Inglaterra. Un solitario niño huérfano de doce años de edad, desaliñado y siempre despeinado, está por tener un encuentro cercano con la magia. Este chico con anteojos y una cicatriz en la frente parece destinado a tener un gran impacto en el mundo, acompañado por la lechuza que adopta como mascota. Y no, su nombre no es Harry Potter.
Warner Brothers, mismo estudio que a fines de esa década llevó al cine las aventuras de Harry Potter, se compró a sí misma los derechos del cómic para realizar una película de Tim Hunter en 1993, pero el proyecto nunca despegó. Así que quienes creen que Tim existe sólo como un intento de colgarse del éxito del maguito de Hogwarts aunque no haya nada más lejos de la verdad.
Durante la segunda mitad de los 1980, DC Comics tuvo gran éxito con los cómics protagonizados por algunos de sus personajes mágicos. El trabajo de Alan Moore en Saga of the Swamp Thing unos años antes fue el punto de partida. John Constantine, personaje introducido en esa serie obtuvo su propio título, Hellblazer, en 1988, y al año siguiente le siguió The Sandman, ambas series también escritas por autores británicos. Su éxito fue tal que la editorial quiso seguir construyendo sobre esa mitología.
Lo que en inicio se planeó como una novela ilustrada para presentar a un nuevo personaje se convirtió en una miniserie de cómics, y tras algunos cambios en el equipo creativo, encabezado por J.M. DeMatteis como escritor, la tarea de hallar cómo conectar las piezas y expandir el universo mágico de DC recayó en Neil Gaiman, que tuvo como colaboradores a los artistas John Bolton, Scott Hampton, Charles Vess y Paul Johnson, todos ellos pintores, y el legendario rotulista Todd Klein.
La estructura que el escritor eligió para construir la historia fue dividir su relato en cuatro partes, cada una de ellas ilustrada por un artista diferente, y en las que explora distintos aspectos y momentos de la magia y sus principales protagonistas dentro del universo DC.
La primera parte o Libro Uno se titula The Invisible Labyrinth (El Laberinto Invisible) y fue ilustrada por John Bolton. Cuatro importantes figuras de la magia en el DCU abordan al joven Hunter porque saben que su destino está ligado al futuro de la magia y de la existencia misma, y desean tantear la clase de persona que llegará a ser. Le explican que la magia es real y que, si lo desea, puede ser parte de su vida, y se ofrecen a mostrarle el mundo que le espera en caso de que decida aceptarla.
El Phantom Stranger es el encargado de mostrarle a Tim un poco del pasado de la magia, que es también una excelente introducción para el lector a una parte de la mitología de DC que estuvo relegada y casi olvidada durante mucho tiempo. En el segundo libro, titulado The Shadow World (El Mundo de Sombras), Tim recorre el presente del Universo DC guiado por John Constantine. Este número fue ilustrado por Scott Hampton, y es un repaso por lo que entonces era el presente de los personajes mágicos de DC.
Por último, el cuarto libro, titulado The Road to Nowhere (El Camino a Ninguna Parte), es ilustrado por Paul Johnson, y en él Mister E, el último de los guías místicos de la historia, muestra a Tim uno de los posibles futuros del Universo DC donde él tiene un papel determinante.
Al hallarse e vuelta en casa, Tim enfrenta la decisión más importante de su joven vida: ¿Debe aceptar y esforzarse por desarrollar todo su potencial como mago, o será mejor olvidarse del tema y llevar su vida como una persona normal?
Muchos relatos sobre magia y niños (al menos la mayoría de los que valen la pena), se usan como alegoría sobre crecer y madurar, del proceso que todo niño enfrenta al dejar atrás la infancia y empezar el proceso de convertirse en adulto, y The Books of Magic no es la excepción, pues al tiempo que convierte a Tim en un avatar del lector para adentrarse en la compleja mitología mágica de DC Comics, cuenta la historia de un niño que debe lidiar con la idea de que todas sus decisiones tienen consecuencias.
Cabe apuntar que aunque el relato presentado en esta miniserie de cuatro números publicados entre 1990 y 91 es una historia completa que se puede disfrutar de principio a fin (y está disponible en una edición de un solo tomo en pasta blanda o dura), es también el inicio de una historia mucho más grande, pues Tim Hunter continuó su viaje de aprendizaje en una serie regular de 75 números publicados entre 1994 y 2000, a la que siguieron varias otras miniseries y especiales.
Si les gusta las historias de fantasía contadas de forma inteligente, son fans de Neil Gaiman o de alguno de los artistas que colaboraron en esta historia, o simplemente desean leer una buena historia acerca de la magia y su lugar en el mundo, incluso si es uno que usualmente vemos lleno de superhéroes, no deberían dejar sin leer The Books of Magic. Puede que se lleven una agradable sorpresa.
Esta obra, por cierto, fue objeto de una edición del poderoso podcast Comikaze en la que participé hace unos meses. Pueden visitar la entrada correspondiente al episodio 152 en este enlace para más detalles, o simplemente darle play a este reproductor.
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