viernes, 20 de diciembre de 2019

Official Secrets (Secretos de Estado)

Official Secrets (Secretos de Estado) es la más reciente película del director sudafricano Gavin Hood, y se trata de un drama documental sobre la historia de Katharine Gun, una empleada del GCHQ (Cuartel de Comunicaciones del Gobierno) británico que filtró información de inteligencia para intentar detener la invasión sobre Irak en el 2000.


La cinta es una coproducción británico-estadounidense y cuenta con las actuaciones de Keira Knightley, Matt Smith, Matthew Goode, Adam Bakri, Rhys Ifans y Ralph Fiennes. Pese a haberse estrenado en el Sundance Film Festival desde enero pasado, su estreno comercial se dio hasta agosto en los Estados Unidos y octubre en el Reino Unido, probablemente por el poco atractivo comercial que tienen películas de tinte político basadas en hechos reales.

Gun (Knightley) era una traductora en el GCHQ, y al igual que muchos de sus compañeros recibió por correo un meme de un funcionario de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos en que solicitaba la cooperación de los servicios de inteligencia británicos para espiar a los delegados del Consejo de Seguridad de la ONU a fin de poder chantajearlos y obtener la aprobación de las Naciones Unidas para la invasión de Irak.

Preocupada por las implicaciones de que su país sea llevado a la guerra de forma ilegal con base en las mentiras que el primer ministro Tony Blair parece estar repitiendo a nombre de George W. Bush, Gun decidió liberar una copia del memo con la esperanza de que alguien en la prensa investigue los hechos y exponga la verdad. El documento llega a manos de Martin Bright (Matt Smith), periodista del diario The Observer, quien con el apoyo de Peter Beaumont (Matthew Goode) y Ed Vulliamy (Rhys Ifans), confirma que el documento es real y obtiene la aprobación de su editor para publicarlo.


El resultado de la exposición del documento es un mayor escrutinio público de las acciones del gobierno, pero sin mayores consecuencias, pues Bush y Blair sostienen su postura sobre las armas de destrucción masiva presuntamente en posesión de Saddam Hussein y realizan su invasión. En cuanto a Gun, al ver la presión sobre sus compañeros de trabajo mientras se busca al responsable de la filtración, decide confesar y entregarse. Consciente de que el gobierno hará todo lo posible por convertirla en un ejemplo y de que necesitará toda la ayuda que pueda recibir, recluta la ayuda de Ben Emmerson (Ralph Fiennes), un abogado especializado en causas políticas.

Aunque la película recurre a una estructura narrativa muy simple y se queda a la mitad del camino entre un documental y un thriller político, Hood y sus coescritores se rehúsan a diluir la historia y añaden varias capas de complejidad al guion, que se ve además elevado por las actuaciones de Knightley, Smith, Goode y Ifans, quienes ayudan a dar a la cinta más corazón del que hubiera tenido con un elenco menos carismático o una dirección menos comprometida.

Knightley en particular tiene oportunidad de lucir en cuanto el enfoque narrativo se mueve de la intriga política en el centro de la historia hacia la lucha personal de Gun por evitar un linchamiento público mientras resiste los intentos de intimidación de las autoridades y el poder judicial de su país. El resultado es una cinta con una fuerte carga política que, sin minimizar el peso de sus revelaciones, ofrece un vistazo al costo personal que implica enfrentar a las autoridades y tratar de hacer lo correcto.


Puede que muchos identifiquen a Gavin Hood por sus incursiones en el cine de género, como X-Men Origins: Wolverine (2009) o Ender's Game (2013), pero el talentoso realizador siempre luce mejor cuando trabaja con temas que lo apasionan, los cuales siempre parecen ir ligados a cuestiones sociales o políticas, como ocurre con Tsotsi (2005), Rendition (2007) o la compleja e infravalorada Eye in the Sky (2015).

La apasionada e idealista defensa/llamado a la integridad periodística que el director hace en esta cinta es parte de los elementos que elevan a esta cinta por encima de un simple docudrama, sobre todo en una época en que la prensa del mundo parece más preocupada por no ofender a nadie y evitar cualquier clase de confrontación con las figuras de autoridad.

En resumen, Official Secrets es una cinta bien documentada, realizada con convicción e integridad por un director capaz y experimentado que supo rodearse de un talentoso elenco para contar una historia sobre la clase de cosas que se supone que no debiéramos saber pero sería importante que nos interesaran más.

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