Die Hard 4.0 o Live Free or Die Hard, dependiendo del país en que se encuentren, es la cuarta entrega de la saga que revolucionó el cine de acción hace casi veinte años, y marca el regreso de Bruce Willis al personaje que lo convirtió en una estrella mundial, el detective de policía John McClane, a quien encarnó por última vez en 1995 en Die Hard with a Vengeance.
Claro que tampoco se trata de la clase de trabajo que lo vaya a consolidar como realizador o a ponerlo en la lista de deseos de cualquier productor, pero es un perfecto blockbuster de verano, muy superior a sus dos cintas anteriores. Ojalá esto sirva para abrir sus horizontes una vez cierre su trilogía con la aún sin título precuela de Underworld.
Trabajar con Bruce Willis tiene sus ventajas, pues una estrella de peso en el proyecto representa un apoyo para no ceder tan fácilmente ante las presiones del estudio o los productores para incluir u omitir algunos elementos en cada película, además de que facilita posicionar la cinta en términos de marketing, algo que preocupaba a tal grado al estudio que buscó bajar la clasificación de la película.
Se trata de la primera vez que una película de la serie Die Hard obtiene la clasificación PG-13 (equivalente a 'B' o 'adolescentes y adultos' en México) pues las tres anteriores recibieron 'R' ('C' o 'sólo adultos') por el alto contenido de violencia y vocabulario "impropio". Imagino que el vocabulario fue importante para bajar la clasificación, pues hay momentos donde los diálogos no coinciden con el movimiento de labios de los actores. Habrá que esperar a la salida del DVD para ver si en efecto existe una versión sin censura.
Si a alguien le preocupa que una clasificación más blanda signifique que no habrá suficiente acción, violencia y daño colateral, despreocúpense, pues en ese aspecto la película no desmerece su legado. McClane se ve envuelto en persecuciones, balaceras y peleas a puño limpio tal como en los viejos tiempos, aunque con las ventajas de la tecnología actual y la posibilidad de sacarle el mayor provecho posible al presupuesto de la cinta. Incluso tiene a un acróbata especializado en parkour, ahora tan de moda en Hollywood.
La película incluye toda clase de homenajes y referencias a sus antecesoras, y lo hace de modo que resultan identificables para los fans de la serie sin afectar la experiencia de los no iniciados en la saga de McClane. Lugares que se han convertido en infaltables dentro de estas películas aparecen puntualmente: ductos de ventilación, flechas de ascensor, oficinas con el suelo lleno de vidrios y muebles destrozados. Para los más fijados, incluso hay un agente Johnson.
Bruce Willis ha adquirido gran experiencia como actor a lo largo de los años, lo que sumado al personaje que mejor conoce y entiende convierte a esta cinta en una de sus mejores interpretaciones. Timothy Olyphant como Thomas Gabriel es el villano de turno y cumple en su papel. No se trata de un villano sin escrúpulos (de los que llamamos "malo de malolandia", es decir, de nacimiento), sino de un personaje inteligente y ambicioso, con defectos y creíble, y para mi gusto es el mejor antagonista para McClane desde que Alan Rickman diese vida a Hans Gruber.
Justin Long interpreta a Matt Farrell, un hacker que es el único cabo suelto en el plan de Gabriel y a quien McClane debe escoltar hasta Washington, lo que lo convierte en una especie de sidekick/comic relief que funciona mejor de lo que se pudiera esperar. Maggie Q es la novia y cómplice de Gabriel (descrita por McClane como "una chica de aspecto oriental que disfruta pateando traseros"), y Mary Elizabeth Winstead es Lucy McClane, la hija de John. Mención aparte para Kevin Smith, que parece haber dejado de lado su carrera de director y guionista para volverse actor de reparto. Aquí interpreta a Warlock, una leyenda entre los hackers.
La trama es bastante simple. Gabriel es un programador especialista en temas de seguridad que solía trabajar para el gobierno y quien fue despedido cuando intentaba hacer mejor su trabajo, así que como venganza ha decidido llevar al país a la prehistoria tecnológica al tiempo que se hace de algo de dinero. Para llevar a cabo su plan, Gabriel utiliza a varios hackers, a quienes después elimina para limpiar su rastro. Desafortunadamente para él, McClane recoge a Farrell antes de que los matones puedan encargarse de despacharlo.
A partir de ahí McClane se dedica a hacer lo que mejor sabe: desquiciar a su oponente. No me atrevería a decir que se trata de la mejor película de la serie, pero sí la mejor desde la original. Obviamente no es la clase de cinta que guste a todo mundo, pero es verano y se trata de una cinta de acción con una trama entretenida, un protagonista carismático, un villano interesante, buenas secuencias de pelea, espectaculares persecuciones, algunas chicas atractivas, un par de divertidos nerds, un poco de crítica al gobierno norteamericano y destrucción masiva de propiedad privada. ¿Qué más se puede pedir de un blockbuster de verano?
Respecto al título, en los Estados Unidos se estrenó como Live Free or Die Hard, que deriva del lema del estado de New Hampshire, "live free or die" ("vivir libre o morir"), el cual a su vez fue adoptado de un brindis realizado a principios del siglo XIX por el Gral. John Stark, un héroe de la guerra de independencia originario de ese estado. Su brindis completo fue: "live free or die. Death is not the worst of evils", o lo que es lo mismo, "vivir libres o morir. La muerte no es el peor de los males".
El estudio consideró que se trataba de una anécdota de por si local para los Estados Unidos y que sería muy difícil que en cualquier otra parte del mundo alguien le encontrase algún significado, así que en la mayor parte del orbe se utilizó como título Die Hard 4.0, el cual había sido uno de los títulos provisionales de la película mientras se filmaba. Se llame como se llame, esta cuarta entrega de las aventuras de John McClane es una divertida película de acción, y no necesita ser nada más.
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