miércoles, 16 de enero de 2008

Videojuegos

Un rasgo característico de mi persona, que creo común entre geeks de todo el mundo, es que puedo llegar a "clavarme" demasiado en algunas cosas. Tal vez ninguna llegue a convertirse en una obsesión o fijación, pero muchas de ellas son una importante distracción. Aprendí a leer con cómics, y se convirtió en mi "misión" leer todos los que pudiera pudiera encontrar, misión aún vigente casi treinta años y varias decenas de miles de cómics después. Cuando aprendí a jugar ajedrez solía hostigar a todo mundo para que jugara conmigo, razón por la que mucha gente rehuía acercarse si había un tablero a la mano, y pasaba lo mismo con casi cualquier juego de mesa.

Y vinieron los videojuegos. A principios de los 80 llegó a México el Atari 2600. Primero mis primos tuvieron uno, así que jugábamos los fines de semana, luego uno de mis mejores amigos (y vecino) tuvo el suyo, y jugaba con él un par de tardes a la semana. Por último, uno de mis tíos compró otro (entonces ya vivía en casa de mis abuelos), y pude jugar todos los días.

Luego vinieron las computadoras, y quienquiera que haya tenido una Commodore 64 puede atestiguar que, pese a sus limitaciones, era una gran consola de juegos. Por fortuna siempre he sido bastante consciente de mis actos, así que de forma voluntaria me fui retirando de los juegos al darme cuenta de que ocupaban la mayor parte de mi tiempo libre.

No sé durante cuanto tiempo me mantuve al margen de las novedades en videojuegos, pero para que se hagan una idea, luego de los Atari 2600 y 5200 y la Commodore 64, nunca he jugado en un Nintendo ni en un Nintendo 64, el SuperNintendo lo usé un par de veces con unos vecinos y no fue hasta el 2000 o 2001 que volví a jugar de manera más o menos regular en casa de unos amigos todos los sábados por la noche.

La consola era un Dreamcast, que creo recordar era la respuesta de Sega al Nintendo 64, y los juegos que me llevaron a abandonar el retiro fueron uno de Rainbow Six, de tirador en primera persona y multijugadores (basado en conceptos de Tom Clancy) y SoulCalibur, juego de peleas con el añadido de que los personajes utilizan armas de mano (espadas, hachas, etc.).

Imagino que ninguno es una sorpresa, pues 1) desde niño siempre me han gustado mucho las espadas y 2) a Clancy lo descubrí en algún momento a principios o mediados de los 90 y es uno de los autores que más me entretienen.

Hace un par de años mi hermano se compró un PS2 y algunos juegos, pero ninguno de los dos se enganchó realmente con ninguno de ellos, aunque debo confesar que si podíamos pasar algunas horas jugando, ya sea uno contra otro o de forma individual, contando entre mis juegos favoritos SoulCalibur II, NFL Madden 2006, y Burnout Revenge (carreras de autos con un twist: la destrucción de vehículos de terceros y la agresividad contra otros competidores es premiada).

Todo esto salió a colación debido a hace poco aparecieron avances de dos juegos que podrían hacerme considerar la posibilidad de invertir en una consola de nueva generación quizá un PS3, pues me rehúso a comprar algo hecho por Microsoft y el Wii no tendrá los juegos en cuestión.

Uno de ellos es Burnout Paradise, la más reciente adición a la saga de destrucción sobre ruedas, y el otro es SoulCalibur IV. Este último me llamó la atención debido a los personajes que incluirán como "invitados" para esta nueva versión: Darth Vader en el PS3 y Yoda en el XBox 360. Pero no creo llegar a comprar la consola. Ninguna de ellas. En realidad no tengo tanto tiempo libre como para creer que la inversión valdría la pena, y no quisiera pasar otra vez por el proceso de engancharme y retirarme de un hobby, aunque nunca se sabe...

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