The Courier (El Mensajero) es una película de acción dirigida por Zackary Adler sobre un guion co-escrito por él mismo y por James Edward Barker, Andy Conway y Nicky Tate, y cuenta con las actuaciones de Olga Kurylenko, Gary Oldman, Amit Shah, William Moseley y Dermot Mulroney.
La historia sigue a una misteriosa mensajera (Kurylenko) que trabaja en las calles de Londres a bordo de una motocicleta, quien debe entregar un paquete de transmisión de video a un grupo de agentes de Interpol que custodian a Nick Murch (Shah), un testigo protegido, para que éste pueda rendir su declaración, con la que esperan poder encerrar a Ezekiel Mannings (Oldman), un delincuente de cuello blanco, quien hará hasta lo imposible para evitar que Nick pueda declarar.
El equipo a cargo de proteger a Nick está comprometido, por lo que dependerá de la mensajera que éste pueda sobrevivir y quizás entonces rendir testimonio. Las cosas se complican cuando ambos se quedan encerrados en el estacionamiento del edificio con el grupo de matones enviados a asesinar al testigo, los cuales son dirigidos por el corrupto agente Bryant (Moseley), contratado por Mannings para realizar el trabajo.
Es evidente que los realizadores de la película tenían en mente lanzar una franquicia de películas de acción, quizás como una versión femenina de The Transporter (El Transportador), y es fácil entender el atractivo detrás de la idea, sobre todo con la atractiva y capaz Kurylenko como protagonista, pero en su prisa y entusiasmo por mostrar su idea al mundo, olvidaron detalles importantes, como 1) tener una historia interesante que contar, o 2) contarla de una forma que tuviera un mínimo de sentido.
Las incongruencias en la historia aparecen desde el primer momento. Nunca sabemos cuáles son los crímenes de Mannings, no se explica por qué el testigo es llevado a una ubicación segura pero el equipo de video llega por separado y después que el testigo, o por qué se contrata a una mensajera civil para entregar el paquete. Esas son cuestiones que uno podría ignorar si la acción fuese lo bastante entretenida, pero ése no es el caso. Un entorno cerrado ofrece posibilidades interesantes, pero también muchos obstáculos, y queda claro que los realizadores no supieron aprovechar las primeras y chocaron de frente con los segundos.
Las actuaciones son muy disparejas. Kurylenko hace lo que puede con el pobre material recibido, y por momentos uno esperaría que hubiese forma de rescatar la franquicia para dejarla probar de nuevo con una mejor historia. Shah cumple como el asustadizo testigo en peligro, pero los matones son cartones de hombres rudos y violentos. Oldman ofrece una pobre actuación, pero es evidente que su personaje ni siquiera tiene una historia interna, por lo que se dedica a repetir sus líneas sin emoción alguna.
En resumen, The Courier es una mala película de acción que incluso si fuese una B-Movie sería mala, y no de la clase que resultan disfrutables. Imagino que la misma distribuidora no sabía que hacer con ella, y por eso no se molestaron ni en revisar la traducción del título, que evidentemente debió ser La Mensajera. Los nombres conocidos en el elenco sólo provocan que la cinta reciba una atención que, en retrospectiva, es probable que todos los involucrados preferirían no tener. Evítenla a como dé lugar.
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