viernes, 11 de mayo de 2012

21 Jump Street (Comando Especial)

Hace ya varios años que Hollywood parece sumido en una moda de revivir viejas franquicias a través de remakes y actualizaciones, e incluso han llevado viejas franquicias de televisión a la pantalla grande con la idea, no tan equivocada, de que el reconocimiento de nombre de algunas de esas propiedades es un buen punto de partida en busca de una buena respuesta en la taquilla. Y si digo que la idea no es errónea es porque queda claro que la nostalgia crea, en el peor de los casos, curiosidad, además de usar la natural desconfianza humana hacia lo que no conoce, que en taquilla se traduce en preferir títulos conocidos sobre uno totalmente nuevo.

No es casualidad que las películas de mayor éxito en su semana de estreno sean secuelas o formen parte de una franquicia. Dicho lo anterior, 21 Jump Street (Comando Especial), hace un buen trabajo evitando caer en las trampas más comunes que rodean estos intentos de revivir marcas. Lo primero y más importante, no se toma en serio. La serie de TV era una curiosidad cuyo éxito tuvo más que ver con la frescura que representó en su momento que con una buena idea o premisa, así que hubiese sido un error tratar de ceñirse al molde, y la idea de convertir la historia en una comedia resulta acertada.

Dirigida por Phil Lord y Christopher Miller, 21 Jump Street cuenta la historia de Schmidt (Jonah Hill) y Jenko (Channing Tatum), un par de policías recién egresados de la Academia que esperan dejar atrás las frustraciones de su adolescencia para convertirse en un par de exitosos agentes de la ley. O al menos lo que ellos creen que debiera ser tal. Por desgracia para ellos, la vida de un oficial de policía no tiene nada que ver con lo que aprendieron viendo series de TV y películas.


Tras un imperdonable error cometido durante su primer intento de arrestar a un criminal, su oficial superior les informa que en vez de suspenderlos, los va a transferir a un tonto programa que busca actualizar una vieja idea, y los envía a la sede del mismo, ubicada en el #21 de Jump Street. La sede del Comando Especial.

El programa consiste es usar policías de apariencia juvenil para infiltrar redes criminales en escuelas preparatorias, así que deben volver a la escuela, sólo para descubrir que la segunda vez puede ser aún más complicada que la primera. ¿Saldrán bien librados de las semanas finales del semestre y de la noche de graduación? ¿Lograrán desmantelar la red de distribución de droga en la escuela, antes de que su oficial superior (Ice Cube) se deshaga de ellos?


El guion de la película deja claro que los realizadores entendieron perfectamente que la premisa de la serie era demasiado frágil para sostenerse, así que toman la idea y la convierten en parte de un chiste. Es evidente que existe un amor hacia el material de origen, a la cultura televisiva de los Estados Unidos, y a la forma en que nuestros vecinos del norte disfrutan de su cultura popular, pero también es obvio que no tienen empacho en burlarse de todo ello.

El humor es simple y raya en lo grotesco, pero nunca cae a los niveles de vulgaridad que Judd Appatow y compañía pusieran de moda hace unos años, aunque aquí aparecen dos de los miembros regulares de su grupo de colaboradores (Hill y Dave Franco). Las actuaciones no necesitan mayor esfuerzo, y la dirección me parece bastante mesurada, sobre todo considerando que los directores vienen de un pasado en animación (Cloudy with a Chance of Meatballs).


A fin de cuentas, 21 Jump Street es una entretenida comedia de acción, con suficientes guiños y cameos como para satisfacer a los fans de la serie original, pero lo bastante independiente como para permitir que la disfruten quienes ni siquiera sepan de la existencia de la misma. No pretende ser más de lo que es, y asume su realidad con bastante más dignidad de la que esperaba. Recomendada si asisten a verla con bajas expectativas y de humor adecuado (Léase: simplón).

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