La vida de Jake se cae a pedazos. Alguna vez un talentoso guitarrista de heavy metal, un problema personal lo hizo alejar a todos sus seres queridos. Ahora no tiene banda, novia, ni deseos de pensar en el futuro. Por si fuera poco, gigantescos monstruos se manifiestan por todo el mundo y amenazan con destruir a la humanidad. Tal vez sea el fin del mundo, pero a Jake no le importa.
Eso cambia cuando aparece en su vida Murder Falcon, un poderoso halcón antropomorfo que fue enviado desde un plano existencial conocido como The Heavy para ser el campeón de la humanidad y destruir al mal, representado por los monstruos antes mencionados.
Claro que para hacerlo necesita poder, y qué mejor forma de obtenerlo que de los poderosos riffs y solos de metal que Jake toca en su guitarra, los cuales le permiten desatar su furia contra las criaturas que buscan conquistar la Tierra.
Suena como una premisa un tanto demente, ¿cierto?
Pues en efecto, lo es, pero de una buena manera. Daniel Warren Johnson, creador de Extremity, la aclamada serie nominada al Eisner, regresa con una épica fantasía de rock y aventuras en la que el metal es la única fuerza capaz de impedir que los temibles y numerosos kaijus destruyan el mundo. Pero debajo de esa simple premisa hay además una historia humana y profundamente emotiva que incluso puede que algunos encuentren triste y conmovedora.
Murder Falcon es una miniserie de ocho números publicados entre 2018 y 2019 por Image Comics bajo el subsello Skybound, y el tomo recopilatorio con la serie completa está disponible desde julio de 2019. La historia y arte son obra del ya mencionado Daniel Warren Johnson, que hace equipo con Mike Spicer, su colaborador habitual en lo que respecta al color, y con el rotulista Russ Wooton, y juntos ofrecen una de las series más extrañas que haya visto en los últimos años.
La historia es simple y no se complica con argumentos rebuscados o giros innecesarios. Murder Falcon necesita que Jake toque para acumular energía y poder pelear por la humanidad, y juntos deben buscar y reunir a la vieja banda de Jake para invocar a otros avatares que les ayuden a salvar el mundo.
En la superficie se trata de una divertida historia de acción llena de espectaculares secuencias de pelea y monstruos temibles, y entre más pienso en lo que eso significa, más me convenzo de que en algún universo paralelo al nuestro debe existir una serie animada creada en los 1980 con esta misma premisa.
Lo primero que uno nota al leer este cómic es el arte y habilidad narrativa de Johnson. Desde los diseños del mundo, personajes y monstruos, muchos de los cuales harán las delicias de cualquier fan del metal, hasta su eficiente diseño de página, que combina espectaculares splashes llenos de energía con pequeñas viñetas que muestran las íntimas reacciones de sus personajes. El autor juega con la cantidad y disposición de las viñetas para manipular el ritmo de la historia que, en otra analogía con la música que la alimenta, por momentos se vuelve tan frenético que amenaza con dejarnos atrás.
El desarrollo de los personajes y la emotiva revelación de lo que llevó a Jake a apartarse de todo son ejecutados con maestría por Johnson, de una forma que hace evidente que la historia se alimenta de vivencias personales. Más allá de la rimbombante trama principal, en el fondo esta historia trata sobre cómo lidiar con los demonios personales y el impacto de estos en tu vida, trabajo o arte. Es un relato acerca de crecer como persona, de creer en ti mismo y en tu trabajo, y de aprender a confiar en quienes te rodean.
Murder Falcon es una épica historia de rock y monstruos que también trata sobre amor y amistad, dolor y pérdida, miedo y aislamiento, pero sobre todo, sobre el poder que la música y el arte pueden tener en nuestras vidas. Puede que la premisa no les resulte atractiva, sobre todo si nunca han sido fans del metal o las películas de kaijus, pero se trata de una de esas obras que te toman por sorpresa y se ganan tu admiración, así que si pueden echarle mano, se las recomiendo ampliamente.
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