El pasado domingo se realizaron los juegos de campeonato de las dos conferencias de la NFL. Los Gigantes de Nueva York y los Empacadores de Green Bay disputaron el título de la Conferencia Nacional, y los Cargadores de San Diego enfrentaron a los Patriotas de Nueva Inglaterra por el título de la Conferencia Americana.
El Estadio Gillette, en Foxboro, Massachusetts fue escenario de la final de la AFC. Los Patriotas llegaron invictos tras ganar los 16 partidos de temporada regular y su duelo ante los Jaguares la semana pasada. Los Cargadores también llegaban enrachados, pues ganaron sus últimos 8 juegos y la semana pasada dieron la sorpresa al eliminar como visitantes a los campeones del año pasado, los Potros de Indianápolis.
El clima frío que prevalece en estas fechas en el noreste de los Estados Unidos dificultó el accionar de los dos equipos, particularmente en lo que se refiere a sus ataques aéreos. La defensiva de los Cargadores dio un gran juego, logrando minimizar al poderoso atazque de los Patriotas e interceptando en tres ocasiones a Tom Brady. Sin embargo, su mermada ofensiva no pudo mantener el mismo ritmo de competencia y aún cuando pudo mover el balón con eficiencia, le faltó mostrar contundencia en la zona final del terreno, pues a pesar de haber llegado hasta dentro de la yarda 10 de los Patriotas en tres ocasiones, lo único que pudieron conseguir fueron 3 goles de campo.
Al otro lado, Tom Brady no tuvo una buena actuación. Además de las mencionadas intercepciones que sufrió, fue capturado detrás de la línea en dos ocasiones y recibió presión constante de los defensivos de San Diego, lo que obligó a que la ofensiva de Nueva Inglaterra tuviera que despejar en varias ocasiones luego de sólo tres jugadas.
Sin embargo, el ataque terrestre, combinando a los corredores Lawrence Maroney y Kevin Faulk, y una combinación de jugadas cortas y pases pantalla fue suficiente para conseguir tres series ofensivas exitosas, todas las cuales culminaron con un touchdown. El marcador final fue 21-14. Nueva Inglaterra puede convertirse en el primer equipo en la historia de la NFL en ser campeón invicto en una temporada larga, lo que representaría una marca de 19-0.
Los Empacadores recibieron a los Gigantes de Nueva York en el Estadio Lambeau, con un clima extremadamente frío (-18° C al inicio del juego) para buscar el boleto al Super Bowl XLII. Tras un juego muy parejo decidido en tiempo extra, los Gigantes dieron la sorpresa al eliminar a los Empacadores con un marcador final de 23-20. Los Gigantes ganaron su tercer juego consecutivo como visitantes en estos playoffs, derrotando a tres de los cuatro campeones de División de la Conferencia Nacional.
El veterano QB de los Empacadores, Brett Favre, no pudo redondear su gran temporada con un viaje al Superbowl. En la conferencia de prensa posterior al juego mencionó que de haber ganado el juego, el Superbowl hubiese sido el último juego de su carrera sin importar el resultado. Ahora se espera que en las próximas semanas anuncie si regresa una temporada más o no. Quien aprovechará el Superbowl para cerrar su exitosa carrera será el ala defensivo de los Gigantes de Nueva York Michael Strahan, quien hace unas semanas anunció que no regresaría para la temporada 2008. Que mejor manera de culminar su carrera que disputando una última vez el título de la Liga.
Strahan es el líder de la defensiva de los Gigantes, la cual ha sido tal vez el factor más importante para que los Gigantes hayan podido llegar al Superbowl. Una muestra de lo importante que ha sido su trabajo radica en el hecho de que sus dos últimos oponenetes, los Vaqueros de Dallas y los Empacadores de Green Bay, fueron las ofensivas número 3 y 2 de la liga, respectivamente.
Su máxima prueba será el Super Bowl, donde apropiadamente enfrentarán al ataque número 1 de la liga. Otro factor importante para el éxito de los Gigantes es su renovado ataque terrestre y el hecho de que Eli Manning ha mostrado al fin la madurez necesaria para convertirse en el líder del equipo.
Manning es el único QB que no ha tirado una sola intercepción en estos playoffs, y sus buenas actuaciones las últimas semanas parecen haberle permitido de una vez por todas sacudirse la etiqueta de "el hermano menor de Peyton". El Superbowl tendrá lugar el próximo 3 de febrero en Glendale, Arizona. Ojalá sea un juego tan bueno como el que dieron ambos equipos al enfrentarse en la última semana de la temporada, cuando los Patriotas se impusieron 38-35 en el estadio de los Gigantes.
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