre de la primera colección de esta serie, que se iba a publicar como novela gráfica antes de que BOOM! Studios decidiera lanzarla como miniserie a fin de apoyar a las tiendas de cómics, tan duramente golpeadas por la pandemia. Cada número tiene alrededor de cuarenta páginas de historia, casi el doble de un cómic estándar, así que el tomo, que saldrá a la venta este diciembre en pasta blanda y unos meses después en pasta dura, rondará las 250 páginas.

La historia parece dirigida a un público adolescente, pero el gran trabajo de Tynion y Dialynas, sobre todo en la construcción de este mundo y la caracterización de sus personajes, hace que sea un relato fácil de disfrutar para lectores de todas las edades.

Se trata de una obra engañosamente simple, pues parece un mundo sacado de la fantasía clásica al estilo de El Señor de los Anillos, con un conflicto que gira alrededor de los prejuicios explorados, por ejemplo, en los X-Men, donde un sector de la población teme y odia a todos aquellos que son diferentes, lo que me parece un tema tan vigente el día de hoy como hace sesenta años.

The Woods, colaboración anterior de Tynion y Dialynas, recibió elogios por su representación de la comunidad LGBTQ+, y aquí hacen algo similar, pero de forma diferente. Desde las primeras páginas queda clara la atracción que Wynd siente por el joven y fornido jardinero Thorn, que acostumbra salir a correr sin camisa todas las tardes, y más adelante descubrimos que hay una relación platónica entre el Príncipe y Thorn, que parece ser su único amigo.

Lo curioso es que el tema se aborda con naturalidad, sin insinuación alguna de que la homofobia sea una preocupación para los involucrados. Es particularmente inusual si consideramos que los temas principales de la historia parecen ser la intolerancia y la xenofobia. ¿Por qué obviar un problema similar y vigente en nuestro mundo, como la homofobia?

No sé si era la intención, pero me parece brillante presentar relaciones entre personas del mismo sexo como algo normal y aceptado, incluso en un mundo donde la intolerancia tiene niveles letales y el genocidio es visto como una solución viable a la percibida amenaza externa al estilo de vida "normal" y "natural" de algunos de sus habitantes.

El arte de Dialynas es el complemento ideal para esta historia. Su trazo limpio y gran diseño de personajes facilitan visualizar Wynd como animación, con detallados fondos que dan vida al entorno de los personajes. Su trabajo de color, con una brillante paleta, da el toque final a un trabajo visualmente impecable.

Si buscan una historia interesante y amena, con personajes bien construidos y suficiente trasfondo para ir más allá del mero entretenimiento, pocas opciones son tan recomendables como este título, cuya continuación saldrá el próximo año. Wynd es un entretenido y emotivo cómic de fantasía que lidia con temas de crecimiento y búsqueda de tu lugar en el mundo, ejecutado de tan buena manera que lo pueden disfrutar lectores de cualquier edad. Lectura bastante recomendable.

Texto originalmente publicado en Comikaze

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