martes, 26 de febrero de 2008

No Country for Old Men

Los Hermanos Coen siempre han sido un ejemplo de que no todo el cine producido en Hollywood es superficial y sin alma, pues a lo largo de los años sus películas han causado toda clase de reacciones entre la audiencia y la crítica, mayormente de manera favorable.

No Country for Old Men (Sin Lugar para los Viejos) es su más reciente producción y sin duda el empujón promocional recibido por las nominaciones y premios en la más reciente entrega de los Oscar la convertirá en poco tiempo también en la más exitosa. La cinta está basada en la exitosa novela de Cormac McCarthy del mismo título.

Tommy Lee Jones, Javier Bardem, Josh Brolin, Woody Harrelson y Kelly McDonald integran el extraordinario elenco encargado de dar vida a esta historia de la mano de los Coen, quienes también escribieron la adaptación de la novela. Llewelyn Moss (Brolin) es un callado hombre de pueblo cuyo pasatiempo favorito es cazar, pero su vida de un vuelco cuando descubre el sitio donde una transacción entre narcotraficantes salió mal.


En medio de muertos y vehículos abandonados, Moss encuentra una camioneta llena de droga y una maleta llena de dinero, decidiendo llevarse consigo ésta última. Esa decisión llevará a que Anton Chigurh (Bardem), un despiadado asesino a sueldo, vaya tras él sin preocuparse por la suerte de quienquiera que se cruce en su camino.

Tal vez la única persona que pueda ayudar a Moss sea el sheriff del pueblo, Ed Tom Bell (Jones), pero Moss no tiene intención de pedir ayuda ni a él ni a nadie. Esta aparentemente simple historia de cacería humana se convierte en algo diferente en manos de los Coen. Durante dos horas Ethan y Joel exploran diferentes temas mientras narran el intento de huida de Moss. Narcotráfico, ambición, honor y nostalgia son solo la superficie de No Country...


Cada uno de los personajes principales es desarrollado poco a poco, ayudando a que la historia resulte mucho más compleja de lo que la trama sugiere. La economía en los diálogos es una marca distintiva de las películas de los Coen, pero tal vez éste sea el ejemplo más claro de su capacidad para trabajar sus guiones. No hay una sola frase o gesto que esté de más, y los silencios son usados de un modo impactante, creando una de las mejores películas de los últimos años.

En realidad no hay mucho que pueda decir sobre la película que sirva para describir la experiencia de verla en pantalla. Tal vez el ritmo utilizado por los Coen no sea al que Hollywood tiene acostumbrados a la mayoría de los espectadores, pero me parece que es una película que todo mundo debiera ver.

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