martes, 15 de enero de 2008

Steel Beach (Playa de Acero), de John Varley

Steel Beach (Playa de Acero) es el último libro que leí el año pasado y mi objetivo original era terminarlo justo antes de terminar el año, pero no lo conseguí apenas por unas horas. Está escrito por John Varley, uno de mis cuentistas de ciencia ficción favoritos pero de quien jamás había leído una novela. Y vaya que me estaba perdiendo de algo.

Varley es uno de esos autores a quienes la gente suele referirse como un escritor "de ideas" porque, más allá de la historia que cuente o de las virtudes o defectos técnicos y estilísticos que podemos encontrar en su obra, casi todas ellas se caracterizan por estar llenas de ideas, y Steel Beach no es la excepción.

La historia transcurre alrededor de 250 años en el futuro, luego de que la humanidad fue expulsada de la Tierra por misteriosos invasores, y ahora habita colonias terraformadas en otros planetas del Sistema Solar y en la Luna. 

El/la protagonista y narrador de la historia es Hildy Johnson, reportero(a) de un popular pero poco ético tabloide digital publicado en Ciudad Rey, capital de Luna.

Hildy tiene un peculiar olfato para hallar notas sensacionalistas o escandalosas, pero de un tiempo a la fecha parece estar convirtiéndose en el centro de las mismas, lo que no le agrada nada y desearía poder dejar de caer en esa clase de situaciones.

Sumado a una inusual relación con la inteligencia artificial encargada de mantener funcionando a la colonia lunar entera, una creciente tendencia a intentar el suicidio (aunque supongo que una crisis existencial debe ser relativamente normal en la víspera de cumplir cien años de edad) y una serie de fracasos sentimentales e insatisfacción profesional y es evidente que Hildy tiene muchos problemas.

Quizá se pregunten por qué soy ambiguo al hablar del género de Hildy, y la razón es que la ciencia médica en este mundo está tan avanzada, que las enfermedades son cosa del pasado y es posible regenerar o reemplazar cualquier parte u órgano del cuerpo humano, lo que permite prolongar de forma casi indefinida la vida del ser humano. Todos, salvo pocas excepciones (la mayoría de ellas gente de más de doscientos años de edad y nacida en la Tierra) conserva la apariencia física que tenía a los veintitantos años, y las operaciones de cambio de sexo se han vuelto casi un hobby, pues es posible cambiar una y otra vez cada cierto tiempo.

Al empezar la novela el protagonista es Hildebrant "Hildy" Johnson, pero más adelante, al cambiar de sexo, se convierte en Hildegard "Hildy" Johnson. ¿Ven a qué me refiero cuando hablo de la abundancia de ideas en esta novela? Más allá del planteamiento narrativo o la construcción de mundo, en Steel Beach Varley explora temas que van de la naturaleza humana o la búsqueda de la inmortalidad, a la sensación de soledad que invade a la especie humana, o las formas de lidiar con los sentimientos de pertenencia e individualidad.

Todo mientras nos presenta un increíble mundo lleno de probabilidades e ideas tecnológicas que hoy día (la novela fue publicada en 1993) no suenan nada descabelladas, y todo empacado en un increíble combo homenaje/crítica al trabajo de Robert Heinlein, pues muchos de los temas recurrentes del clásico autor son revisados en esta novela (amor libre, sociedades de librepensadores, la naturaleza violenta y combativa de la humanidad, etc.).

El título de la novela hace referencia a que la humanidad está en un momento clave de su evolución, de modo similar a los peces que al hallar un entorno nuevo y hostil (la playa) tuvieron que evolucionar y adaptarse. ¿Podrá la humanidad hacer lo mismo en su propia playa (la Luna) aunque sea por medios artificiales (de acero)?

Hildy Johnson, el nombre adoptado por el/la protagonista, está tomado de un par de obras de teatro llevadas al cine en varias ocasiones, Front Page (Primera Plana) y His Girl Friday (ignoro el título en español). Pero donde Hildy alterna entre Hildebrant y Hildegard de acuerdo a su sexo, en cine y teatro existen ambos, pues las obras mencionadas tienen como protagonista a uno u otro.

Steel Beach es una muy buena novela que constituye además uno de esos raros hallazgos que mezclan a partes iguales entretenimiento e inteligencia. Si divierte e invita a la reflexión, poco o nada queda por pedir.

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