Seguimos con el maratón de películas de Hitchcock, y toca turno a una poco conocida y a veces confundida con una película anterior: Saboteur. Filmada en 1942, suele ser confundida con Sabotage, de seis años antes, aunque aquella fue mejor apreciada por la crítica. Hitchcock siempre se las arregló para que su trabajo fuese lo menos político posible, pero una vez que estalló la Segunda Guerra Mundial era imposible que hiciese como si no pasara nada, sobre todo al tratarse de un ciudadano británico bajo contrato en suelo americano mientras su país era bombardeado por los alemanes, y Saboteur es una de las películas que más claro retratan el momento en que fueron filmadas.
Pero el contexto de la guerra pasa a segundo plano y se limita a algunas menciones de los japoneses y de el conflicto en Europa, pero dejando que la historia fluya sin demasiadas anotaciones, permitiendo que el espectador complete el subtexto de la historia.
Saboteur (Saboteador) cuenta la historia de Barry Kane (Robert Cummings), un trabajador en una planta de aviones militares que es falsamente acusado de provocar un incendio para sabotear los esfuerzos de la industria por producir armamento para el conflicto en ambos frentes. Al darse cuenta de que no logrará convencer a las autoridades de su inocencia, Kane escapa y trata de hallar por su cuenta a Frank Fry (Norman Lloyd), el hombre a quien sabe responsable del atentado.
En su escapada es asistido por un chofer de camión y después por un músico ciego, quien lo pone en manos de su sobrina Patricia (Priscilla Lane). La joven no confía en él y en principio está determinada a entregarlo a las autoridades, aunque poco a poco se va ganando su confianza y su afecto.
Kane descubre que los conspiradores y traidores son más de los que esperaba, y que pertenecen a todo estrato social y económico, lo que dificulta aún más sus intenciones de detenerlos mientras limpia su nombre. La película cierra con una impresionante escena en la estatua de la libertad que resulta mucho más espectacular de lo que uno pudiese esperar de una producción que tenía a su disposición sólo los limitados recursos de efectos especiales disponibles en 1942.
Al ver varias películas de Hitchcock en un periodo relativamente corto, empiezan a notarse ciertos patrones: sus héroes son morenos, idealistas y afables, lo que ahora llamaríamos "chapados a la antigua", en tanto que sus heroínas son mayormente rubias, desinhibidas, independientes y de carácter fuerte. En general, los guiones de la época no se preocupaban demasiado por el desarrollo de personajes, así que esta aparente estereotipación de los personajes no es extraña.
Para Hitchcock lo más importante es la historia y la forma de contarla, así que se limita a usar la conocida fórmula de crear personajes ordinarios y colocarlos en situaciones extraordinarias, pero lo hace como pocos realizadores son capaces.
Mientras buscaba información sobre la película me di cuenta de que Saboteur es injustamente menospreciada, pues parece ser considerada como una obra menor en la filmografía de Hitchcock. Supongo que en parte se debe a que fue producida en una época en que casi todo lo que hacía el realizador era considerado una obra maestra, y en parte por la similitud temática con trabajos anteriores (The 39 Steps) y posteriores (North by Northwest), lo que crea ciertos prejuicios en contra de esta pieza menos conocida.
En lo personal la disfrute bastante, desde el teatral dramatismo en muchos de los diálogos hasta la habitual maestría en el montaje de las escenas, mostrando una vez más la facilidad del director para armar mentalmente sus obras antes de filmar un solo cuadro. Puede que en efecto sea una obra menor en la filmografía de Hitchcock, pero aun así está muy por encima del trabajo de otros directores. Cualquiera interesado en contar historias, sin importar el medio, se debe a sí mismo echarle un vistazo a la obra de Hitchcock. Altamente recomendada.
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