Estamos a unas cuantas horas de cerrar otro año, y me pareció buena idea hacer, una vez más, una breve reflexión sobre lo que fueron los doce meses anteriores. Como he mencionado antes, no me gusta calificar a un año como bueno o malo, pues es una apreciación totalmente subjetiva y que en ocasiones depende de a qué sucesos o momentos decidamos dar mayor importancia, aunque debo reconocer que por momentos este 2019 parecía dispuesto a romper a muchos de nosotros.
Aunque no me gusta la idea de conferir demasiado valor a un calendario con sus caprichosas formas de delimitar el tiempo, me agrada que de vez en cuando sirvan para hacer esta clase de reflexiones o para evaluar las cosas que hacemos o dejamos de hacer tanto en lo personal como en lo profesional. Si bien 2018 para mí estuvo marcado por los problemas de visión que me llevaron al quirófano en tres ocasiones, 2019 no se quedó atrás.
En marzo entré una vez más al quirófano para una operación que pudo significar un regreso casi total a la normalidad, pero un par de semanas después tuve que regresar para que volvieran a poner en mi ojo derecho el aceite de silicón que recién habían retirado. La única ventaja de esto es que ya no tengo la volátil incertidumbre sobre el futuro de mi vista, o en todo caso ya no es tan marcada. En el transcurso del próximo año podría intentar retirar otra vez el silicón, pero no hay garantías de que esta vez salga mejor, y no encuentro nada atractiva la idea de pagar otra cara operación que pudiera no servir para nada.
Como sea, ya me acostumbré a realizar muchas actividades pese a la forma en que el silicón altera mi visión, y actividades que me estaban negadas por su presencia, como ir al cine, me son ahora posible gracias a unos anteojos de altísima graduación, los cuales no puedo usar de tiempo completo porque 1) me cansan demasiado la vista, y 2) resultan contraindicados en muchas situaciones debido al peculiar comportamiento del silicón dentro de mis ojos.
En lo laboral, hubo un periodo bastante complicado, sobre todo en el tercer trimestre del año, cuando una vez más consideré abandonar el trabajo como traductor independiente, mi principal fuente de ingresos, debido a que el principal cliente de mi empleador estaba optando por usar traducciones españolas en vez de solicitar traducciones especiales para el mercado nacional. En el último par de meses eso parece haberse revertido, pero fue un recordatorio de lo volátil y "emocionante" que puede ser la vida como freelancer en este país.
El uso de los anteojos y la estabilidad alcanzada por el silicón me permitió retomar muchas actividades, incluyendo participar en las grabaciones del podcast de Revista Comikaze y reintegrarme, aunque fuese brevemente, a La Covacha Radio. Comicverso, podcast que realizaba con Esteban Pedreros, un amigo radicado en Chile, y el cual habíamos suspendido a mediados de 2018, también regresó. El cambio sigue siendo la constante, y por ahora parece que mi etapa como colaborador de La Covacha en cualquiera de sus formas llegó a su fin.
El año pasado mencioné que revivir este blog había tenido un efecto terapéutico, y este año se convirtió en un buen refugio durante algunos periodos complicados. Hace unos meses pensé en complementar el contenido que aquí comparto con un podcast de entregas breves, pero debido a algunos problemas, mayormente relacionados a software y equipo, opté por suspenderlo hasta que pueda resolverlos y hacerlo de forma consistente.
Sin duda el mis grande de mis pendientes en este año fue mi plan de escribir más, pues aunque lo hice en comparación a años anteriores, no fue ni de lejos lo que tenía pensado, y nunca pude establecer ni el ritmo ni la disciplina que quería implementar a esa actividad. Espero que 2020 sea diferente en ese aspecto.
Quiero agradecer a todos aquellos que de una u otra forma tienen presencia en mi vida, a quienes me acompañaron física o virtualmente en algún momento del año que termina, y a quienes no conozco pero por alguna razón les interesa lo que tengo que decir y me siguen, ya sea en este blog, en Twitter, o en alguno de los podcasts en que participo.
Deseo que en ciclo que está por comenzar nos vaya mejor a todos, espero que seamos capaces de aprovechar nuestro tiempo y oportunidades y encontremos la manera de hacer cosas nuevas, interesantes o divertidas.
¡Salud, y un próspero e interesante 2020 para todos!
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