jueves, 25 de febrero de 2010

Timothy Zahn: una apreciación personal

Hace unos meses publiqué el meme sobre 20 libros que habían marcado mi vida, y comenté que había escritores que dejé fuera para poder cerrar la lista. Uno de ellos era Timothy Zahn, autor estadounidense que estudió física avanzada pero no concluyó su doctorado pues su mentor de tesis falleció antes de que la completara. Empezó a escribir profesionalmente a inicios de los 1980. En esa década ganó fama y respeto gracias a series como The Blackcollar y Cobra, y en 1984 ganó el premio Hugo, uno de los más importantes en el género, por su novela corta Cascade Point.

En 1989, recién firmado por Bantam Books, Zahn recibió una oferta de Lucasfilm para escribir una serie de novelas ambientadas pocos años después de la batalla de Endor. Se trata de las novelas Heir to the Empire (Heredero del Imperio), Dark Force Rising (El Resurgir de la Fuerza Oscura), y The Last Command (La Última Orden), conocidas como The Thrawn Trilogy, por el antagonista, el Gran Almirante Thrawn, dotado estratega militar que asume el mando de los restos de la flota imperial tras la destrucción de la segunda Estrella de la Muerte, y es uno de los personajes más complejos e interesantes de la ficción contemporánea.
Publicadas en 1991, 1992 y 1993, respectivamente, esas novelas fueron la primera expansión autorizada al universo de Star Wars en mucho tiempo, y junto a los juegos de rol aparecidos de forma simultánea se les considera como principal factor del resurgimiento en popularidad de la saga, lo que llevó a la creación de las ediciones especiales estrenadas más tarde esa misma década. Y son además la razón por la que Timothy Zahn representa una parte importante en mi vida como lector.

Toda mi vida estudié en escuelas públicas, con todo lo que ello implica. Lector voraz desde pequeño, me frustraba que muchos libros que quería leer no estaban disponibles en español o era muy difícil conseguirlos (hay casos en que a la fecha sigue siendo difícil, tanto en inglés como en español). Mi afición a los comics también se veía limitada por el idioma, pues el material disponible en español era muy poco. Así que, mientras estudiaba el bachillerato, decidí que iba a aprender inglés a como diese lugar.

Armado con lo aprendido en la secundaria (es decir, prácticamente nada) y un diccionario inglés-español, acudí a un Sanborn's y elegí un puñado de comics que me resultaron atractivos por uno u otro motivo. Al paso de los meses empecé a depender menos del diccionario y ya seguía mensualmente algunos títulos. Decidí entonces que era tiempo de intentar leer prosa, así que empecé a comprar también revistas en inglés, tanto de información general como de fantasía y ciencia ficción, estas últimas porque incluían cuentos y narraciones cortas.

Una vez que me dí cuenta que podía leer casi sin usar el diccionario, decidí que era tiempo de intentar leer un libro completo. Solo faltaba decidir cual sería el objeto de mi primer intento. La respuesta se reveló cuando en una tienda departamental me encontré de frente con un libro de bolsillo cuya portada mostraba a los personajes principales de Star Wars bajo un logotipo dorado y la leyenda "Volume 1 of a Three Book Cycle".

Lo compré de inmediato y lo empecé a leer apenas volví a casa. Era 1992 y Heir to the Empire se convirtió en la primera novela que leí en inglés. Meses más tarde conseguí Dark Force Rising, y aunque pasaron casi tres años antes de que leyera la conclusión de la trilogía, su lugar en mi memoria estaba asegurado, no sólo por lo que representó poder acceder a material en otro idioma, sino porque la historia es muy buena. 

Más allá de su formación académica, Zahn se caracteriza por ser un maestro del space opera, capaz de crear historias entretenidas e inteligentes, y en el proceso generar empatía entre el lector y sus personajes.

A lo largo de los años he encontrado más de su trabajo, aunque mucho de ello dentro del mismo Universo Expandido de Star Wars, como las dos novelas que sirven como secuela a la Trilogía de Thrawn, Specter of the Past y Vision of the Future, algunos cómics y novelas gráficas, y algunas historias cortas. También me encontré hace unos años con Spinneret, novela que escribió a mediados de los 80, pero no es fácil hallar material suyo, o al menos no en México.

Eso cambió hace unos meses gracias a las maravillas tecnológicas del mundo en que vivimos, y en mi pila de pendientes ya hay varias novelas suyas, incluyendo las sagas de The Blackcollar y Cobra, y también un par de colecciones de historias cortas, una de las cuales fue la razón para este post que se extendió demasiado antes de siquiera mencionarla, así que tendré que publicar dos textos el mismo día. Más tarde aparecerá mi comentario de Time Bomb and Zahndry Others. Hasta dentro de un rato.

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