Siguiendo con mi idea de ponerme al día con los comentarios de libros que no publiqué durante los años en que me ausenté de la blogósfera, hay casos en los que tengo mucho por hacer antes de comentar cosas más recientes, y la saga de The Dresden Files, de Jim Butcher, son un claro ejemplo, pues han pasado más de seis años desde que comenté la segunda novela, así que llevo un retraso de más de una docena de entregas.
La saga inició en el 2000 con Storm Front, y en 2001 le siguieron Fool Moon y Grave Peril, y es esta última la que quiero comentar en esta ocasión. Pueden leer mis reseñas de las dos primeras siguiendo los enlaces en sus títulos.
Cada novela cuenta una historia completa, pero a pesar de que es posible leerlas de forma independiente, me parece que lo ideal es leerlas en orden, pues la aparición de varios personajes recurrentes, además de la progresiva forma en que está construido el mundo alrededor de Harry Dresden, el único mago profesional de Chicago. Y no, no me refiero a la clase de magos que actúan en teatros o fiestas infantiles.
El primer libro presentó al personaje, explicó los elementos básicos de su mundo, presentado un vago esbozo del pasado de Harry, e introdujo a varios personajes secundarios que se volvieron recurrentes. La segunda entrega enriqueció el mundo de Dresden, con otros pequeños esbozos de la juventud de Harry, y sumó varios tipos de hombres lobo y licántropos a la mitología de la serie. Luego de eso, supongo que el siguiente paso natural eran los vampiros, y eso es lo que Butcher hizo en Grave Peril.
Ahí descubre que los espectros y una especie de pesadilla pensante tuenen que ver con un hechicero a quien enfrentó meses atrás, y sus maquinaciones pueden resquebrajar los delicados acuerdos que paz que existen no sólo entre las tres cortes de vampiros, sino entre todas ellas y el Concilio Blanco, el organismo a cargo de regular todo lo que tenga que ver con la magia en el mundo de los mortales. Harry debe buscar el modo de detener a la pesadilla asesina y sus fantasmas, evitar una guerra, y salvar a sus amigos.
La novela está escrita con el mismo estilo ágil y accesible de sus dos predecesoras, pero me parece que en esta entrega Butcher juega un poco con la estructura narrativa al iniciar la historia a la mitad y llenando los huecos a través de flashback mientras avanza hacia su conclusión, y el resultado es una novela que resulta más compleja, sin por ello perder la frescura que caracterizó a los primeros dos libros.
Destaco en especial que la trama sirva como marco para introducir a los vampiros como otro elemento a la mitología de la saga, uno que cobrará importancia más adelante y que, de forma similar a lo que hizo en la entrefa anterior con los hombres lobo, realiza un homenaje a diversas versiones populares de estas míticas criaturas.
Aquí nos enteramos que en el mundo de Dresden existen tres tipos básicos de vampiros que, de acuerdo a sus distintas características, que obedecen a que se trata de seres de especies diferentes, se dividen en tres cortes identificadas sólo con colores: la Corte Blanca, la Corte Roja y la Corte Negra.
Los vampiros de la corte negra se amoldan al estereotipo de las viejas leyendas europeas, como Dracula o Nosferatu: decadentes criaturas alguna vez humanas que regresaron de la muerte y se alimentan de sangre, y susceptibles a las debilidades por todos conocidas (estacas, sol, elementos religiosos, etc.). Los vampiros de la corte roja son criaturas inhumanas que semejan murciélagos gigantes, pero se pueden disfrazar de humanos. También se alimentan de sangre, y son sensibles a la luz solar y pueden desangrarse, aunque se curan rápidamente y son difíciles de matar.
Por último, los vampiros de la corte blanca tienen apariencia humana y en general son físicamente muy atractivos. A diferencia de las otras dos especies, no se alimentan de sangre, sino de emociones, así que si hubiera que buscar una similitud, son más parecidos a los demonios conocidos como íncubos y súcubos. Físicamente son muy fuertes y resistentes, lo que los hace difíciles de matar, sobre todo porque no tienen alguna debilidad específica.
Imagino que no a todo mundo le gustan esta clase de historias, cuyo único pecado consiste en ofrecer unas horas de entretenimiento sin demasiadas pretensiones. Grave Peril, al igual que el resto de The Dresden Files, una lectura ligera y muy agradable para lectores de casi cualquier edad, aunque imagino que la adolescencia o primeros años de la edad adulta son el momento ideal para sumergirse en este mundo. Recomendada sobre todo para los aficionados a la fantasía.
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