Las películas basadas en hechos históricos, sobre todo aquellas relacionadas a guerras, tienen el problema de que pueden desviarse en una de dos direcciones y rara vez encontramos producciones que mantengan un equilibrio.
O se convierten en una historia idealizada con una exagerada romantización de los hechos, donde cada héroe realiza enormes sacrificios y ejecuta actos que elevan el espíritu y la condición humana, o en un afán de mantener la historia lo más fiel posible a los hechos se vuelven un drama documental carente de matices emocionales. Lamentablemente Valkyrie (Operación Valquiria) sufre esa falta de balance y cae en la segunda categoría.
Bryan Singer buscaba un proyecto menor para dirigir entre Superman Returns y su ahora abortada secuela, y al enterarse de que su viejo amigo y colaborador Christopher McQuarrie había co-escrito un guión sobre el atentado perpetrado contra Hitler el 20 de julio de 1944, decidió que era justo lo que necesitaba.
Se reunió con McQuarrie y su co-guionista Nathan Alexander, y empezaron a redondear el proyecto. Lo ofrecieron a United Artist, compañía manejada por Paula Wagner y Tom Cruise, quienes de inmediato aceptaron financiar el film, que originalmente tendría un presupuesto de veinte millones de dólares.
Singer ofreció el papel del Graf von Stauffenberg, uno de los principales conspiradores de la historia, a Tom Cruise, quien aceptó el papel luego de ver fotos del personaje y hallar, según él, cierto parecido físico. La película pasó de modesta producción a cinta de mediano presupuesto, estimado en sesenta millones.
Cuando la producción se mudó a Alemania y hubo que reconstruir locaciones para filmar, el presupuesto se elevó hasta alcanzar la cifra de setenta y cinco millones de dólares, aunque otros estudios afirman que el costo real fue cercano a los noventa. La película narra linealmente los antecedentes inmediatos al atentado, conocido como El Atentado Stauffenberg. Un oficial alemán inconforme con las acciones del régimen de Adolf Hitler es contactado por un grupo de militares y políticos que comparten su punto de vista.
Con sus recursos y acceso a posiciones clave en la estructura de poder del Tercer Reich, Stauffenberg planea el homicidio de Hitler para que su grupo de co-conspiradores pueda tomar control de Berlín y la estructura de gobierno alemana en unas cuantas horas gracias a los protocolos conocidos como Valquiria (de ahí el nombre de la película), originalmente un plan para asegurar las posiciones de Hitler y sus allegados en caso de una catástrofe, pero modificado por Stauffenberg para servir a su causa. Contar la historia con un mínimo desarrollo de personajes le corta las alas a Valkyrie.
La realización técnica es impecable, las escenas están montadas a la perfección y editadas de una forma que permite que la cinta tenga un ritmo sólido y dinámico. La ambientación y efectos especiales son impecables y consiguen recrear la Alemania de la época en exquisito detalle, y a pesar de todo, la película no logra conectar con la audiencia.
Y el problema es de guión. Es difícil creer que Christopher McQuarrie, el talento detrás del excelente guión de The Usual Suspects, haya escrito una historia tan plana y falta de compromiso. En ningún momento profundiza en la situación social y política de Alemania, ni crea una base ideológica y moral para los opositores a Hitler o los desarrolla como personajes, y ahí condena su trabajo a no ser algo más trascendente.
Por fortuna la dirección de Singer y el talento de su impresionante reparto secundario son lo suficientemente buenos como para elevar el trabajo final por encima de los documentales y melodramas históricos que abundan en algunos canales de televisión. Kenneth Branagh, Bill Nighy, Tom Wilkinson, Terence Stamp, Carice van Houten, Eddie Izzard y Thomas Kretschmann son algunos de los actores responsables de cobijar a Tom Cruise y todos ellos hacen un excelente trabajo.
Cruise cumple a secas con su papel, pues no logra inyectar a su personaje la vitalidad y carisma que se dice lo caracterizaban y fueron lo que le ganó apoyo para su aventurado plan. Para su desgracia tengo fresca la imagen de Sebastian Koch como Stauffenberg en una película alemana para tv que pasan de vez en cuando por History Channel.
En defensa de Singer y los involucrados debo mencionar que, aunque conocía la historia y su desenlace, el último tercio de la película logró mantener mi atención hasta el último momento. Valkyrie no es una mala película, al contrario, es bastante buena y al terminar su proyección la mayoría de la gente queda satisfecha e incluso un poco más informada de lo que entró.
Pero en lo personal me dejó la sensación de una oportunidad desperdiciada porque guionistas y director no se atrevieron a pelear un poco contra la comodidad de no comprometerse. Ojalá y Singer recupere la forma que mostró en sus primeros proyectos para su remake de Logan's Run, que parece será su próximo proyecto, pues no hay nada más triste que una película de ciencia ficción conformista y autocomplaciente.
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