Este libro lo leí por recomendación indirecta de Bernardo Fernández BEF. Él mismo estaba por tener su primer contacto con la obra de John Connolly con esta misma novela, y por los intercambios que tuvo con otros lectores en redes sociales alrededor del libro, logró despertar mi curiosidad y tuve que conseguirlo para averiguar a que venía tanto alboroto. Every Dead Thing es la primera novela de Connolly, autor irlandés que sorprendió al mundo entero al abordar un género tan tradicionalmente americano como la ficción criminal, y lo hizo parecer fácil, acumulando premios y reconocimientos, incluyendo el Bram Stoker a la Mejor Primera Novela, y el Shamus a la Mejor Primera Novela de Detectives.
Con esos antecedentes no me quedaba otra opción que conseguir el libro y descubrir si tantos elogios eran merecidos o no. Y ahora tengo un nuevo autor de quien buscar más libros para sumar a mi pila de pendientes.
Charlie Parker era un detective de homicidios en el Departamento de Policía de Nueva York. Casado y con una hija, las presiones de trabajo y matrimonio amenazaban su felicidad. Su incipiente alcoholismo lo distanciaba poco a poco de su mujer, hasta el día en que salió de casa luego de una discusión, y al volver tras varias horas bebiendo en su taberna favorita, encontró su vida hecha pedazos. Los cuerpos de su mujer e hija estaban en la cocina, parcialmente mutilados y colocados de un modo que hacía sospechar que el asesino fue interrumpido en medio de algún ritual.
A pesar de que Charlie es descartado como sospechoso, el duelo y los remordimientos son demasiados y pronto abandona de forma voluntaria su trabajo en el Departamento de Policía.
Meses después vuelve a la ciudad tras una larga ausencia, y accede a trabajar como investigador privado, pero antes de darse cuenta, ya presenció una ejecución en la calle a plena luz del día, participó en un tiroteo, y aceptó investigar una desaparición que pudiese estar ligada a una prominente familia criminal.
Una llamada telefónica lo cambia todo. Su interlocutor afirma ser el asesino de su familia y da detalles que nunca se hicieron públicos. Intentando que el caso no se convierta en una obsesión, Charlie procede con la búsqueda para la que fue contratado, que lo lleva a un pequeño poblado en Virginia, donde descubre un lazo entre la chica que busca y un asesino serial que azotó la región varios años atrás.
Un tip lo lleva a los pantanos de Lousiana, a las afueras de Nueva Orleans, en busca de otra posible víctima, donde descubre que su investigación no sólo está ligada al asesinato de varios niños en los últimos años, sino también al de su propia familia. Con apoyo de una psicóloga y un par de criminales con mucho sentido del honor, y la poco común asistencia de una medium que vive cerca del pantano, Charlie intenta descubrir la identidad del asesino antes de que el rastro de sangre entre Nueva York y Nueva Orleans siga creciendo.
Resulta curioso que Connolly, un periodista irlandés que trabajaba en su natal Dublín, decidiera iniciar su carrera literaria en un género por tradición identificado con la cultura estadounidense, y más aún, que lo hiciera con una primera novela tan sólida como Every Dead Thing.
Su estilo narrativo tiene una marcada influencia de autores de novela negra de mediados del siglo XX, como Chandler o Hammett, pero aderezada con detalladas descripciones de sangrientos homicidios (muérete de envidia, Thomas Harris), episodios psicóticos y secuencias oníricas que le dan un toque bastante peculiar.
No es la clase de libro que pueda gustarle a todo mundo, pero si les gusta la ficción de crimen o el género policíaco, puede representar una opción más que interesante. Además, como mencioné, se trata de una novela debut, lo que me hace sentir curiosidad sobre cómo ha evolucionado el trabajo de Connolly desde su publicación, así que intentaré buscar más de su obra para darle un vistazo. Lectura muy recomendada, sobre todo para los aficionados al género de crimen.
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