Esta película llegó originalmente a México hace unos meses como parte del Tour de Cine Francés que año con año organizan Cinépolis y Casa de Francia, y creo que fue una de mis favoritas de la edición 2019. Mon inconnue (Amor a Segunda Vista) fue co-escrita y dirigida por Hugo Gélin, y cuenta con las actuaciones de François Civil, Joséphine Japy y Benjamin Lavernhe.
Raphaël (Civil) es un joven que dedica la mayor parte de su tiempo, clases incluidas, a escribir una novela de ciencia ficción que se rehúsa a mostrar a nadie hasta que no sea "perfecta". Una noche, después de clases, escucha música en una parte de la escuela que debía estar vacía, y conoce a Olivia (Japy), una joven pianista también obsesionada con la perfección, quien prefiere tocar donde nadie la escuche. Ambos inician una relación y eventualmente se casan. Con el apoyo y los consejos de Olivia, Raphaël hace cambios a su novela y la termina.
Su libro es un gran éxito que genera varias secuelas, pero su matrimonio se ve afectado poco a poco hasta que una noche, luego de que decide matar al personaje inspirado por Olivia, tienen una fuerte discusión. A la mañana siguiente él despierta para encontrarse en un mundo distinto, donde está soltero, es maestro de literatura, y Olivia es una exitosa concertista. Desesperado, intenta convencer a Félix (Lavernhe), su mejor amigo, de que su historia es verdad y que debe ayudarlo a reconquistar a su mujer antes de que ella se case con alguien más.
Muchos no lo saben, pero me encantan las comedias románticas. Dicho lo anterior, me parece que es un género que en Hollywood ha sido víctima de la búsqueda de los estudios por jugar a la segura, lo que lo ha convertido en una sucesión de películas sin voz o personalidad propia, con argumentos similares y poco imaginativos que las vuelven indistinguibles una de otra salvo por los actores protagonistas, y en ocasiones ni siquiera por eso. En ese aspecto, suelo preferir las producidas en Francia y el Reino Unido, donde parece haber más libertad para contar historias frescas más allá de que aún se ciñen a las convenciones del género.
En este caso, el uso que se da a la idea de los mundos paralelos es parte de lo que separa a Mon inconnue de historias similares, pues es un elemento bien integrado a la historia desde el momento en que los protagonistas de la novela de Raphaël están basados en él y Olivia y desarrollan una relación paralela a la que llevan en la vida real. La película también invita a la reflexión sobre el tema del precio de la fama, o los sacrificios que a veces hay que hacer para apoyar a la pareja y la dificultad de hallar un balance cuando ambos tienen sueños igualmente ambiciosos.
Las actuaciones son otro de los puntos fuertes de la película, pues no sólo hay un gran trabajo de caracterización para que los dos protagonistas se vean como personajes tanto más jóvenes como más viejos de la que es su edad natural, sino que ambos hacen un gran trabajo a mostrar las sutiles diferencias que cada uno de sus personajes muestra en cada una de sus dos vidas alternas. La química entre Civil y Japy es palpable, y podríamos decir lo mismo de Lavernhe y Civil, que no tienen problema para mostrarse como amigos de toda la vida.
La película es divertida, emotiva, interesante y conmovedora, y sabes que todos los involucrados hicieron un gran trabajo cuando de inmediato sientes simpatía por los personajes y su situación, y esperas que puedan hallar una solución que les permita ser felices a los dos más allá de las implicaciones que eso pueda tener para sus respectivas carreras.
En resumen, Mon Inconnue es una entretenida e inteligente comedia romántica que debe ser del agrado de cualquier aficionado al género, y representa además una muy buen opción para todo aquel que va al cine buscando pasar un buen rato. Recomendada ampliamente.
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