El cómic de superhéroes tiene poco más de ochenta años de historia, pero a lo largo de las décadas ha requerido más de una reinvención para mantenerse vigente en el gusto de los lectores. Quizá la primera de ellas se dio a inicios de la década de los 1960, pues después de la segunda guerra mundial el interés del público se había movido a otros géneros narrativos.
En aquel entonces Atlas Comics (antes Timely) publicaba western, cómics bélicos, de monstruos y de romance, pero decidieron sumarse al renacimiento de los superhéroes. Bajo la guía del editor y guionista Stan Lee, la editorial, ahora rebautizada como Marvel Comics, siguió un enfoque similar con los orígenes de sus personajes, pero añadiendo un concepto que sería fundamental en el futuro desarrollo del género: la continuidad.
En el verano de 1961 apareció Fantastic Four, serie que seguía las aventuras de una familia que, tras un incidente al probar un cohete experimental (tema de moda en pleno inicio de la carrera espacial), obtenían superpoderes. La mayor diferencia entre FF y lo publicado por DC y otras editoriales, es que Lee y Jack Kirby, artista que además fungía como coguionista de la serie, contaban una aventura completa en cada número, pero éstas eran parte de una historia continua.
La buena recepción del título llevó a la reintroducción de personajes de la edad de oro y a una continua expansión de la línea a lo largo de los siguientes tres o cuatro años. De entre los personajes que hicieron su debut en 1962 destacan Hulk (un monstruo de trágico origen) y Thor (una dramática reinterpretación moderna de los mitos nórdicos, pero ninguno más que Spider-Man, un héroe adolescente que no era el asistente o compañero de nadie más.
La idea de los héroes adolescentes no era nueva. De hecho, era bastante popular desde 1940, cuando apareció Robin, y en poco tiempo DC (entonces llamada National) introdujo a varios acompañantes adolescentes, incluidos Speedy (Green Arrow), Sandy the Golden Boy (Sandman) y Stripesy (Starman), y la misma Marvel había tenido, en sus años como Timely, a Bucky (Capt. America) y Toro (Human Torch), aunque la gran mayoría de ellos no tenían poderes.
Esta moda de los compañeros junior revivió con las modernas versiones de los héroes, aunque se hizo énfasis en que todos los jóvenes uniformados tenían poderes o habilidades similares a las de los héroes que apoyaban. Para cuando Marvel apareció, ya estaban en circulación héroes adolescentes como Kid Flash, Aqualad, Bat-Girl (Bette Kane) o Supergirl, pero la propuesta de Stan Lee y compañía con Spider-Man era distinta.
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| Portadas de Steve Ditko (izquierda, originalmente rechazada) y Jack Kirby (derecha) para Amazing Fantasy #15, primera aparición de Spider-Man. |
Más allá de que Peter Parker era un chico de preparatoria cuando adquirió sus poderes, destaca el hecho de que no era cercano a ningún héroe ya existente, lo que no lo exentó de tener un origen trágico. El no contar con un mentor que lo guiara en el aprendizaje de cómo ser un héroe, sumado a la idea de Marvel de dar a sus héroes problemas cotidianos en medio de una buena dosis de dramas interpersonales resultó en un inesperado éxito inmediato.
¿Qué tan inesperado fue el éxito de Spidey? Pues digamos que en buena medida existe sólo gracias a la insistencia de Lee, que creía que el personaje tenía potencial e hizo hasta lo imposible para convencer a Martin Goodman, dueño y publisher de Marvel Comics, de darle una oportunidad. El empresario estaba seguro de que no funcionaría, así que accedió a publicar una historia, pero en el último número de Amazing Fantasy, una serie que iba a cancelar.
El aniversario del personaje se celebra este mes (el #SpiderManDay o #DíaDeSpiderMan se celebra el 1 de agosto) porque la fecha de portada de Amazing Fantasy #15 era agosto de 1962, pero el cómic salió a la venta el 5 de junio de aquel año. Goodman creía que dar a Lee la oportunidad de publicar esa historia bastaría para dejar atrás el tema, pero al paso de las semanas quedó claro que el personaje era del agrado del público, y las ventas lo confirmaban.
Por eso no fue sorpresa que el 10 diciembre del mismo año apareciera The Amazing Spider-Man #1 (fecha de portada: marzo '63), serie dedicada por entero al personaje. Partió como bimestral, pero la demanda de los lectores por las aventuras del personaje era tal que tras un puñado de números se volvió mensual, y su popularidad siguió en aumento, hasta que al paso de los años Spider-Man se convirtió en el personaje más emblemático de Marvel Comics.
A lo largo de las décadas su popularidad se ha mantenido constante, y además de series de reimpresiones e incontables tomos recopilatorios, en distintos periodos ha sido protagonista de hasta cuatro series mensuales. Hace unas semanas apareció el número 6 del más reciente volumen de The Amazing Spider-Man, que al contar de corrido todos los volúmenes equivaldría al número 900, lo que en la Casa de las Ideas se conoce como "numeración de legado".
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| En sus sesenta años de existencia, las aventuras de Spider-Man han sido ilustradas por algunos de los mejores artistas de la historia del cómic. |
Pero, ¿en qué reside el innegable atractivo de esta icónica creación de Stan Lee y Steve Ditko? Demos un repaso a los aspectos básicos del personaje.
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