lunes, 16 de noviembre de 2020

Alpha, de Greg Rucka (Jad Bell 01)

Es probable que a muchos lectores de este espacio les resulte familiar el nombre de Greg Rucka, sobre todo por su trabajo en cómics, tanto propios como publicados por Marvel o DC, pero su carrera en ese medio se dio justo gracias al éxito de que ya gozaba como novelista.

Para 1998, cuando apareció Whiteout, su primer cómic (que he comentado en varias ocasiones, aquí la más reciente) ya contaba con dos novelas, Keeper (que también reseñé hace años) y Finder, protagonizadas por Atticus Kodiak, guardaespaldas profesional de quien a la fecha hay siete novelas. Desde entonces ha mantenido un balance entre su trabajo en ambos medios.

Otra razón para que su nombre les resulte conocido es que en meses recientes un par de creaciones suyas fueron llevadas a la pantalla chica: la serie Stumptown y la película The Old Guard, que ya comenté, al igual que el cómic que la inspiró.

Alpha, publicada en 2012, es la primera novela de una presunta trilogía protagonizada por Jonathan 'Jad' Bell, un veterano soldado de fuerzas especiales que ha pasado toda su vida adulta en el ejército y cuyo entrenamiento como parte de Fuerza Delta lo convierte en la clase de personal requerido cuando se presenta una amenaza terrorista. Ésa es la razón por la que Jad, que vive plácidamente en un tranquilo pueblo de descanso lejos de las grandes ciudades, es llamado de vuelta a la acción.

El gobierno de Estados Unidos ha detectado la posibilidad de un atentado en un popular parque de diversiones, pero no saben cual, así que colocan operativos en algunos de los más importantes con la esperanza de detectar a tiempo la amenaza. Así Jad se convierte en el nuevo jefe de seguridad de Wilsonville, una parodia de Disneyland, que en esta historia es su competencia, mientras otro miembro de su equipo se integra al personal del lugar y cuentan con la cooperación de una agente de la CIA, también infiltrada en el personal.

La administración del parque sabe que Jad es ex militar, pero desconocen su razón para trabajar ahí, y él espera no tener que revelarlo. Su antagonista es Gabriel Fuller, joven ucraniano que en su adolescencia llegó a Estados Unidos con una nueva identidad para servir como agente durmiente, a la espera de instrucciones para actuar y revelar su naturaleza. Cuando éstas llegan, su misión es, junto con una veintena de hombres entrenados, colocar una bomba sucia en el parque, tomar rehenes, y esperar instrucciones sobre cómo proceder después.

La situación se complica todavía más cuando la ex esposa de Jad lo llama para informarle que ella y su hija pasarán el siguiente fin de semana en el parque, acompañados del grupo de adolescentes sordomudos de la clase de su hija, y justo el día que pasarán en el parque es el que eligen los terroristas para llevar a cabo su operación.

Como era de esperarse, al desatarse el caos ambas están entre los rehenes, lo que añade un poco de drama a la complicada misión de Jad y su equipo, que deben tratar de rescatarlas junto con el resto de inocentes prisioneros e impedir que los terroristas puedan detonar la bomba.

He escuchado que describen a esta novela como "Die Hard en Disneyland", y aunque cubre el tono general de la historia, no me parece la mejor forma de resumirla. Jad fue entrenado para lidiar con terroristas mejor que cualquier policía, no importa qué tan rudo o ingenioso sea éste. Además, la historia no sucede durante las fiestas navideñas, y Jad no está en el lugar equivocado en el momento equivocado, todo lo contrario. Su trabajo consiste en estar siempre en posición de intervenir para salvar el día.

Pero sí, se trata de una vertiginosa historia de acción con toques de humor y un poco de parodia. ¿De qué otra forma describir los enfrentamientos armados con terroristas en botargas?

Desde la primera novela de Atticus Kodiak sabemos que Rucka puede escribir acción, y hay constancia de ello en sus más de veinte años escribiendo cómics, así que no es sorpresa que esta novela fluya con un ritmo frenético e implacable que mantiene al lector dando vuelta a la página. Algunos creen que Rucka recibió entrenamiento militar o policíaco, algo común entre sus colegas, pero antes de escritor era técnico médico de emergencias, una especie de paramédico altamente capacitado.

La historia en general no tiene nada digno de destacar, más allá de que el protagonista no es la clase de héroe en plenitud física que suele ser quien salva el día en este tipo de historias, sino un veterano cuyas habilidades físicas van en declive, sin que ello disminuya su sentido del deber o vocación de servicio, y aunque eso tampoco es algo del todo novedoso, Rucka lo hace de forma más que competente.

Otra característica que distingue el trabajo de este autor es el desarrollo de personajes, y hace un buen trabajo tanto con su protagonista como con el antagonista, y aunque el resultado con los personajes secundarios es bastante disparejo, nunca llega a convertirse en una distracción.

Hace unos años se publicó Bravo, segunda entrega de la saga, que ya tengo en mi poder y espero comentar pronto. Por ahora no hay información sobre la tercera novela, presuntamente llamada Delta, que Rucka confirmó hace tiempo, pero antes de adquirir otros compromisos, como sus dos novelas de Star Wars en años recientes, o su trabajo en TV como consultor y productor ejecutivo en Stumptown y guionista y productor ejecutivo de The Old Guard, así que eso pudo influir en su retraso.

Alpha es una entretenida novela de acción que no pretende nada más que ofrecer algunas horas de entretenimiento ligero para los fans de la acción. Si les gustan películas como The Expendables o Jack Reacher, o incluso la ya mencionada Die Hard, puede que sea la clase de historias que disfruten. Si son fans del trabajo en cómics de Rucka, puede servir para conocer su trabajo en prosa. Recomendada en particular para los aficionados a la acción con tintes militares.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario