jueves, 30 de septiembre de 2004

El rio sigue su curso

El sol sale de nuevo, anunciando la llegada de un nuevo día.

La oscuridad se refugia en las pocas sombras que quedan, quejándose de la luz como si fuera un ave de rapiña luchando por los restos de algún animal.

Las dudas, la tristeza, y el dolor desaparecen, dando paso a la esperanza, la felicidad y el amor. Abro los ojos y me siento vivo, sigo vivo.

Después de mucho tiempo, óxidadas, las páginas del libro de mi vida vuelven a correr.

Así, el calor del nuevo día me acobija y vuelve a llenar mi corazón.

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