En el último par de años, Matthew Rosenberg (Kingpin, Hawkeye: Freefall, Punisher, New Mutants, Astonishing X-Men) se ha convertido en uno de los escritores más consistentes de Marvel Comics.
Antes de ser reclutado por la Casa de las Ideas, Rosenberg publicó un par de interesantes miniseries en Black Mask Studios, y 4 Kids Walk Into A Bank, esta divertida comedia oscura creada en 2016 junto a Tyler Boss (Calexit, Dead Dog's Bite), fue una de ellas.
Como la mayoría de los chicos de su edad, este grupo de amigos disfrutan de andar en bicicleta, usar radios de onda corta, y jugar videojuegos y Calabozos y Dragones. Sí, eso parece la descripción del elenco de cualquier película de adolescentes producida en los años ochenta, pero la caracterización lograda a través de diálogos e interacciones, ya sea entre ellos o con adultos, los separan de todo cliché, además de que la historia dista mucho de cualquier cosa que hayamos visto antes.
Las vidas de Paige y sus amigos son puestas de cabeza cuando aparecen cuatro rufianes en busca de su padre, quien dice no conocerlos aún si sus acciones indican lo contrario. Paige descubre que su padre debe un favor a los cuatro exconvictos, que ahora quieren que les ayude a robar un banco. Paige tiene dos opciones: dejar que su padre se involucre y se arriesgue a perder su libertad, o reclutar la ayuda de sus amigos y robar el banco antes de que los adultos puedan hacerlo.
Como en algunas de las mejores historias, la protagonista toma la decisión equivocada, lo que explica el título de la serie. La premisa parece ridícula, pero la trama nunca pierde realismo. Los chicos tiene toda clase de fantasías sobre cómo se van a dar las cosas, pero una y otra vez se topan de frente con la realidad. El resultado es una mezcla de drama y comedia en una historia de crimen con una fuerte carga emocional. El tono se establece desde la introducción de los personajes principales, pues en vez de conocerlos a ellos, nos son presentados sus personajes en una sesión de rol, lo que nos ayuda a entender sus distintas personalidades y la dinámica que existe entre ellos.
Pero creo que lo que hace que la historia funcione es el humor, pues hay un poco de todo, desde referencias a series animadas o películas, hasta hilarantes bromas que no estarían fuera de lugar en un episodio de los Looney Tunes, sin faltar algo de humor sarcástico. Mención aparte merece el arte de Tyler Boss, quien tiene un estilo engañosamente simple.
Sus personajes tienen un diseño sencillo, y pareciera que se esfuerza en no mostrar perspectivas, pero no por una limitación artística, pues es una decisión consciente para mostrar el mundo en viñetas planas, cuyos encuadres recuerdan por momentos a los planos laterales tan comunes en las películas de Wes Anderson, que convierten a los personajes en el centro focal de todo. Algunas páginas están llenas de pequeñas viñetas que manipulan el ritmo narrativo, mientras que otras narran una secuencia a través de un diagrama, o usan juguetes y avatares de juegos en lugar de los personajes.
El uso del color es otro elemento que me recordó a las películas de Anderson, pues la paleta en cada escena ayuda a marcar el tono y atmósfera en cada una de ellas, sin que esto afecte la armonía del todo.
Los fondos son detallados cuando la escena lo requiere. El uso de proyecciones isométricas en lugar de perspectivas y vistas aéreas para mostrar el trazado de una casa, o cortes seccionados para mostrar el interior de un inmueble, son elementos visuales que me hacen pensar que la arquitectura o el dibujo técnico fueron parte de la formación artística de Boss, y son elementos que hacen de la lectura de 4 Kids Walk Into a Bank una experiencia sin igual.
Si te gustan las historias como Stranger Things, It, o The Body (Cuenta Conmigo), donde grupos de niños deben lidiar con problemas demasiado serios para su edad, o las historias de robos que hacen algo diferente u original, o simplemente las buenas historias, entonces 4 Kids Walk Into a Bank es la clase de serie llena de acción, risas y sentimientos a la que sin duda debieras echarle un vistazo.
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