
Probablemente se trate del autor más exitoso de los últimos tiempos, al menos en lo que se refiere a presencia mediática, pues además de haber vendido más de 150 millones de ejemplares de sus novelas, la gran mayoría de éstas han sido adaptadas al cine y la televisión y su nombre resulta familiar para mucha gente.
Aunque nunca se centró en un solo género es común que se asocie su nombre con la ciencia ficción, quizás porque algunas de sus obras más exitosas caen dentro de ese género: The Andromeda Strain, Sphere, Congo, Jurassic Park, Timeline... las dos primeras las tengo pero aún no las leo, situación que espero cambiar en las próximas semanas. Incluso State of Fear, su antepenúltima novela, publicada en 2004, contiene suficiente trasfondo científico como para ser considerada como cf. Curiosamente terminé esta novela hace unos días y próximamente la comentaré más en detalle.
Mucho se puede decir sobre sus novelas, pero dudo que alguien pudiese referirse a cualquiera de ellas como monótona o aburrida. Personalmente hay otra característica de sus obras que a mí me encanta pero puede que no sea del agrado de todo mundo: la gran cantidad de información que contienen sobre toda clase de temas, desde historia y arquitectura, hasta protocolos diplomáticos y patrones de conducta social.

En fin. Sin duda su muerte representa una pérdida para la literatura de ficción contemporánea, y aún cuando me falta leer varias de sus obras no dejo de sentir cierto pesar al saber que después del próximo año el mundo no volverá a ver una nueva novela suya. Una verdadera pena.
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