A raíz del estreno en México de Whiteout, la largamente retrasada adaptación de la novela gráfica de Greg Rucka y Steve Lieber, decidí sacar del librero mi TPB para leerlo otra vez. Lo primero que me encuentro al abrirlo es la hoja conmemorativa de la primera edición del compilado, autografiada por los autores y fechada en mayo de 1999, lo que me trae muchos recuerdos de mis años de coleccionista empedernido, cuando seguía gran cantidad de títulos mensuales.
Whiteout es una palabra usada en inglés para referirse a la poca o nula visibilidad que existe durante una tormenta de nieve, cuando todo se ve completamente blanco, resultando en el opuesto de un apagón, que en inglés recibe el nombre de blackout.
Su uso en el título de esta novela gráfica hace referencia a las condiciones climáticas que prevalecen durante el invierno en la Antártida, convirtiendo a ese inhóspito continente en un lugar aún más difícil de habitar que el resto del año. Carrie Stetko es una Alguacil de los Estados Unidos (U.S. Marshall) caída en desgracia por alguna razón desconocida, pero suficientemente grave como para asignarla a servir con el staff de la estación polar McMurdo, base estadounidense en la Antártida.
Carrie se convierte en el primer oficial en investigar un homicidio en ese continente. Aunque su situación tiene algunas ventajas, como el reducido número de personas que puedan convertirse en sospechosos, las desventajas son aún mayores. Por ejemplo, una tormenta ha creado las condiciones de nula visibilidad antes mencionadas, además de provocar interferencia con las comunicaciones, dejando a Carrie imposibilitada para pedir apoyo y teniendo que enfrentar por su cuenta al presunto asesino y a sus posibles cómplices. Al menos hasta que aparece Lily Sharpe.
Sharpe es una oficial de la estación británica Victoria, y es el único apoyo de Carrie para buscar al asesino, pero sospecha que en realidad es una espía del Servicio Secreto, y no sabe si puede confiar en ella. Además, está convencida de que alguien de su propia estación trabaja con el asesino. En este interesante thriller Rucka maneja magistralmente el suspenso. A lo largo de los años el escritor se ha ganado una reputación por crear personajes creíbles y bien definidos, y Whiteout no es la excepción.
Rucka no sólo convierte a la Antártida en un personaje de la historia, sino que crea también un interesante grupo de personajes secundarios que ayudan a sentar la atmósfera de la serie. Carrie y Lilly son un inusual equipo de detectives en una carrera contra el reloj. Intentan descubrir al asesino y sus motivos antes de que mate a todos en McMurdo. La caracterización de las dos mujeres es impecable, pues son personajes de carácter fuerte y con personalidad propia sin caer en los clichés habituales para personajes femeninos fuertes.
En conclusión, Whiteout es un cómic que representa una gran lectura, y generó una secuela, Whiteout: Melt, realizada por el mismo equipo creativo, además de un anunciado tercer volumen, Whiteout: Thaw, que a la fecha aún no ha visto la luz.
Hace casi diez años que se habló por primera vez de adaptarla al cine, con el director Wolfgang Petersen (The Neverending Story, Das Boot, The Perfect Storm, Troy) y se comisionó un guión, pero no llegó a nada. Unos años más tarde se mencionaba con insistencia que Reese Weatherspoon había adquirido los derechos para llevar la historia al cine como productora y protagonista, pero el guión que acompañaba ese proyecto nunca generó el interés de los inversionistas y el proyecto se vino abajo.
Finalmente, Joel Silver, productor de cintas como The Matrix o Superman Returns, firmó un acuerdo para producir 15 películas de bajo presupuesto (si podemos llamar así a proyectos de entre 10 y 40 millones de dólares) en los próximos años, y Whiteout fue una de las primeras en recibir la luz verde, resultando en la versión dirigida por Dominic Sena que actualmente está en cartelera y la cual comentaré esta misma semana.
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