La popular cadena de paleterías
La Michoacana ha anunciado que cambiará su nombre a fin de deslindarse de la violencia que ha azotado al estado de Michoacán en los utimos años, pues consideran que la situación en aquella parte de la República Mexicana amenaza con empezar a afectar la imagen de su empresa.
A partir de ahora la empresa tendrá el nombre de
La Tocumbita, con el cual buscan expandir la marca, iniciando con una fuerte presencia en el sur de los Estados Unidos y expandiéndose hasta territorios tan lejanos como Israel. Por lo pronto, ya existe un sitio web oficial,
LaTocumbita.net, desde donde la marca empieza a funcionar ya con la nueva razón social en su lugar.
La Michoacana fue fundada en 1930 en el pueblo de Tocumbo, Michoacán por varias familias de la localidad, y desde entonces no ha dejado de crecer y expandirse por todo el territorio nacional, generando toda clase de imitadores y negocios similares con el mismo nombre. Se calcula que existen en México más de treinta mil paleterías con el nombre de
La Michoacana, de las cuales menos de la tercera parte pertenecen al consorcio tocumbita.
Para la empresa era importante hacer algo respecto a su marca debido a sus planes de expansión internacional, y de acuerdo con
Alejandro Andrade, director general de la empresa, el nuevo nombre fue muy bien recibido en los Estados Unidos, donde piensan expandirse durante 2012 y 2013 tomando como base de operaciones la ciudad de Dallas, Texas.
En principio habrá 18 franquicias en la Unión Americana, repartidas en las ciudades de Dallas, Houston, Austin, Laredo, Chicago, San Diego, San Francisco y Los Angeles. Una de las razones más importantes de tener en lugar la nueva marca antes de iniciar sus operaciones en los Estados Unidos era el poder distinguirse de la gran cantidad de negocios de diferentes ramos establecidos en aquel país que utilizan el nombre de
La Michoacana, usualmente para indicar el lugar de origen de sus propietarios.
Sin duda resultará extraño para los mexicanos ver el nuevo nombre en establecimientos a los cuales estábamos acostumbrados a identificar con su ya clásico apelativo, pero parece ser que los dueños piensan que cuando uno escucha
La Michoacana, la primera imagen que le viene a la mente es una similar a la que podemos ver a la derecha de este texto.
Una de mis historias favoritas de ciencia ficción desde que era niño es la de A Princess of Mars y los libros que le siguen, normalmente identificados como la saga de John Carter of Mars o The Barsoom Saga.
