miércoles, 14 de abril de 2010

The Restaurant at the End of the Universe, de Douglas Adams

Esta es la segunda parte de The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, cuya primera parte comenté hace un par de meses. En aquella ocasión mencioné que la historia se originó como un serial radiofónico que derivó primero en una serie de tv y después en las novelas, y justo con este libro se completa la adaptación de la historia del serial de radio.

Momentos después del final de la novela anterior, los protagonistas abandonan Magrathea y buscan donde comer. Los Vogons los siguen con intenciones de destruir la nave, matar a Zaphod Beeblebrox, y eliminar todo vestigio de la existencia de la Tierra, incluidos los dos únicos supervivientes del destruido planeta, Arthur Dent y Tricia "Trillian" McMillan.

Poco a poco se revelan más pistas de la misión secreta de Zaphod (tan secreta que ni él mismo sabe en que consiste), y como consecuencia el grupo se separa. Ford Prefect, Arthur y Trillian se quedan encerrados en la nave tomando té mientras Zaphod y el neurótico androide Marvin desaparecen.

Ambos se encuentran en las oficinas sede de la Guía cuando el edificio es atacado y arrancado de tajo por mercenarios espaciales, que transportan el edificio entero a otro planeta, donde piensan someter a Zaphod a una experiencia que destruirá su mente. Zaphod escapa y se reúne con los demás en la nave, pero aparentemente se olvidó de Marvin.

Para evadir a sus perseguidores, Zaphod le pide a la nave que los lleve al Restaurante más cercano, que resulta ser Milliways, el Restaurante en el Fin del Universo, ubicado en el mismo punto donde están, pero millones de años en el futuro. El grupo cena ahí mientras disfrutan el espectáculo del Fin del Universo y se reúne con Marvin. Ford y Zaphod roban una nave para salir de ahí, pero una potencial catástrofe vuelve a separar al grupo.

Arthur y Ford están atrapados en el pasado en una primitiva versión de la Tierra, mientras Trillian y Zaphod completan la misteriosa misión de éste último. La novela mantiene el mismo estilo y tono de la primera y la verdad es que sería difícil intentar leerla por su cuenta, pues la continuidad entre ambas es tal que podría considerárseles como dos partes del mismo libro, así que no recomiendo su lectura por separado.

Douglas Adams tiene un fino sentido del humor que coquetea insistentemente con la sátira pero nunca se rinde por completo a ella. Ya completado este arco argumental, que es además la parte central de la trama de la película, siento curiosidad por saber hacia donde va la historia en las restantes novelas, a las que seguro dedicaré tiempo en los próximos meses.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario