Uno de los más graves problemas sociales en el mundo actual es el racismo, y en países como Estados Unidos éste suele provocar toda clase de injusticias. Este tema es la idea detrás de Just Mercy (Buscando Justicia), película dirigida por Destin Daniel Cretton y protagonizada por Michael B. Jordan, Jamie Foxx, Tim Blake Nelson y Brie Larson, la cual está basada en el libro del mismo título escrito por Bryan Stevenson.
La cinta, basada en hechos reales, cuenta la historia de Walter McMillian (Foxx), un hombre negro que en 1986 fue injustamente acusado de homicidio en Alabama y condenado a la pena de muerte, quien con ayuda del joven abogado de defensa Bryan Stevenson (Jordan), recién graduado de la Universidad de Harvard, inició en 1989 una dura batalla legal mediante audiencias y apelaciones en busca de probar su inocencia antes de que se pudiera ejecutar la sentencia.
Con ayuda de Eva Ansley (Larson), una abogada y activista, Stevenson revisó el caso en busca de inconsistencias, aún pese a la abierta oposición de las autoridades locales, incluidos el fiscal de distrito, el sheriff del condado y el juez de circuito que revisa el caso.
Obviamente se trata de un tema delicado, pero la adaptación y dirección tienen el mérito de que evitan convertirse en herramientas de propaganda a favor de los derechos civiles, presentando el caso con detalles públicos pero que la corte y autoridades decidieron ignorar durante el juicio original en un aparente intento de resolver de forma apresurada un caso que les estaba provocando presión de parte de la sociedad por tratarse del homicidio de una adolescente blanca.
Destacan las sobrias actuaciones del elenco original, con Jordan tomando el papel del joven e idealista abogado que decide emplear su tiempo en ayudar a una comunidad necesitada en vez de buscar algún empleo más lucrativo en una gran ciudad. Foxx entrega otra de sus acostumbradas actuaciones, llena de sobriedad y sentimiento que lo convierten en la elección ideal para dar vida a una víctima del sistema cuyos únicos crímenes fueron haber nacido negro y pobre.
Larson interpreta a otra abogada idealista, quien actúa por convicción y sin hacer demasiados aspavientos. Del resto del elenco, destaca la actuación de Tim Blake Nelson, quien da vida al convicto que fue el testigo principal en contra de McMillian, y logra crear a un personaje realista y lleno de matices que fácilmente pudo haber sido convertido en un conveniente villano para fines de la historia.
Just Mercy es una muy buena película que pone sobre la mesa un tema que, por difícil que parezca creerlo, sigue siendo vigente y relevante en pleno siglo XXI. Altamente recomendada.
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