jueves, 9 de julio de 2020

Nausicaä of the Valley of the Wind (Kaze no Tani no Naushika)

Resulta difícil de creer que en los 17 años de existencia de este blog nunca he escrito nada acerca de una sola de las películas de Estudio Ghibli a pesar de que todas y cada una de las que he visto me encantan, y me parece que ya es hora de reparar ese pendiente.

Me emocionó mucho la noticia a principios de este año de que las 21 películas que forman el catálogo del aclamado estudio japonés se integrarían a la oferta de Netflix, pues aunque a lo largo de los años he visto la mayoría de ellas, me agradaba la idea de tener al alcance todas ellas, incluso las que ya tengo en DVD o Bluray.


En principio pensé en ver sólo las que me faltaban, pero tras mucho pensarlo, decidí que sería mejor volver a verlas todas, y bajo ese principio, lo ideal es hacerlo en orden cronológico, así que esperen un comentario a la semana comenzando hoy. Kaze no Tani no Naushika (su título para distribución internacional fue Nausicaä of the Valley of the Wind, literalmente Nausicaä del Valle del Viento) es una cinta que precede a la fundación del estudio, pero se le considera como la producción que llevó a su formación y es incluida en todas las colecciones oficiales.

A menudo se le considera como una adaptación del manga del mismo nombre, escrito y dibujado por Hayao Miyazaki, pero la verdad no es tan simple. El manga en cuestión se publicó de 1982 a 1995, en tanto que la película se produjo a lo largo de 1983 y se estrenó en Japón en marzo de 1984. Cuando inició su producción sólo había 16 capítulos, y más que usarlos como base para el guion, Miyazaki tomó personajes y elementos clave de esos primeros capítulos y creó una historia distinta alrededor ellos.

Además, el origen mismo del manga es una historia compleja que empieza con Toshio Suzuki, editor de la revista Animage. Impresionado por El Castillo de Cagliostro, la película dirigida por Miyazaki en 1979 basada en un popular manga de la época (Lupin III), Suzuki convenció al animador de llevar propuestas a Tokuma Shoten, editorial que publicaba su revista y tenía interés en involucrarse más en el mundo de la animación. A pesar de ello, la empresa rechazó todas las propuestas presentadas por Miyazaki, aunque le pidieron convertir una de ellas en manga, y de ahí nació Nausicaä.


Curiosamente, la condición estipulada por Miyazaki para crear el manga fue que no podía ser adaptado a animación. En poco tiempo Nausicaä se convirtió en la historia más popular de la revista, por lo que Hideo Ogata y Yasuyoshi Tokuma, fundadores de Animage y Tokuma Shoten, respectivamente, lo animaron a permitir su adaptación en un corto de quince minutos, pero él mantuvo su negativa, insistiendo en que hacerle justicia requería al menos un OVA (original video animation) de una hora.

La contrapopuesta de los ejecutivos fue que en ese caso lo mejor sería realizar un largometraje completo. Miyazaki accedió, con la única condición de que él debía dirigir la película. Y, como dicen, el resto es historia.

La película puede describirse como una aventura de ciencia ficción y fantasía que tiene lugar en un futuro postapocalíptico. Cuenta la historia de Nausicaä, la joven princesa del Valle del Viento, una adolescente que disfruta pasear en su planeador y explorar el bosque cercano a su valle, un entorno tóxico, lleno de aire envenenado por una polución que poco a poco ha consumido los restos de las ciudades que formaban la civilización mil años atrás, producto de una devastadora guerra.


La princesa tiene cierto talento para comunicarse con los insectos gigantes que habitan el bosque, y tiene la esperanza de algún día entender el lugar y hallar el modo de que ese mundo y los humanos puedan coexistir. Pero sus esperanzas parecen condenadas al fracaso luego de que una nave procedente de Tolmekia se estrella en el Valle pese a los esfuerzos de Nausicaä por salvarla. En sus ruinas encuentra a la moribunda princesa de Pejite, otra población relativamente cercana, quien le suplica que destruya la carga.

Los tolmekianos son un pueblo militar y no tardan en apoderarse del valle y tomar prisionera a la princesa, quien horrorizada descubre su plan: tienen el embrión de un arma biológica, un gigante humanoide como los que se supone prendieron fuego al mundo mil años atrás, provocando la desaparición de la civilización, y planean usarlo para declarar la guerra a los insectos, incluso si eso significa destruir en el proceso a todos los reinos cercanos al bosque.

