jueves, 11 de octubre de 2007

¿Cuanto vale un disco?

Esa es una pregunta que las disqueras se rehúsan a contestar cada vez que les es planteada. Entre sus desgastados argumentos cuando hablan de piratería o del riesgo que las redes P2P y los torrents son para la industria, o del peligro de distribuir música en línea sin candados electrónicos, programas intrusivos o restrictivos y toda clase de crippleware, ningún sello ha dado una explicación satisfactoria de la forma en que se determina el precio de un nuevo lanzamiento.

Peor aún, en México los discos que pertenecen al catálogo de las disqueras más importantes son ofrecidos a un precio de "ganga/oferta/oportunidad" de $99 pesos (unos 9 dólares) sin que nadie sepa exactamente que porcentaje de esa cantidad corresponde al artista o si es que en verdad llega a sus manos una parte de ese dinero.

Uno de los argumentos que esgrimen a la hora de tratar de justificar el alto precio de los discos son los costos de producción y promoción de los nuevos lanzamientos, pero eso no explica porque no pueden bajar más los precios del material de catálogo. Las grabaciones ya existen, los diseños de portadas y booklet también, y no gastan un quinto en promoción, así que fuera de las regalías correspondientes a los artistas (que según algunos músicos y cantantes veteranos, en la actualidad las regalías por material de catálogo equivalen a alrededor del 2% de los ingresos por ventas y a casi un 10% si se trata de material nuevo), su única inversión es el material físico para fabricar los discos.

Aún considerando el porcentaje de cada venta que corresponde a las tiendas y distribuidores, sigue siendo un negocio bastante rentable para las disqueras. No es de sorprender que haya muchos grupos nuevos que prefieran trabajar sin una disquera y vender EPs y discos en sus tocadas.

En lo personal, hace mucho que no compro discos. Considero que el formato de álbum tal y como lo entienden las disqueras está agotado, pues normalmente se trata de una grabación de la que se rescatan dos o tres buenas canciones y el resto es relleno para justificar la existencia del disco completo, pues pocos son los artistas que todavía piensan en el album como un todo. Necesita tratarse de un grupo o artista que realmente me guste para que decida buscar el disco en cuestión, y aún en esos casos suelo elegir alguna edición especial que tenga algún valor agregado (un dvd, un libro, un empaque atractivo que resulte único, etc).

Pero eso no quiere decir que no escuche música nueva, pues existen muchas otras formas de adquirirla, tanto legales como "alternativas". Simplemente me estoy negando a contribuir a perpetuar el actual esquema de negocios de la industria de la música.

Ayer se lanzó el nuevo álbum de Radiohead, una de las bandas de rock más populares y respetadas de la actualidad. Titulado In Rainbows, este trabajo puede precipitar el cambio que hace falta, pues salió en condiciones especiales. El contrato del grupo con EMI Capitol, se cumplió con el álbum anterior de la banda, Hail to the Thief, y el grupo no renovó su relación con la disquera.

En vez de apresurarse a encontrar un nuevo sello discográfico, los miembros de Radiohead se concentraron en la creación del nuevo material y una vez terminado decidieron hacer un experimento: venderlo ellos mismos como una descarga digital sin ningún tipo de DRM, anticopia o caducidad. No se trata de una idea del todo nueva, pues ya se ha hecho con anterioridad, pero tal vez lo más interesante sea el precio, o mejor dicho, la ausencia del mismo.
















Resulta que el grupo dejó que la decisión sobre el costo de la descarga del album debía ser de quienes pagarían por ella. En la casilla donde debiera estar el precio de la descarga se puede leer "It's up to you" ("tu decides").

Al momento de solicitar el link de descarga, el fan decide lo que quiere pagar por el disco. De acuerdo con reportes de diferentes blogs y sitios dedicados a la música y al monitoreo de tendencias en la web, la mayoría de los fans está pagando entre 5 y 10 dólares por la descarga, aunque casi un 30% lo está descargando "gratis" (en realidad están pagando 90 centavos de dolar, por el costo de la transacción) y las únicas quejas que se han presentado hasta ahora son 1) por lo saturado del sitio de pedido -lo que imagino es comprensible- y 2) por la calidad de la compresión de las canciones, ofrecidas en formato MP3 a 160 kbps. Esta clase de riesgo no podría ser realizada por cualquier grupo con el mismo grado de confianza que lo ha hecho Radiohead, quienes gozan de una leal base de fans incondicionales, y aún así decidieron incluir una especie de seguro "por si acaso" en su nueva estrategia de marketing: una edición especial.

