La semana pasada fue una de las más pesadas en lo que va del año por la carga de trabajo. Sumado a los problemas con el servicio (por llamarlo de algún modo) de internet que ofrece Cablevisión, es de entender que llegara al fin de semana con mucho estrés. Por fortuna mi hermano y yo hallamos el modo perfecto de iniciar el sábado de forma relajada y fuimos al cine a ver el partido de cuartos de dinal del Mundial de Fútbol disputado entre las selecciones de Alemania y Argentina.
Desde que empezaron los anuncios de que habría partidos proyectados en salas de cine, y que algunos de ellos incluso estarían en 3D, la idea me causó curiosidad. Hace un par de años empezaron a transmitir juegos de fútbol americano y fútbol soccer en el cine, además de eventos de WWE y desde hace unas semanas juegos de finales de la NBA, así que la idea de ver deportes en el cine no es nueva, pero utilizar tecnología 3D sí lo es, y le había comentado a mi hermano que tenía ganas de ver un juego en ese formato, pero no uno de primera ronda.
Desistimos de acudir al México-Argentina porque, aunque no teníamos intención de apoyar a ninguno de los dos equipos, era posible que se nos saliera algún comentario sobre lo sobrevalorado del Tri o su estúpido Director Técnico, y todo mundo sabe como se ponen los fanáticos de hueso colorado de nuestra verdosa decepción.
Todo se dio para que pudiésemos ir el sábado por la mañana al Alemania-Argentina con el añadido de ver goleados y humillados a los pedantes y también sobrevalorados pamperos. La transmisión en 3D es espectacular. No sé si sea una técnica que funcione para toda clase de eventos o espectáculos, pero me parece que los eventos deportivos lucen bastante. La única queja es que abusan de las tomas realizadas a nivel de cancha, pues aunque permiten apreciar el efecto óptico en mayor detalle, le restan un poco a la apreciación del juego.
El resto del día transcurrió de forma normal hasta que por la noche, ya en casa me senté a disfrutar del evento de artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) UFC 116. Soy fan de las MMA desde hace años y aún no me explico cómo puede ser tan relajante ver a dos peleadores pegarse con todo en lo que considero la máxima expresión de la violencia organizada. En fin, supongo que mi comentario del evento lo dejaré para otro post, que servirá además como pretexto para retomar el ritmo de publicación luego de la olvidable semana que pasó.
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