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| Superman #1 - George Pérez |
Superman #1
What Price Tomorrow?
Guion y diseño de página: George Pérez
Lápices y tintas: Jesús Merino
Color: Brian Buccellato
Rótulos: Carlos M. Mangual
Portada: George Pérez y Brian Buccellato
Editor: Matt Idelson
Editor asociado: Will Moss
Editorial: DC Comics
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2011
Del mismo modo que la primera semana del relanzamiento DC introdujo la interpretación de Grant Morrison y Rags Morales de Superman, la última semana nos mueve unos años hacia adelante para, de mano de George Pérez y Jesús Merino, mostrarnos un poco más de esta nueva versión del Hombre de Acero.
El Daily Planet enfrentaba una crisis económica que amenazaba con obligarlo a cerrar sus puertas. Esto fue prevenido al vender el diario a Galaxy Comunications, conglomerado multimedia propiedad de Morgan Edge, quien ordena demoler el viejo y tradicional edificio del Planet y mudar sus oficinas a una de sus modernas torres en el centro de la ciudad. La noche de la inaguración oficial de las nuevas instalaciones se convierte en una muy atareada para todo el staff cuando una extraña criatura de fuego ataca la ciudad.
Afortunadamente para todos Superman está de regreso en la ciudad y pronto se encarga de enfrentar a la misteriosa criatura.
Lo Bueno: Me agrada la idea de buscar actualizar el entorno de Superman. Sería difícil creer que en una era en que predominan las telecomunicaciones y los medios electrónicos, se insistiera en tener a un periódico como el centro de las cosas. Aplaudo la idea de realizar esta adaptación a los tiempos retomando ideas de varias décadas atrás, pues resulta un atractivo guiño para los fans más viejos sin alienar a los posibles nuevos lectores del personaje. El diseño de página de Pérez es bastante tradicional, pero muy efectivo, y ayuda a que la narrativa sea clara y gráficamente muy fácil de seguir. A Merino lo ubicaba más como entintador, así que es probable que esa sea la razón por la que está trabajando sobre bocetos de Pérez. El resultado visual es agradable sin llegar a ser digno de recalcar.
Lo Malo: Una de las razones de mi escepticismo ante la idea de manejar dos líneas temporales de manera simultánea era las limitaciones que esto podía imponer en el autor de la versión tardía, y creo que ese puede ser el caso aquí. Pérez no introduce personajes o situaciones, si no que simplemente llega y empieza a contar una historia bajo la suposición de que los lectores saben quien es quien y de que va el asunto, lo que puede ser cierto para muchos de nosotros pero no creo que funcione para alguien que esté intentando acercarse al personaje por primera vez en su versión impresa.
La historia es bastante -quizás demasiado- simple, y aún a pesar de que intenta plantear un misterio para futuros números, no lo hace de una manera peculiarmente atractiva o capaz de atrapar al lector. Sin embargo, mi mayor queja tiene que ver con el ritmo de la historia. Pasan cosas, si, pero muy pocas y poco interesantes. Además, hay un exceso de textos, tanto en diálogos como en acotaciones, éstas últimas por momentos innecesarias, además de una gran cantidad de introspecciones que solo tienen sentido gracias al trabajo de rotulista y colorista. Creo que en el peor sentido posible, Pérez parece estar canalizando a la más aburrida de las versiones de Brian Michael Bendis.
Lo Feo: Ver el poco cuidado que DC está mostrando con el más identificable de sus personajes. Lo que está haciendo Morrison es de lejos lo más interesante, y aún así tiene también sus detractores, pero lo que está pasando con este título y con Justice League me hace pensar que la editorial no está muy segura de lo que quiere para el personaje o de sus planes para él una vez que concluya su litigio con los Shuster y los Siegel.
El Veredicto: Superman no es un comic malo, pero definitivamente es un comic aburrido. Creo que uno podría ir a una tienda de comics a hurgar en números viejos publicados en los 1970s y 80s y casi al azar podría envontrar números similares y en ocasiones más entretenidos. Ojalá Pérez nos sorprenda y calle la boca al demostrarnos que tiene buenas historias que contar y que puede hacerlo de una manera ágil y entretenida.
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