Los diez mandamientos son un tema de mucha importancia para las religiones judeo-cristianas, y las diferencias para católicos, protestantes o judíos son mínimas, pues en ocasiones la mayor diferencia es el orden en que los numeran. Por ejemplo, "no cometerás adulterio" es el sexto mandamiento en el catolicismo, pero el séptimo para judíos y protestantes.
Con la importancia que los creyentes dan a esta serie de restricciones, no es ninguna sorpresa que un simple error tipográfico en una Biblia impresa en 1631 se haya convertido en un escándalo de proporciones mayúsculas que llevó a involucrar al rey de Inglaterra.
Quienquiera que necesite escribir algo como parte de sus actividades cotidianas sabe lo fácil que es que un error tipográfico (a menudo llamados "error de dedo") se cuele en un texto, y no es extraño encontrarlos en libros, periódicos, revistas o publicaciones en línea. Aunque en ocasiones estos errores pueden afectar la intención de una oración, los lectores suelen ser capaces de entender cuál era la intención original, así que pese a lo molestos que resultan, no hay mayor daño en ellos.
Pero cuando se involucra a la religión, sobre todo en Europa en la primera mitad del siglo XVII, las cosas pueden cobrar una importancia mayor. En 1631, Robert Baker y Martin Lucas, los impresores reales en Londres, recibieron el encargo de producir una reimpresión de la Biblia del Rey James. Pero en Éxodo 20:14, donde se enumeran los diez mandamientos, hubo una ligera omisión. La línea que debía decir "Thou shalt not commit adultery" ("No debes cometer adulterio"), se publicó como "Thou shalt commit adultery" ("Debes cometer adulterio").
Escandalizado al percatarse del error, el Obispo de Londres informó al Rey Charles I, quien solicitó la presencia de los impresores, a quienes además de revocar la licencia impuso una multa de £300, que ajustados a dinero actual serían alrededor de 65,000 dólares. Se estima que se imprimieron alrededor de 1,000 biblias con el error, por lo que se ordenó recoger cuantas copias pudieran recuperarse para quemarlas todas.
Se dice que parte de la reacción del Obispo y el Rey se debió al rumor de que el error fue intencional por parte de los impresores, pero no existen pruebas de ello. Por otro lado, también existe la idea de que se trató de un acto de sabotaje, posiblemente orquestado por algún competidor que deseaba que Barker y Lucas perdieran la licencia que les permitía ser el único impresor capaz de imprimir la biblia. Esta teoría está sustentada en el hecho de que la edición tiene dos errores notables, ambos en pasajes donde aparecen los diez mandamientos.
El primero es el error tipográfico ya citado, en tanto que el segundo está en Deuteronomio 5:24. La Biblia del Rey James dice "Behold, the Lord our God hath shewed us his glory and his greatness..." ("el Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza.."), pero la de Baker y Lucas muestra "Behold, the Lord our God hath shewed us his glory and his great-asse..." ("el Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su gran culo..."). El primero pudo ser error de los compositores al acomodar los tipos para imprimir, pero el segundo sí tiene pinta de algo intencional.
Se estima que hay menos de veinte copias en el mundo, trece de las cuales están en posesión de bibliotecas y museos del Reino Unido, Estados Unidos y Australia. En la última década un puñado de ellas se han vendido, de forma directa o en subasta, por precios de entre 45,000 y 100,000 dólares. Se le conoce como Wicked Bible (Biblia malvada) porque Henry Stevens, vendedor de libros raros que en 1855 compró la que entonces se creía era la única copia en existencia, la presentó con ese nombre en un encuentro de anticuarios en Londres. También hay quienes la llaman Biblia de los Pecadores o Biblia de los adúlteros.
Por cierto, como detalle curioso acerca del Rey Charles I, se trata del único monarca inglés acusado y ejecutado tras ser acusado de traición. Lo decapitaron el 30 de enero de 1649, y si se preguntan que tan quisquilloso era, la única solicitud que hizo antes de ser ejecutado, fue que le permitieran usar dos camisas. ¿La razón? Se esperaba que fuera un día frío, y no quería temblar durante su ejecución a fin de evitar que alguien pudiera pensar que tenía miedo.
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