Men in Black 3 representa el retorno al cine de Barry Sonnenfeld, quien no dirigía una película desde Men in Black 2 (Miento, dirigió una con Robin Williams, pero hagamos de cuenta como que no pasó). ¿No es curioso que Barry Sonnenfeld se alejara varios años del cine tras trabajar con Robin Williams? Lo mismo hizo Francis Ford Coppola después de dirigirlo en Jack. Tal vez haya un impacto nocivo de este comediante en la industria cinematográfica. Pero me estoy desviando del tema.
La película reúne a los Agentes J (Will Smith) y K (Tommy Lee Jones), quienes como parte de los Hombres de Negro persisten en su misión de proteger al mundo de la escoria del Universo. Cuando un peligroso asesino intergaláctico llamado Boris (Jemaine Clement) escapa de una prisión de máxima seguridad, será responsabilidad de nuestros héroes detenerlo lo más pronto posible.
El problema es que Boris tienen intenciones retroactivas, pues planea viajar al pasado y alterar los eventos que llevaron a su captura y a la eventual extinción de su especie, lo que significa que piensa matar a K en 1969. El mundo es alterado, pero aparentemente la única persona consciente del cambio es J. Una vez que informa lo sucedido a su superior, O (Emma Thompson), sólo queda una solución posible: Tendrá que viajar al pasado para salvar a su compañero casi treinta años antes de conocerlo.
J es instruido sobre lo que debe hacer. Armado sólo con la información que recuerda de los eventos originales, J deberá detener a la versión presente de Boris, tratando de no interferir con la versión pasada del mismo, además de no entrar en contacto con la versión más joven de K (Josh Brolin). Sencillo, como suelen ser las paradojas temporales. Pero las cosas no salen de acuerdo a lo planeado y pronto los agentes se ven forzados a trabajar en equipo para detener a ambos Boris.
Nuevamente recayó en el talentoso Rick Baker la tarea de diseñar y realizar el maquillaje y prostéticos para todos los alienígenas en la película, así que por el lado de los visuales no hay nada que reclamar, pues son al menos tan buenos como en las entregas anteriores.
En cuanto a la historia, debo confesar que mis expectativas eran muy bajas a causa de la mala experiencia con Men in Black 2, así que salí del cine gratamente sorprendido. La premisa es bastante simple tanto en concepto como en ejecución, pero el guion fue construido de tal forma que los personajes reciben todo el enfoque, lo que siempre será una buena decisión, sobre todo en un entorno como el de esta franquicia, donde no queda nada más que explicar.
Con la atención puesta en los personajes, el trabajo de los actores cobra mayor importancia. Tommy Lee Jones y Emma Thompson tienen muy poco tiempo en pantalla, pero cumplen en lo que ses requiere. Will Smith retoma el personaje de J con la simpatía y carisma que lo caracterizan, pero añade ahora un toque humano que no estaba presente en las películas anteriores.
Pero quien se roba la película es Josh Brolin con su interpretación del joven K. Brolin replica los manerismos e inflexiones vocales de Jones con una facilidad pasmosa, haciendo que uno olvide por completo que el parecido físico entre ambos es mínimo, y recordándome el trabajo que Rob Lowe hizo en Austin Powers: The Spy that Shagged Me al interpretar a una joven versión de Robert Wagner como Number 2.
Men in Black 3 es una divertida comedia de ciencia ficción que debe ser del agrado de cualquier fan de la serie, a la vez que representa una entretenida opción de entretenimiento escapista para el espectador casual. Sin duda una película bastante recomendable.
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