No es ningún secreto lo poco que me gustó la primera entrega de Fantastic Four, basta con checar que mi reseña se tituló "Los no tan fantásticos cuatro fantásticos" para hacerse una idea, así que podrán imaginarse que mis expectativas para la secuela, eran, si no inexistentes, bastante modestas, sobre todo tomando en cuenta que los responsables del proyecto serían los mismos productores, guionistas y director que trabajaron en la primera parte.
Muchos de los problemas que plagan a la primera película persisten, pero el guión mejora tanto en historia como en desarrollo de personajes.
El humor está bien manejado y parece que Tim Story encontró lo que quería hacer con los personajes El resultado es una película entretenida y poco pretenciosa. Uno de los problemas más notorios sigue siendo lo que considero errores de casting. Por fortuna no insistieron en presentar a Jessica Alba como una mujer inteligente y con avanzados conocimientos científicos, aunque resulta irritante que sea incapaz de actuar aunque sea un momento. Incluso tiene una escena de muerte que hace que escenas similares en telenovelas parezcan parte de una buena puesta en escena.
Ioan Gruffudd tampoco convence como Reed Richards en este segundo intento. Si bien ya no es el pelele descerebrado de la primera parte, parece que no se siente a gusto con el personaje y eso afecta su trabajo. También es necesario mencionar la poca química que hay entre él y Alba, y nunca lucen convincentes como pareja, menos aún como la primer familia de Marvel Comics. Michael Chiklis y Chris Evans me parecieron lo más rescatable de la primera película, y en ésta sufren un poco al ser desplazados a segundo plano.
El Dr. Doom mejora bastante gracias a que su personaje está mejor escrito, pero me queda la impresión de que Julian McMahon sigue arrepentido de haber aceptado la parte o de que al lo menos no se siente del todo a gusto interpretando a un villano que debiera ser mucho más. En cuanto a los personajes secundarios, con la única posible excepción de Kerry Washington como Alicia Masters, puedo afirmar que todos ellos tienen la única función de dar pie a los protagonistas, convirtiéndose en un simple relleno para una película que no lo necesitaba.
El Surfer se ve bastante bien, y la voz de Laurence Fishburne parece haber sido una decisión adecuada para complementar el trabajo físico de Doug Jones, quien pese a estar cubierto de prostéticos y maquillaje, resulta ser el actor con mayor rango de emociones, las cuales manifiesta a través de sutiles gestos y expresiones faciales. Ignoro si además de Weta hubo otras compañías encargadas de realizar trabajo de efectos visuales, porque hay partes donde se ven disparejos e incluso llegan a lucir bastante falsos en prácticamente todas las escenas de Mr. Fantastic.
El guión tiene sus momentos, sobre todo cuando interactúan en escena sólo dos personajes, aunque resultan insuficientes ante la gran cantidad de personajes que abarrotan la pantalla la mayor parte del tiempo. Lástima de Galactus y de la poca ambición y espíritu de aventura de los guionistas.
Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer es una película palomera, entretenida, y por momentos casi inteligente, pero esta franquicia nos sigue quedando a deber. No sé si exista la intención de producir más secuelas, pero si es así existe muchísimo espacio para mejorar. Esta entrega resulta mejor que la primera, pero solo porque hubiese sido necesario esforzarse para obtener un producto de tan pobre calidad como aquella. A nivel entretenimiento vacío me quedo con Ghost Rider (al menos por los visuales y el soundtrack).
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