miércoles, 16 de septiembre de 2020

50 años de Conan el Bárbaro en cómics

Hace unas semanas se cumplieron cincuenta años de que Marvel Comics publicó Conan the Barbarian #1, y aunque en su momento no tuve tiempo de escribir al respecto, una entrevista con Roy Thomas que encontré esta semana me recordó el asunto y decidí escribir esto aunque fuera a destiempo.

Conan fue creado en 1932 por el escritor estadounidense Robert E. Howard como protagonista de varias historias de espada y hechicería publicadas en la revista Weird Tales a partir de su edición de diciembre de ese año, y no perdió popularidad ni siquiera después del trágico suicidio del autor en 1936, cuando apenas tenía treinta años de edad.

A su muerte, otros escritores escribieron historias del personaje a lo largo de los años, y destaca la labor de L. Sprague de Camp y Lin Carter, que incluso reescribieron algunas viejas historias de Howard, en muchas de las cuales reemplazaron al protagonista original por el bárbaro cimerio.

A pesar de las distintas versiones de sus historias (que rara vez eran los textos originales de Howard) publicadas a lo largo de los años, muchos lectores tuvieron su primer contacto con el personaje hasta que éste llegó a los cómics, género en el que su polularidad estalló y provocó la aparición en el marcado de varios títulos que buscaban emular el peculiar estilo de espada y hechicería que caracterizaba a sus aventuras. Pero, ¿cómo fue que Marvel decidió buscar una propiedad aún más vieja que los cómics en general para agregarla a su catálogo?

A lo largo de los años se le ha dado crédito a Roy Thomas por llevar la creación de Howard a la Casa de las Ideas, pero la historia no es tan simple. En 1970 Thomas era escritor y editor en Marvel, y colaboraba estrechamente con Stan Lee, entonces editor en jefe en Marvel. Según recuerda, en aquel entonces Marvel recibía docenas de cartas sugiriendo licencias que podrían adquirir para hacer cómics, y que muchas de ellas pedían a personajes de espada y hechicería, como Conan, Elric, Kull y Thongor.

Stan Lee le pidió a Thomas enviar un memo a Martin Goodman, publisher de Marvel, para ver si disponían de recursos para una licencia y, de ser así, realizar los trámites necesarios. Goodman aprobó un tope de 150 dólares por número y sin pago de regalías. 

Thomas pensó que era poco, pero eligió a Thongor de Lemuria como primera opción. Contactó a su autor, Lin Carter que era fan de cómics y le encantaba la idea de ver a su personaje en ese medio, pero su agente creyó que podían obtener más dinero y solicitó 500 dólares por número con intención de que Marvel mejorase su oferta, lo que jamás sucedió.

Thomas hubiera deseado buscar antes Conan, pero no creía posible conseguir los derechos con su presupuesto y había elegido Thongor pensando que era una opción que quizás estaba a su alcance. Aun así, encontró la información de contacto del agente literario de los herederos de Howard en una copia de la colección Conan of Cimmeria, y decidió escribir ofreciendo 200 dólares por número. Para su sorpresa, el agente aceptó la oferta y pronto empezaron el papeleo para cerrar el trato.

Para entonces Thomas ya había decidido que él escribiría la serie, pero por una razón bastante peculiar. Nunca solicitó autorización para ofrecer más dinero de los 150 dólares originales, así que pensó que si él era el escritor, podría renunciar al pago de algunas páginas en caso de que Goodman se molestara y exigiera la devolución de esos cincuenta dólares extra. A decir de Thomas, de no ser por esa razón, habría asignado la serie a Gerry Conway o a algún otro escritor.

En cuanto al artista elegido para el debut de la serie, el trabajo de Barry Windsor Smith en aquellos primeros números de Conan the Barbarian es legendario, pero la razón por la que el artista británico se convirtió en el dibujante del título también se debió en principio a cuestiones económicas. La primera opción de Lee y Thomas para dibujar la nueva serie era John Buscema. Le enviaron un tomo con historias de Conan para conocer su opinión, y tras leerlas se mostró complacido con la idea. Según Thomas, al responder para aceptar dibujar la serie, le dijo que ésa era justo la clase de cosas que siempre había querido hacer en cómics.

Pero Goodman se opuso a ponerlo en la serie, pues quería mantener los costos bajos por si no funcionaba, y Buscema era uno de los artistas mejor pagados en Marvel. La segunda opción de los editores era Gil Kane, pero les dijeron que también estaba por encima del presupuesto de la serie. Stan Lee sugirió usar a algún veterano menos popular, como Don Heck o Dick Ayers, pero Thomas quería algo distinto para la serie y contactó a Smirh, que en aquel entonces hacía historias de relleno o material para antologías, y le ofreció la serie.

Conan the Barbarian #1 tenía fecha de portada de octubre de 1970, pero se publicó a fines del mes de julio, y fue un éxito instantáneo. Eso permitió que eventualmente John Buscema pudiera trabajar en la serie, que en poco tiempo dejó de ser considerada como de bajo perfil. Incluso hay quienes consideran que el éxito del cómic durante la década de los setenta fue lo que generó el interés de Hollywood por llevar al personaje a la pantalla grande, pero ésa es una historia para otra ocasión.

Supongo que no soy el único lector que conoció a Conan gracias a los cómics y después decidió dar un vistazo a las historias originales, que fueron la base de aquellos cómics, pues es importante señalar que Thomas realizó adaptaciones de Howard con diversos grados de fidelidad.

De hecho, al sentir que iba a agotar el material original demasiado rápido, replicó lo hecho años atrás por de Camp y Carter al adaptar otras historias de Howard al mundo de Conan, usándolo en lugar del protagonista original, lo que también dio origen a la creación de Red Sonja, pero ésa es otra historia (que ya antes conté aquí).

Un detalle curioso es que en 1952, casi veinte años antes de lo aquí relatado, la revista mexicana Cuentos del Abuelito publicó en su número ocho una adaptación de Queen of the Black Coast (La reina de la Costa Negra), un relato de Howard, en lo que se considera la primera aparición de Conan en cómics, aunque no hay muchos detalles sobre cómo se dio y ni siquiera se sabe si se hizo con autorización.

El personaje siempre ha gozado de buena popularidad en México, e incluso durante la década de los ochenta, cuando la crisis económica casi acabó con los cómics de licencia en nuestro país, La Espada Salvaje de Conan fue uno de los pocos títulos que se siguieron publicando. Actualmente Panini Comics México tiene la licencia del personaje, por lo que es bastante fácil acceder tanto a las gistorias clásicas del personaje como a su material más reciente a un precio bastante accesible.

¿Alguna vez han leído los cómics de Conan? ¿O las historias originales?

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