Collins se ve en medio de un escándalo mediático cuando una integrante de su equipo de trabajo aparece muerta una mañana. La situación se complica cuando se descubre que no se suicidó, como se creía al principio, y aún más cuando todo indica que Collins sostenía una relación amorosa con ella. Uno de los periódicos más importantes de Washington, DC es el Washington Post, donde el caso es cubierto por Della Frye (Rachel McAdams), una joven y ambiciosa periodista encargada del blog de chismes y rumores de la versión en línea del diario.
Por coincidencia, en el mismo diario trabaja Cal McAffrey (Russell Crowe), un experimentado reportero que es amigo de Collins desde que ambos estaban en la Universidad. McAffrey investiga lo que parece un simple caso de homicidio, pero cuando algunos detalles empiezan a ligar su investigación con el caso de la asistente de Collins, el veterano periodista tendrá que lidiar con el conflicto de trabajar en un caso donde su vida personal se ve comprometida, sobre todo una vez que se involucra Anne (Robin Wright Penn), la esposa de Collins, con quien McAffrey sostuvo una relación años atrás.
Bajo presión de su jefa (Helen Mirren) para presentar un artículo a la brevedad posible, McAffrey decide aceptar a Frye como parte de la investigación, que se complica cada vez que descubren nuevos datos. La intriga político-económica y la aparente conspiración tras los homicidios prometen un reportaje de proporciones épicas para la desigual pareja de reporteros, suficiente para poner sus vidas en peligro. La historia es lo bastante compleja como para mantener el interés de la audiencia, pero nunca se complica tanto como para volverse tediosa. Hacia el final de la película los hilos de la trama empiezan a soltarse, pero para entonces el manejo de los personajes ha construido un thriller tan envolvente que la historia pasa a segundo plano.
El guión tuvo que ser corregido y re-escrito en varias ocasiones desde que inició la preproducción hace casi tres años, pero el resultado final incluye algunas escenas memorables y una colección de diálogos y citas más que sobresalientes. Y justo a causa de los constantes ajustes al guión los actores que originalmente habían sido elegidos para interpretar a los personajes principales tuvieron que ser cambiados.
El papel de Collins sería interpretado por Edward Norton en tanto que Brad Pitt sería McAffrey en la primera colaboración entre ambos desde Fight Club. Pitt sería además productor ejecutivo, pero el constante trabajo sobre el guión lo estresó a tal grado que solía referirse al proyecto como "State of Delay" (que las distribuidoras sin duda traducirían como "Los Retrasos del Poder"). La huelga de escritores de 2007 impidió que siguieran las correcciones al guión, y Pitt abandonó el proyecto. Después de la huelga los trabajos se reanudaron, pero los retrasos comprometieron la agenda de Norton, que también abandonó la película. Así llegaron Crowe y Affleck, con resultados disparejos pero en general satisfactorios.
Crowe y McAdams tienen una química impresionante, y sus enfrentamientos verbales mientras desarrollan una relación de mutuo respeto es una de los aspectos más atractivos de la película. La inclusión del problema actual de la industria editorial sobre el futuro de los diarios impresos, complementada con una intrincada exploración de la ética periodística confrontada con las necesidades del diario, hacen que resulte la más interesante representación cinematográfica del trabajo periodístico desde All The President's Men (Todos los Hombres del Presidente).
Affleck nunca se ha caracterizado por su talento histriónico (excepto tal vez en la excelente Hollywoodland), pero muestra la sobriedad suficiente para no desentonar con sus talentosos co-estrellas. El elenco de soporte incluye a veteranos como Jeff Daniels o Helen Mirren, así como a actores con menos trayectoria pero reconocida capacidad, como la mencionada Wright Penn y el menospreciado Jason Bateman.
El resultado es un entretenido thriller de conspiración con tintes de actualidad que sin caer en excesos paranoides mantiene al espectador en constante tensión durante toda la película. Altamente recomendada para todos los gustos.
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