miércoles, 16 de mayo de 2012

Battleship (Batalla Naval)

En ocasiones anteriores he comentado sobre la aparente crisis creativa que atraviesan los estudios hollywoodenses, misma que es evidenciada por la gran cantidad de reboots y remakes que producen, o de viejas propiedades de TV y otros medios que adaptan al cine en busca de capitalizar el reconocimiento de marca de dichas propiedades.

Aunque parece que números y estadísticas les dan la razón, el sentido común debe ubicar el punto donde ya es demasiado. Y lo digo por la cantidad de propiedades adquiridas con la idea de convertirlos en películas en los próximos años.

Videojuegos como Asteroids, o juegos de mesa como Monopoly son buenos ejemplos. Y justo otra película basada en un juego de mesa, Battleship (Batalla Naval) es la que me ocupa en esta ocasión y fue lo que me hizo recordar todas la propiedades extrañas que Hollywood ha adquirido en los últimos años.

Para quien no ubiquen el juego de mesa, les comento que se trata de un juego para dos personas que incluye dos tableros cubiertos con circo pequeños barcos que cada jugador distribuye en su tablero sin que su oponente lo vea. El objetivo es atacar las embarcaciones del rival llamando las coordenadas donde uno desea atacar. En México existe una versión que creo es más popular (quizás porque es bastante más barata que la original) llamada Submarino.

Me parece que el principal problema con intentar adaptar un juego de mesa a cualquier otro medio que no sea tal vez una versión digital o en línea, es la falta de una idea central de la que pueda extraerse una historia. Pero eso no parece haber sido un impedimento para realizar esta película.

Alex Hopper (Taylor Kitsch) es un joven que se ha dedicado a desperdiciar todas y cada una de las oportunidades que la vida le ha puesto enfrente, provocando un obvio malestar en su hermano mayor, Stone (Alexander Skarsgård), quien es un exitoso oficial de marina con el mando de su propia embarcación. Un fortuito encuentro con Sam (Brooklyn Decker), una atractiva rubia, parece ser el empujón ideal para que Alex intente enderezar su vida.

Una vez enlistado en la Marina, Alex empieza a ascender posiciones, aunque su mal carácter y su pobre toma de decisiones suele meterlo en problemas. Sam, la chica que cambió su vida y que por coincidencia es hija del Almirante Shane, jefe de ambos hermanos, representa su única ancla y su mejor oportunidad para dejar de cometer errores.

Durante una serie de ejercicios navales donde participan embarcaciones y tripulaciones de diferentes países, ocurre un incidente potencialmente desastroso para la humanidad. Varios objetos no identificados caen en el mar, cerca de la zona donde se realiza el ejercicio, y pronto descubrimos que se trata de la respuesta a un mensaje enviado al espacio exterior años atrás. ¿Puede un grupo aislado de embarcaciones militares detener lo que parece la avanzada de una invasión extraterrestre?

Como podrán darse cuenta, la premisa es bastante simple y carece de complicación alguna. Los diálogos son una serie interminable de clichés y las actuaciones, con todo y el intento de adquirir un mínimo de respetabilidad al incluir a actores como Liam Neeson o Peter MacNicol, son olvidables. Y a pesar  de todo ello, y contra todo pronóstico, la película funciona. Al menos dentro de lo que uno puede esperar de un blockbuster veraniego.

Nunca he sido afecto al trabajo de Peter Berg como director, pero aquí sus debilidades se convierten en el fuerte de la película. Su falta de habilidad para desarrollar personajes o involucrarse en secuencias narrativas complejas lo lleva a dejar que sea su equipo de efectos visuales quien tome el mando narrativo de la historia, dedicándose simplemente a hilar las situaciones que llevarán de una secuencia de acción a otra.

Para su desgracia la película apareció en los talones de The Avengers, por lo que no hay forma de argumentar que no es posible hacer algo más complejo o satisfactorio y mantener el ambiente palomero de lo que uno espera en una superproducción de verano. Pero eso no cambia el hecho de que Battleship es una boba y entretenida película de acción que debe al menos provocar una sonrisa durante un par de horas a cualquier aficionado al género de acción.

La principal razón para no recomendar que esperen a que aparezca en video o salga en la televisión, es precisamente el gran trabajo de efectos especiales. Si son aficionados al género de acción, tal vez esa sola sería una buena razón para darle una oportunidad en pantalla grande, aunque sea a precio de miércoles. Si no es así, tal vez ni siquiera debieran estar considerando la posibilidad de ir a verla.

Si necesitan referencias comparativas, pueden tomar un poco de Top Gun, mezclarlo con un poco de Rambo o Commando, agregar una pizca de The Hunt for Red October, y darle a la mezcla un look y sensibilidad similar a los de Transformers. El resultado es bastante más entretenido que cualquier cosa que Michael Bay haya hecho en los últimos veinte años. Recomendada sólo como divertimento escapista sin pretensión alguna.

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