lunes, 2 de febrero de 2009

Superbowl Fiesta - Super Bowl XLIII

Por segundo año consecutivo el evento denominado Super Bowl Fiesta, celebrado en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México, fue abierto al público y no solo a asociados y patrocinadores de NFL México. Todas las invitaciones las reparten los mismos patrocinadores y socios, pero algo es algo. También por segundo año consecutivo me gané un par de pases respondiendo una trivia de mi proveedor de internet y telefonía, y nuevamente acudí acompañado por mi hermano.

Aunque el acceso es demasiado lento y poco organizado (queja que presento sólo a medias, pues presentarme con una impresión de correo para recoger mis boletos me permitió entrar un rato antes que todos aquellos que llegaron al lugar con boleto en mano), fue un evento, en términos generales, bien organizado.



El diseño de señalética en el evento y las identificaciones de prensa y staff me llevan a pensar que la organización corrió a cargo de NFL México, y fue muy similar al del año pasado. La disposición de las diferentes actividades se cambió de lugar, utilizando mayormente el área de la recta principal de la pista del autódromo. Dichas actividades cambiaron respecto al año pasado, y a mi juicio fueron más variadas y entretenidas las de aquella ocasión. Para entregar regalos a los participantes, ahora se usó un sistema de puntos acumulables que podían canjearse por diversos premios en el área designada para ello.

Uno de los atractivos principales (al menos desde un punto de vista meramente visual) fue la presencia de las porristas de los Jaguares de Jacksonville, quienes repartieron fotos y autógrafos entre los asistentes.


Las actividades previas a la transmisión del juego cerraron con un concierto de poco más de una hora, y Fobia fue el grupo de turno (o sea que repitieron tres músicos que participaron el año pasado) y tocaron una selección de éxitos de sus 20 años de carrera. En lo personal, Fobia es un grupo que me trae muy buenos recuerdos de hace años, y la edad predominante entre el público asistente hace muy posible que muchos compartan esos mismos recuerdos. Son músicos muy capaces complementados por uno de los cantantes más carismáticos de la escena local, y la presencia de las porristas de los Jaguares en el escenario fue la cereza en el pastel.

Al término del concierto hice lo mismo que el año pasado: salir del lugar para ir a ver el Super Bowl cómodamente sentado en un lugar cerrado y rodeado de amigos, pues la idea de pelear por un lugar en las gradas del autódromo para verlo en las pantallas ahí dispuestas no me parece nada atractiva. Obviamente el tiempo que me tomó trasladarme hasta la casa de uno de mis amigos provocó que me perdiera de la mayor parte del primer cuarto, pero llegué a tiempo de ver el primer TD del juego.

Alguna vez (hace tres años, para ser exactos) mencioné que los Acereros son lo más parecido que tengo a un segundo favorito en la NFL, así que no necesito explicar con quien estaba mi simpatía y apoyo.

Decir que "las defensivas ganan los campeonatos" es un cliché de villamelón, pero a lo largo de la temporada se demostró que ése era el aspecto más fuerte y sólido en el equipo de Pittsburgh. Su ataque mostraba chispazos intermitentes pero no parecía ser el indicado para llevarlos hasta el Super Bowl, y mucho menos para ganarlo.

Los Cardenales de Arizona son exactamente lo opuesto. A pesar de tener uno de los ataques más productivos y explosivos de la liga, su defensiva no parecía ser de las que uno sigue viendo jugar en enero, aunque para sorpresa de muchos y desgracia de mis quinielas, apretaron en playoffs y mostraron una solidez que los hacía al menos competentes.

Tras un entretenido duelo donde ofensivas y defensivas mostraron un equilibrio de fuerzas ligeramente inclinado a favor de Acereros, el último cuarto empezó con una ventaja de 13 puntos que se antojaba difícil de remontar ante la sólida versión 2008-09 de la Cortina de Acero, pero la exitosa combinación de Kurt Warner y Larry Fitzgerald produjo dos touchdowns que combinados con un safety le dieron a los Cardenales una ventaja de 3 puntos quedando poco más de dos minutos y medio en el reloj de juego. La criticada ofensiva acerera encabezada por Ben Rothlisberger tendría que mover el balón para intentar al menos empatar el juego y forzar a jugar un periodo extra.

Nadie imaginó que la definición se daría entre las partes más criticadas de estos equipos: el ataque de Pittsburgh y la defensiva de Arizona, pero así fue. Rothlisberger hizo gala de su habilidad para extender la jugada y evitar capturas, y con apoyo de sus receptores, en especial de Santonio Holmes, nombrado Jugador Más Valioso (MVP) del partido, llevó a su equipo no a empatar el juego, si no a recuperar la ventaja dejando menos de un minuto en el reloj. Holmes realizó una espectacular atrapada en la zona de anotación y enfrió todas las esperanzas de los Cardenales, incluyendo a su fenomenal receptor Larry Fitzgerald.

Se trató de un emocionante juego, digno final para la temporada 2008 de la NFL. Y supongo que salvo uno que otro comentario que pueda publicar de vez en cuando, también representa el último de mis textos regulares dedicados a la NFL al menos de aquí a agosto.

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