Ya antes he explicado que considero que existe un subgénero de cine que podría considerarse como el opuesto de las chick-flicks, como se conoce coloquialmente a las películas románticas, y me gusta llamarlas macho-movies, que para fines prácticos podríamos describir como un rush de adrenalina y testosterona (o TETOsterona, que para el caso es casi lo mismo) servido en dosis variables y empacado con forma de película.
Una cosa es segura: no es posible adoptar una postura neutral después de verla, o te encanta o la odias. Tal vez lo más parecido que he visto en tiempos recientes sea Crank, la cual comenté en febrero pasado.
Michael Davis inició su carrera en el cine trabajando como artista de storyboards, y como director sólo cuenta en su filmografía con un puñado de películas, en su mayoría comedias románticas (salvo por una única excursión en 2003 al género de terror con Monster Man) bien trabajadas pero sin nada que las distinga del resto de la oferta en ese subgénero. Tal vez lo más cercano a Shoot 'em Up en lo que había trabajado sea cuando escribió el guion de la divertida e infravalorada Double Dragon, de 1994.
Davis escribió el guion para Shoot 'em Up y lo presentó ante los ejecutivos de New Line Cinema junto con una serie de animatics (una burda animación realizada con los storyboards de las principales secuencias de acción) y causó tan buena impresión que con gusto le compraron la idea e iniciaron los trabajos de preproducción. Si sienten curiosidad, en Latino Review pueden ver seis videos de los animatics que presentó.
La queja más común que van a encontrar entre los argumentos de aquellos que no disfrutaron la película es la ausencia o poco desarrollo de elementos que se pueden esperar en la mayoría de las películas: trama, desarrollo de personajes, carga emocional, etc, y aunque es válida la observación, se trata de algo intencional en una película que busca entretener de una forma menos convencional. La trama, por ejemplo, existe, pero es apenas un esbozo que sólo sirve como pretexto para ver al enigmático Sr. Smith (Clive Owen) baleando villanos.
El desarrollo de personajes hubiese representado una pérdida de tiempo que hubiese alargado la película más allá de sus disfrutables 86 minutos, y en cuanto a la carga emocional... bueno, el jefe de los matones a sueldo (Paul Giamatti) tiene que lidiar con una esposa que lo llama todo el tiempo al trabajo y el Sr. Smith pasa toda la película intentando hacer funcionar la disfuncional familia que forma con Donna Quintano (Monica Bellucci) y el bebé Oliver, así que supongo que eso debe contar para algo, ¿no?
Las secuencias de acción son impecables. No sólo están perfectamente diseñadas y fueron filmadas de una manera clara y dinámica que permite seguir la acción, sino que fluyen sin problema y van de una a otra sin crear rezagos ocausar confusión, además de que al mismo tiempo se ofrecen como herederas, homenaje y sátira al cine hongkonés de acción y en particular a las películas de John Woo.
Es imposibler ver a Clive Owen con un bebé en un brazo y una pistola en el otro y no pensar en Chow Yun-Fat interpretando al inspector Yuen, el heroico policía protagonista de Hard Boiled, mientras intenta desalojar el ala de maternidad del hospital, así que cuando Smith empieza a realizar algunos de los movimientos más característicos de los héroes de Woo, es imposible ignorar la asociación que existe entre ambos personajes.
Las actuaciones son perfectas, y no faltará quien diga que este elenco merecía interpretar una historia con más sustancia, algo de tinte más serio o dramático, pero la verdad cuesta trabajo pensar que alguien más hubiera podido dar al Sr. Smith el grado de credibilidad (dentro de lo que permite el personaje, claro) que consigue Owen, o en un actor capaz de entregar las líneas de Hertz con el aplomo que lo hace Giamatti y sin caer en un tono de farsa.
La elección de la bellísima Monica Bellucci para interpretar a DQ (mmm... ¿Dairy Queen?) es algo que simplemente se agradece. Los matones cumplen con la antigua tradición de desfilar por la pantalla en orden y listos para morir a manos del héroe o, mejor dicho, abatidos por sus balas y zanahorias, pero lo hacen de una forma un tanto más espectacular que a lo que estamos acostumbrados.
Si les gusta el cine de acción por lo que representa en términos de entretenimiento y escapismo, difícilmente podrán encontrarse con una mejor opción que Shoot 'em Up. Y si les gustan los videojuegos, en particular de la categoría de shooters, también es muy probable que sea una película que disfruten bastante. Pero si por el contrario encuentran ofensivo o perturbador el excesivo despliegue de violencia en pantalla, creo que sería buena idea que eviten ver esta película.
Sólo tengan en mente que una traducción más apropiada del título que "La Huida", que fue la que se usó en México, hubiese sido algo en el tenor de "Acribíllalos", "Dispárales", o "Baléalos". Aunque, honestamente, ninguno de ellos suena lo bastante bien como para ocupar una cartelera o indicar de forma siquiera remota lo que encierra esta divertida y espectacular película de acción.
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