Las novelas de Jack London (Colmillo Blanco) han sido llevadas al cine y televisión en varias ocasiones, tanto en versiones animadas como live action, y la más reciente adaptación de Call of the Wild (El Llamado Salvaje), es una mezcla de ambas. Dirigida por Chris Sanders y protagonizada por Harrison Ford, Omar Sy, Cara Gee y con Terry Notary en labores de motion capture.
La historia sigue a Buck, un perro cruza de San Bernardo y pastor escocés que vive en California hasta que es robado para venderlo en las lejanas tierras del Yukon, al noroeste de Canadá. Allí es adquirido por Perrault (Sy), quien junto con su asistente Françoise (Gee) es el responsable de entregar el correo en algunos de los asentamientos más alejados de la civilización en una época en que la fiebre del oro ha llevado a mucha gente a dejar todo atrás en busca de fortuna en ese territorio agreste.
Poco después de convertirse en el líder de los perros de Perrault, a éste le ordenan vender los perros y regresar a la civilización, lo que deja a Buck otra vez sin dueño. Tras un par de encuentros con John Thornton (Ford), Buck es comprado junto con el resto de los perros por un hombre cruel y altanero que aspira a volverse rico en la región. Tras muchos maltratos de parte de su nuevo dueño, Buck es rescatado por Thornton y se embarca con él en una aventura por territorio inexplorado que cambiará para siempre las vidas de ambos.
La historia es relativamente conocida gracias a la popularidad de la novela y a sus muchas adaptaciones (incluso hay una versión protagonizada por Snoopy y sus amigos), así que no parecía haber espacio para controversias en una nueva versión, pero vaya que la hubo. Chris Sanders es un director de animación conocido por películas como Lilo & Stitch, How to Train your Dragon y The Croods, y The Call of the Wild marca su debut como director de live action. Lo que no me queda claro es si la decisión de usar animación computarizada para crear a todos los perros en pantalla fue suya, o si se le contrató con esa idea en mente.
Y ése es el gran problema con la película. Aunque cada adaptación varía en el grado de fidelidad al libro, por lo regular se conserva lo suficiente de la historia para hacer que funcione, y ésta no es la excepción. Pero las exageradas expresiones faciales de los perros y el exceso de teatricalidad en sus movimientos no son el atractivo que supongo esperaban los realizadores, y en realidad representan una distracción. Creo que no hay nada en la película que no pudiera ser hecho por perros reales amaestrados, así que se siente como un innecesario derroche de recursos técnicos y económicos.
Por momentos es tal la exageración en la "actuación" de los perros, que no dejaba de preguntarme si la película se hubiese beneficiado de ser realizada como una animación completa en lugar de un híbrido. Y es una verdadera lástima, pues hay muchas cosas positivas en la película. Mucho he criticado a Harrison Ford por su limitado rango actoral, pero aquí el veterano actor hace un extraordinario trabajo, y su narración a lo largo de la película le da una personalidad a la cinta que ayuda a elevarla muy por encima de un experimento fallido.
La mayor consecuencia de haber hecho un uso tan intensivo de CGI es que el costo de la película se elevó demasiado, y las proyecciones son que el estudio perderá dinero una vez que concluya su exhibición. De haberse filmado con perros reales y en locaciones (todas las escenas del Yukon se filmaron en un estudio de Los Angeles y los paisajes se agregaron digitalmente), la película hubiera costado mucho menos, y hubiese atraído menos críticas negativas, las cuales son, una vez más, producto de la distracción representada por la animación.
En resumen, The Call of the Wild es una emotiva adaptación de una historia clásica y amada por el público, y representa una gran opción para ver en el cine en compañía de toda la familia. Lamentablemente el efecto de uncanny valley que producen Buck y otros de los animales que vemos en pantalla dejará a más de uno con un agridulce sabor de boca. Recomendada, pero con reservas.
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