Cuando en el verano de 2018 empecé una serie de cirugías en los ojos que me alejaron del cine por alrededor de un año, una de las películas que más lamenté haberme perdido fue Widows (Viudas), del aclamado director inglés Steve McQueen (Hunger, Shame, 12 Years a Slave), así que fue un gusto descubrir que esa cinta está disponible en el catálogo de Star+.
La historia transcurre en la ciudad de Chicago y parte con una banda de asaltantes dirigida por Harry Rawlings (Neeson). Mientras Harry y su equipo ejecutan su más reciente golpe, un montaje nos presenta a sus esposas. Alice (Debicki) sufre abusos a manos de su marido (Jon Bernthal) y su madre (Weaver); Linda (Rodriguez) tiene dos hijos pequeños y un negocio propio, pero debe lidiar con las deudas y malos manejos de su esposo (Manuel Garcia-Rulfo); Amanda (Coon) es madre de un niño de cuatro meses; y Veronica (Davis) es la esposa de Harry.
El robo no sale de acuerdo al plan, y antes de que concluya el espectacular montaje inicial las cuatro mujeres ya son viudas. Veronica contacta a las otras mujeres para asegurarse de que ninguna esté en una situación insostenible, pero poco después es abordada por Jamal Manning (Henry), un jefe criminal que planea convertirse en político. Éste y su psicópata hermano Jatemme (Kaluuya) le informan que el trabajo final de Harry fue robarles dos millones de dólares, y los quieren de vuelta. El problema es que el dinero se quemó al morir Harry y sus socios.
Entre las cosas que Harry le dejó, Veronica encuentra una libreta con detalles de su trabajo, lo que incluye planes para lo que habría sido su siguiente robo. Desesperada y convencida de que no existe otra manera, vuelve a contactar a Alicia y Linda para explicarles la situación, y les propone realizar el golpe ellas mismas, explicando que se trata de un golpe estimado en cinco millones, dinero suficiente para pagarle a Manning y aun así repartirse un cuantioso botín que les permitirá resolver todos sus problemas y empezar de nuevo.
La premisa es lo bastante interesante como para producir una entretenida heist movie sin necesidad de aspirar a más o hacer algo más complicado, pero McQueen no es la clase de director que se conforme con crear entretenimiento sin mayor sustancia, así que su ejercicio de género ofrece varias capas de complejidad en una película que, sin renunciar a su valor como entretenimiento, explora temas como inequidad social, corrupción y un fuerte deseo de venganza contra el sistema que soporta esas injusticias.
Si a eso le sumamos un drama humano lleno de personajes interesantes con conflictos personales y un talentoso elenco capaz de añadir sutiles matices a sus interpretaciones, no es extraño que el resultado sea una película tan inteligente como entretenida, llena de acción, humor, drama y denuncia social, y capaz de presentar todo ello sin necesidad de renunciar a la mayoría de los elementos narrativos con aire de pulp que hacen de las heist movies un género tan popular.
McQueen construye la clase de película que funciona en diversas capas de complejidad, lo que hace fácil que casi cualquier espectador la disfrute sin importar qué tanto decida involucrarse con la historia. La planeación y ejecución del golpe es lo bastante entretenida como para satisfacer a cualquier espectador casual, en tanto que los dramas interpersonales y la inteligente construcción de historia, llena de intriga social y política y con un par de excelentes giros argumentales colocan a esta cinta en una categoría aparte.
El tema de la corrupción en particular da un peso adicional a la historia, con un par de oponentes políticos diametralmente opuestos pero en el fondo igual de malos. El ya mencionado Manning es un criminal que entiende que es posible robar dentro del sistema sin que el negocio deje de ser lucrativo, en tanto que su rival, Jack Mulligan (Farrell), es parte de un largo linaje de políticos en su familia, y ve el cargo de concejal como parte de la herencia de su padre, el racista y corrupto Tom Mulligan (Duvall).
Eso crea el marco para toda clase de comentario social, donde personajes con gran diversidad de orígenes y estratos sociales deben lidiar con problemas similares, y los supuestos esfuerzos por incentivar la economía de mujeres y minorías pronto se revelan como una mera maniobra mediática para obtener votos mientras las injusticias continúan como siempre. Los pocos personajes que entienden lo mal que está el sistema saben que en las próximas elecciones deben elegir entre dos distintas clases de criminales de carrera.
El guion está lleno de líneas memorables, pero el extraordinario elenco las entrega con una naturalidad que impide que se vuelvan teatrales o se conviertan en una distracción dentro de la historia. En particular destaco el trabajo de Viola Davis y Elizabeth Debicki, que interpretan a dos mujeres muy diferentes que a lo largo de la historia ofrecen un interesante contrapunto entre una mujer que se sabe fuerte pero ahora debe demostrarlo, y otra que se verá forzada a descubrir su fortaleza interior y usarla para salir adelante.
El resto del elenco también hace una labor sobresaliente, en especial Erivo y Rodriguez como el complemento de la improvisada banda de asaltantes, y destaco de forma especial el contraste que existe entre las dos familias criminales que enmarcan la historia central, con los Manning (Henry y Kaluuya hacen un gran trabajo) en una esquina y los Mulligan (Farrell y Duvall interpretan roles más tradicionales pero no menos brillantes) en la otra. Incluso los roles menores están muy bien interpretados.
También me parece importante destacar el trabajo de edición, obra de Joe Walker, que ya había colaborado con McQueen en 12 Years a Slave (trabajo que le valió una nominación al Oscar), y quien hace una gran labor, manteniendo un excelente balance entre los distintos elementos de la historia, y es sólo hasta después de concluida la película que uno se da cuenta de la gran cantidad de personajes, temas y tramas que aparecen en pantalla sin volverse dominantes o quedar relegados a segundo plano.
Me sorprendió un poco descubrir que la música es obra de Hans Zimmer, compositor que considero talentoso pero que siempre me ha dejado la impresión de que es un tanto efectista, todo lo opuesto de lo que la música hace en esta película, pues ayuda a asentar el tono de la historia al tiempo que resalta el ritmo narrativo, con una banda sonora casi inexistente en los primeros minutos pero que va cobrando fuerza conforme avanza la historia y crece la tensión, sobre todo al llegar el momento de ejecutar el golpe.
En general Widows es una película muy disfrutable y quizás sea el trabajo más redondo hasta ahora de McQueen, lo que, considerando la gran calidad de sus tres proyectos previos, ya es decir bastante. Se trata de una de esas raras películas que pueden satisfacer por igual a alguien en busca de entretenimiento escapista de corte criminal que a cualquier aficionado al cine de temáticas humanas y contenido social. Sin duda una película bastante recomendable para todo tipo de público.
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