En el mismo sitio es posible pre-ordenar un discbox de edición limitada, fabricado para abastecer las órdenes recibidas. Este discbox contendrá In Rainbows en CD, además de en dos discos de vinil de 12 pulgadas, y será acompañado por un cd interactivo adicional con más canciones, arte y fotografías digitales, un libro con arte para el disco y las letras de las canciones.

Todo ello empacado en un libro de pasta dura con slipcase incluído, con un costo de 40 libras esterlinas (unos 80 dólares), envío incluido.

Al ordenar el discbox el fan obtiene también el link de descarga del disco, para que aquellos que decidan adquirir la versión de lujo no tengan que esperar hasta diciembre, cuando empezará su entrega, para disfrutar del disco. Además el grupo no ha decidido abandonar por completo el formato tradicional de CD, pues un vocero de la banda anunció que a principios del próximo año saldrá a la venta una edición de In Rainbows en un cd normal, aunque nada se sabe aún de que sello discográfico se encargará de la distribución.

Independientemente del resultado final que Radiohead obtenga con esta estrategia, es evidente que un cambio se está gestando. Jay Kaye, líder y vocalista de Jamiroquai, expresó el año pasado, tras finiquitar su relación con Sony Music, que su próximo disco estaría disponible en línea por 5 dólares.

Trent Reznor, líder de Nine Inch Nails, ha estado enfrentado con la industria discográfica desde hace algunos años.

Cuando se enteró por una conversación con un ejecutivo de su disquera, Interscope Records, de que sus discos eran sobrepreciados de manera intencional a sabiendas de la lealtad de sus fans, Reznor empezó a hacer un llamado público para que quienes considerasen demasiado alto el precio de sus discos los descargaran de manera ilegal. A principios de año había manifestado su deseo de vender Year Zero, su más reciente disco lanzado en mayo pasado, por 4 dólares a través de canales en línea, pero no pudo hacerlo. El lunes pasado hizo un anuncio en su blog, declarando lo siguiente:
Hello everyone. I've waited a LONG time to be able to make the following announcement: as of right now Nine Inch Nails is a totally free agent, free of any recording contract with any label. I have been under recording contracts for 18 years and have watched the business radically mutate from one thing to something inherently very different and it gives me great pleasure to be able to finally have a direct relationship with the audience as I see fit and appropriate. Look for some announcements in the near future regarding 2008. Exciting times, indeed.

[Hola a todos. He esperado un LARGO tiempo para poder anunciar lo siguiente: a partir de este momento Nine Inch Nails es un agente totalmente libre, libre de cualquier contrato de grabación con cualquier sello. He trabajado bajo contratos de grabación durante 18 años y he visto a este negocio mutar de una cosa a algo inherentemente diferente, por lo que me da un enorme placer finalmente poder tener una relación directa con la audiencia del modo que me plazca o juzgue apropiado. Esperen anuncios en el futuro cercano en relación al 2008. En verdad son tiempos emocionantes.]
Oasis tampoco tiene disquera y en algunos días pondrá en su sitio un sencillo a la venta como descarga en exclusiva, ya que no estará disponible por ningún otro medio de distribución, y Madonna está a punto de cerrar un trato con Live Nation, una promotora de conciertos que se encargaría de manejar y promover sus conciertos, las ventas de tres discos y el manejo de todo su merchandise oficial y explotación de imagen por los próximos 10 años a cambio de 120 millones de dólares, con lo que dejaría atrás a su actual disquera, Warner Music, pues ésta no ha mostrado intenciones de igualar la oferta de LN. Pase lo que pase, creo que estamos a punto de ver un cambio en la forma en que se vende y compra música. Habrá que esperar para ver que forma toma el cambio, pero sin duda será para bien, pues difícilmente podemos acabar con un esquema tan malo como el que existe actualmente.

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