La animación es hermosa y espectacular, y es fácil entender cómo fe que capturó la imaginación del mundo hace más de 35 años. La primera vez que la vi debe haber sido a mediados de los 90 en una copia, eh, digamos que de procedencia apócrifa, pero considerando que la alternativa legal más viable era obtener una copia de la edición estadounidense, puede que haya sido para bien, pues Warriors of the Wind, como se distribuía en la Unión Americana desde la segunda mitad de los ochenta, era una versión muy editada, con más de veinte minutos eliminados, y entiendo que eso incluía muchos de los temas principales de la película.


La animación se realzó con un presupuesto de alrededor de un millón de dólares y un calendario de producción de apenas nueve meses. En las primeras etapas de desarrollo del proyecto Miyazaki fue asistido por Isao Takahata, otro respetado director de animación que más tarde sería parte de Ghibli, quien le recomendó usar los servicios del compositor experimental y minimalista Joe Hisaishi para encargarse de la banda sonora, y juntos eligieron al modesto estudio Topcraft para encargarse de la animación.

Su idea al elegir al modesto estudio era que se trataba del que tenía al personal artísticamente más adecuado para dar vida a la sofisticada atmósfera que la película requería. Para poder completar el trabajo en el tiempo estipulado, el estudio contrató a decenas de animadores independientes, quienes cobraban sus servicios de acuerdo a la cantidad de cuadros realizados.

Se dice que Miyazaki se inspiró un poco en el caso de la Bahía de Minamata, un lugar donde un desastre ecológico en una fábrica envenenó el bosque y agua en la región a causa de un derrame de mercurio, y a pesar de ello la naturaleza en la región halló la forma de sobrevivir. A lo largo de los años muchos estudiosos han hablado de las influencias más notorias en la película, que incluyen historias de fantasía como la saga de Earthsea (Terramar) de Ursula K. LeGuin o Lord of the Rings (El Señor de los Anillos) de Tolkien.


En lo personal, los mayores paralelos que logro identificar en la historia son con Dune, de Frank Herbert, que presenta a un príncipe que es capaz de comunicarse con los gusanos gigantes en el árido desierto de su mundo, y el antiguo relato japonés de La Princesa que Amaba a los Insectos, una historia que muestra a una joven princesa con mayor interés en convivir con la naturaleza y sus seres más pequeños que en asumir tareas mundanas y atender su obligación de buscar un marido.

Si alguien es capaz de mezclar un desastre ecológico reciente con un antiguo relato japonés y una novela estadounidense de ciencia ficción de los años sesenta, y lograr algo como esto, merece todo mi respeto y admiración. Uno de los aspectos que más me sorprenden a la fecha es que la película no tenga un solo villano claramente definido, a diferencia de lo que acostumbramos ver en la animación occidental. Todos los actos que podríamos identificar como maldad son motivados por el miedo, y una vez que éste se disipa, el perpetrador se arrepiente y da marcha atrás a sus acciones.

Así que no es de sorprender que la protagonista sea un personaje muy espiritual, con un compromiso inquebrantable hacia el amor y la mutua comprensión. Los temas de espiritualidad y algunos principios del budismo, así como una fuerte conciencia ecológica y temas que destacan el humanismo y pacifismo son una constante en varias de las películas de Ghibli, sobre todo en las dirigidas por Miyazaki, al igual que su postura antibélica, pero eso es algo que se hará evidente más adelante conforme vaya comentando las películas del estudio.


Y ya que volví al tema del estudio, supongo que debo mencionar su origen que sólo insinué al principio de este texto. El éxito de Nausicaä llevó a que Miyazaki uniera fuerzas con Toshio Suzuki, Isao Takahata y Yasuyoshi Tokuma, todos ellos involucrados de una u otra manera en la creación de Nausicaä, y en junio de 1985 fundaron Studio Ghibli. Durante sus primeros veinte años de existencia operaron bajo el cobijo de Tokuma Shoten, pero desde 2005 operan como un estudio completamente independiente. 

El nombre lo tomaron del pronombre italiano que rescata la forma en que los libios llaman al aire caliente del desierto. Alteraron un poco la transliteración normal al japonés de esa palabra, con lo que el nombre japonés del estudio quedó como スタジオジブリ (Sutajio Jiburi), y es conocido internacionalmente como Studio Ghibli.

En cuanto a Nausicaä of the Valley of the Wind, es una emotiva película de fantasía y ciencia ficción que, si nunca han visto y son aficionados a la animación o a alguno de los géneros mencionados, se deben a sí mismos verla aunque sea una vez. Del mismo modo, si no son tan afectos a la animación, por considerarla como un medio infantil y de ideas diluidas en beneficio del público infantil, ésta es la clase de película que pudiera hacerles reconsiderar y reconocerla como lo que es, un medio narrativo y de comunicación tan válido como cualquier otro.

Película absolutamente recomendada.

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